La piedra que da la vida

Situada a una altitud de 465 metros y a 104 kilómetros de Sevilla, nos encontramos el municipio de Gilena, conocido popularmente como 'macizo de Estepa'. Debido a su situación geográfica y a la abundancia de agua en su término municipal, por sus tierras han pasado toda clase de civilizaciones, dejando cada una su huella, y prueba de ello son los numerosos restos arqueológicos hallados del Calcolítico, final del Bronce, ibéricos, romanos, visigodos y árabes.

Si ya entonces la piedra era un arma fundamental para aquellas civilizaciones que habitaron Gilena, aún hoy lo sigue siendo en este pueblo. Porque el oro que más brilla en la sierra de Gilena es la piedra caliza, una piedra que da la vida, porque se ha convertido en el primer motor económico de la localidad, junto a su oro líquido, el aceite de oliva.

El término municipal encierra grandes canteras naturales de las que se extrae la piedra cálcica que es la materia prima para muchas empresas asentadas en la localidad. "En el sector de la piedra Gilena es puntera", comenta el alcalde del municipio, José Manuel Joya Carvajal. "Alrededor del pueblo hay varias canteras al aire libre de la que se extrae mármol sobre todo para la industria ornamental, y luego hay otras de áridos, de donde se saca el micronizado o carbonato cálcico para fabricar por ejemplo el polvo de talco o el bicarbonato", explica. Actualmente Gilena cuenta con una decena de empresas que se dedican a este sector, algunas asentadas en el polígono industrial del municipio. "Estas empresas dan trabajo a mucha gente del pueblo", cuenta Antonio José Muñoz Rodríguez, presidente de la Asociación de Empresarios Aepi-Piedra Blanca de Gilena. "Las más fuertes en el polígono son Tomás Montaño, en mármol, y Minera del Santo Ángel, que tiene su almacén de micronizado aquí", añade. A estas dos se suman otras firmas como San Isidro, Silex Minera, Mármoles Ruiz Haro, Targedi, Carmisur o ICA Álvarez. Muchas exportan su piedra a países europeos, africanos y otros más lejanos como China o Brasil.

Minera del Santo Ángel es la empresa pionera en Gilena. La fundó Antonino Díaz, y hoy la continúan sus cuatro hijos. "Yo empecé a sacar la piedra con mi padre, en el año 61", cuenta Antonino. "El primer carbonato cálcico que salió de Gilena lo extrajimos nosotros en el año 61", recuerda. Hoy es una empresa familiar con 30 trabajadores que exporta su piedra, ya pulverizada, a países como Marruecos, Portugal, Senegal, Alemania e Italia. De hecho, como indica Antonino, el 50% de su facturación proviene de la exportación. "Hay cuatro empresas más en el pueblo de este tipo, pero nosotros somos como la parte más fina del micronizado", dice Antonino. Su hijo Ángel aclara, "aquí trabajamos con talco, dolomita, barita y mármol procedente de Macael". ¿Y para que se usa? "El carbonato tiene multitud de usos: para cosméticos, algunos usos alimenticios, pinturas, PVC, pienso compuesto...".

Con el fin de difundir el nombre de Gilena como referente de la cantería artística nacional de los últimos tiempos, se celebra cada dos años el Simposio Artifex, en el que varios escultores internacionales, elegidos entre un grupo de más de 50 aspirantes de entre 18 países diferentes, esculpen durante dos semanas bloques de piedra hasta obtener una obra de arte, en plena calle y a la vista de los ciudadanos. Cada uno de los artistas tallará su obra en bloques que previamente seleccionarán en las canteras de la sierra. Todas los piezas son de piedra caliza y grandes dimensiones. Este año la tercera edición de Artifex se celebrará del 14 al 28 de septiembre.