Barcelona - Betis | La previa

El Betis, en puertas de otra dimensión

Manuel Pellegrini junto a sus jugadores en un entrenamiento.

Manuel Pellegrini junto a sus jugadores en un entrenamiento. / Antonio Pizarro

En ocho jornadas, cuatro victorias y cuatro derrotas arroja el Betis en su aventura liguera. Ese balance, prolongado hasta las 38 jornadas de un campeonato, lleva a acabar con 57 puntos. En la frontera de esos 60 puntos que suelen ser garantía para agarrar una plaza europea. Algo le falta al Betis. Un impulso definitivo para salir de ese irregular caminar. Como no ha nacido el equipo que complete una Liga con 19 victorias y 19 derrotas, que es el ritmo actual de los verdiblancos, mejor analizar por dónde puede romper esa dinámica. Si para mejor, o para peor.

Cuatro alegrías se ha dado la parroquia heliopolitana ante equipos de la mitad baja de la tabla (Alavés, Valladolid, Valencia y Elche), a los que bien sacudió agarrados por las solapas, y cuatro decepciones, con su pliego de descargos en alguna de ellas, ha pacedido ante Real Madrid, Getafe, Real Sociedad y Atlético de Madrid, un cuarteto llamado a luchar por objetivos nobles. Fifty fifty.

Alineaciones probables Alineaciones probables

Alineaciones probables / Elaboración propia: Dpto. de Infografía

Sí, el equipo de Manuel Pellegrini, aun muy mejorado con respecto al que hace un año modelaba la desmañada mano de Rubi, es hasta el momento un prometedor proyecto al que le falta algo. Es como hundir el cucharón en el puchero, probar y que las papilas gustativas avisen de que el sabor no es del todo redondo.

Le falta, efectivamente, dar un aldabonazo en las barbas de alguno de los buenos de la Liga. Y hoy, a la hora de la sobremesa, tiene una ocasión hermosa en la casa de uno de los más grandes del orbe, el Fútbol Club Barcelona. Ganar en el Camp Nou no es esta vez cuasi milagroso. Y de hacerlo, este Betis preciosista pero también agudo va a abrir la puerta a otra dimensión. Va a disparar sus expectativas. Un partido-bisagra con todas las de la ley... si por supuesto que no interfieren factores exógenos que llevan un silbato en la boca o que trazan líneas quebradas en un siniestro monitor.

Canales junto a Bartra y Borja Iglesias. Canales junto a Bartra y Borja Iglesias.

Canales junto a Bartra y Borja Iglesias. / Antonio Pizarro

El Barcelona siempre fue un club ciclotímico. Una entidad con una marcada propensión a la autodestrucción, a soltar los ases de la partida. El señero club catalán fue capaz de dejar volar a Maradona con 24 años, eso lo dice todo. Si el Barça ha disfrutado de tres lustros largos lejos del precipicio, ha sido por la irrupción de alguien que se ha sentado a comer a la misma mesa que Diego Armando, Lionel Messi. Pero Leo ya da síntomas de hastío. Por algo se quiso ir el pasado verano y le cerraron la puerta.

La mayúscula crisis económica del coloso azulgrana ha condicionado un proyecto deportivo mal parido, un rompecabezas que de momento Ronald Koeman no soluciona. La luz inigualable de Messi ha solido alumbrar el camino, más en la Liga que en la Champions, pero el argentino anda taciturno por la hierba. Cuatro partidos sin ganar lleva un teórico aspirante a la Liga. Dos puntos de los últimos 12 por sus empates ante Sevilla y Alavés y sus derotas ante Getafe y Real Madrid. Bajan las aguas muy revueltas por las travesseras de Barcelona.

Y en ese decorado patas arriba, irrumpe un Betis que ya ha demostrado su capacidad para tomar la iniciativa, apretar arriba y, eureka, imprimirle verticalidad a sus acometidas. Lo hizo a ratos ante el Real Madrid, lo hizo también la primera parte en el Wanda Metropolitano ante el Atlético. Dos aspectos del juego deben mejorar los verdiblancos sobre todos los demás: darle más continuidad a su intensidad, aunque sea a cambio de rebajar un punto su briosa puesta en escena, lo primero, y lo segundo, no acusar el primer revés como si fuera el definitivo, como le ocurrió ante los centuriones de Simeone.

Pellegrini ve que lleva a sus chicos por el buen camino y va a seguir apostando por dos laterales largos, Emerson y Álex Moreno, hoy con confianza para tirar para arriba. Para que el sistema defensivo, tan carente de piezas defensivas, sufra lo menos posible ante Ansu Fati, Griezmann, Pedri y sobre todo Messi será fundamental volver a imponer una audaz y eficaz presión, llevar el centro de gravedad del partido lo más lejos de Bravo. Así, sin Fekir por lesión, Canales hará la mediapunta y William se colocará junto a Guido. A partir de ahí, mirar de tú a tú al Barça para ganar al fin a uno de los de arriba. Sería abrir la puerta a otra dimensión. 

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