Un presunto fratricidio y el intento de asesinato del aristócrata Jaime Melgarejo unidos por el mismo arma homicida. Un jurado popular enjuiciará a partir de hoy a Francisco Gutiérrez Carrasco, un vecino de La Rinconada que está acusado del asesinato de su hermano Manuel, a quien supuestamente mató en junio de 2013 de tres disparos por problemas económicos.

Francisco poseía una pistola detonadora del calibre ocho milímetros Knoll, de la que carecía de licencia y que estaba transformada para disparar munición cargada con proyectiles del calibre 6.35 Browning.

Este arma, que no ha sido localizada, es la misma que se había utilizado tan sólo unos meses en el intento de asesinato de Jaime Melgarejo, que recibió un tiro en la cabeza a las siete de la madrugada del Jueves Santo de 2012, cuando estaba dentro de su coche, detenido en un semáforo de la calle Virgen de Setefilla de Los Remedios.

La Guardia Civil esclareció el presunto fratricidio, mientras que un juzgado de Sevilla continúa investigando, bajo secreto de sumario, el intento de asesinato del aristócrata, una causa que fue en principio archivada.

Francisco Gutiérrez se sentará en el banquillo de los acusados para responder a una petición de 22 años de cárcel. Según la Fiscalía, el acusado mantenía "fuertes rencillas y casi nulas relaciones" con su hermano Manuel desde hace años a raíz de los graves problemas económicos que padecía.

La familia poseía una nave en el polígono La Jarilla, que era utilizada por ambos hermanos para almacenar aperos y maquinaria agrícola, al tiempo que servía como taller y garaje de los vehículos agrícolas, si bien en la época del crimen sólo la utilizaba la víctima como taller al haber cesado su actividad agrícola el acusado.

Dice el Ministerio Público que el procesado conocía que su hermano acudía algunos domingos o festivos a la nave para realizar determinados arreglos de su maquinaria, sobre todo en la época de cosechas.

De esta forma y "en ejecución de un plan preconcebido" para acabar con la vida de su hermano se presentó en la nave sobre las diez de la mañana del domingo 16 de junio de 2013, según el relato que realiza el Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales. Francisco viajaba en su vehículo Nissan Patrol y llevaba puestos un sombrero de paja y unas gafas de sol. Una vez en la nave, cambió el coche por un Kia Suma propiedad de su hijo y se marchó del lugar. Tras repostar gasolina, se presentó de nuevo en la nave y se apostó en un lugar acechando a su hermano y portando la pistola con al menos tres proyectiles.

Cuando comprobó que su hermano estaba dentro del inmueble y mientras la víctima arreglaba una bomba de agua, entró y le descerrajó dos disparos a la distancia escasa de un metro, "haciendo imposible cualquier reacción defensiva". Una de las balas impactó en el ojo izquierdo de su hermano y la segunda alcanzó la región temporal izquierda.

La víctima cayó hacia atrás, golpeándose con un mueble metálico, y cuando ya estaba en el suelo, el presunto fratricida efectuó un tercer disparo a la cabeza. Estas heridas en la región craneal provocaron la muerte de Manuel Gutiérrez, cuyo cadáver fue localizado sobre las 15:30 de ese mismo día por un amigo de la víctima, Claudio L. M., que había sido avisado por un hijo del fallecido ante la tardanza en regresar a su casa.

La Fiscalía imputa al acusado un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas, por los que reclama una condena total de 22 años de cárcel, y que indemnice con 281.000 euros a la viuda y a los tres hijos del fallecido, dos de los cuales son menores de edad.

La defensa del acusado, que ejerce el letrado Nicomedes Rodríguez, solicita en cambio la absolución del acusado, al considerar que no hay pruebas para incriminar al hermano de la víctima.

El juicio comienza hoy con la selección de los nueve miembros del jurado, proceso que dará paso a la exposición de los alegatos iniciales y a continuación a la declaración del acusado.

Sigue bajo secreto la causa por el intento de homicidio del aristócrata 

El juzgado de Instrucción número 18 de Sevilla continúa actualmente investigando, bajo secreto de sumario, el intento de homicidio del aristócrata sevillano Jaime Melgarejo, que recibió un disparo en la cabeza en la madrugada del Jueves Santo de 2012. Inicialmente el juez archivó la investigación después de que Melgarejo no quisiera ejercer acciones penales tras ser dado de alta en el hospital. Melgarejo le dijo a la Policía que no vio al agresor y que sintió una explosión, por lo que creyó que le había estallado el mechero que estaba a punto de utilizar. Al tratarse del Jueves Santo a las siete de la mañana, la calle estaba desierta, por lo que no hubo testigos y de las grabaciones de los bancos y negocios que la Policía revisó tampoco se pudo sacar nada en claro. Tampoco vio al autor de los disparos la persona que descubrió al aristócrata malherido en su coche, un hombre que estaba haciendo footing y que se acercó al vehículo porque el claxon no paraba de sonar. La cabeza de Melgarejo había caído justo sobre el volante y presionaba el claxon. Ante la falta de pruebas y la escasa colaboración de la víctima, el juez decidió dar carpetazo a la causa, con el apoyo de la Fiscalía. Meses más tarde, la Policía abrió nuevas líneas de investigación para tratar de esclarecer el intento de homicidio y el juez decidió reabrir la causa, que se mantiene en la actualidad bajo secreto de sumario, según han confirmado fuentes judiciales. Jaime Melgarejo salvó la vida pero perdió el ojo derecho, por donde salió la bala. Melgarejo es un empresario que tiene varios negocios, entre ellos una empresa de componentes informáticos. Pertenece a una familia aristocrática y es hijo de Jaime Melgarejo y Osborne, duque de San Fernando y grande de España, y María de los Reyes Piñar Miura.