Ha vuelto a pasar. El personal sanitario ha vuelto a ser víctima de un intento de agresión por parte de un paciente que amenazó al médico, a la enfermera y a dos administrativas con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones y que exigía ser atendido "de inmediato". En este caso para que se le recetara un medicamento estupefaciente de uso restrictivo por sus efectos secundarios y, principalmente, por la fuerte adicción que provoca.

Los hechos tuvieron lugar este martes sobre las 11:00 en el Consultorio de Las Pajanosas, en Guillena, donde tuvo que intervenir la Guardia Civil y un Policía Local fuera de servicio. Según han denunciado el Sindicato Médico de Sevilla y CCOO, el agresor, un individuo corpulento, visiblemente agitado, se presentó en el consultorio "reclamando a voces" la dispensación de un estupefaciente que, según decía, no le querían entregar en la farmacia. En la sala de espera del centro había un nutrido grupo de pacientes que eran atendidos por cuatro profesionales: dos administrativas, una enfermera y un médico. Fue tras comprobar el facultativo que se le había prescrito cinco días antes y explicarle que al menos tendría para otros diez días, cuando el individuo subió el tono amenazante, dio media vuelta y abandonó las instalaciones para volver tras un breve espacio de tiempo armado con un gran cuchillo de cocina "para lograr su propósito" -apuntan los sindicatos- por lo que de inmediato se solicitó la asistencia de cuerpos de seguridad. 

"El presunto agresor, que portaba un cuchillo grande de cocina, la emprendió, profiriendo gritos y amenazas, a empujones contra los profesionales del consultorio, ante la presencia de otros usuarios y usuarias que se encontraban en la sala de espera, con la fortuna de que entre ellos se encontraba un policía local de Guillena, que supo gestionar la violenta situación y consiguió que los pacientes salieran a la calle y que el sujeto arrojase el cuchillo a una caja de cartón vacía. Aun así, forzó al personal del centro y se volvió a hacer con el arma hasta que, transcurridos otros veinte minutos, se personó una unidad de la Guardia Civil con sede en La Algaba, la cual solicitó la asistencia de un segundo equipo para finalmente reducir al agresor", explican las mismas fuentes.

La situación vivida llegó a tal nivel que los profesionales no pudieron continuar con la labor asistencial debido a estado de ansiedad y shock que les provocó el incidente, apuntan los sindicatos, que finalmente se procedió al cierre del consultorio de las Pajanosas,derivando a los pacientes a otro centro. A continuación. Los profesionales activaron el protocolo de agresiones del SAS, presentando la preceptiva denuncia.

Desde CCOO denuncian que las instalaciones no contaran "ni con botón antipánico, ni con una vía alternativa de escape, ni con cámaras de seguridad", por lo que solicita que se convoque una reunión extraordinaria del Comité de Salud y Seguridad del Distrito Sevilla Norte, para pedir explicaciones "ante la inexistencia de medidas preventivas ante las agresiones en ese centro", y reclamar que los profesionales "puedan ofrecer una atención de calidad con todos los medios disponibles para evitar ser victimas de agresiones de cualquier tipo".

En la misma línea, desde el Sindicato Médico de Sevilla se exige a la Administración que proceda a instalar "cámaras de seguridad en todos y cada uno de los centros de asistencia sanitaria para así poder identificar a los agresores y disuadir a quienes pretenden saltar por encima de las más básicas reglas de comportamiento cívico ciudadano". "¿Tenemos que esperar a que se produzcan hechos irreversibles para aportar soluciones efectivas? Esperamos no estar predicando en el desierto y, por eso, nos manifestaremos como en anteriores agresiones. Los ciudadanos merecen que se proteja a quienes les protegen", añaden.