Barcelona - Betis

Hora de que William Carvalho emule a Cristian Tello

William Carvalho abraza a Joaquín tras el 0-2 del portuense en el 3-4 de 2018.

William Carvalho abraza a Joaquín tras el 0-2 del portuense en el 3-4 de 2018. / Quique García (Efe)

Hace dos años menos cuatro días del día en que William Carvalho mostró por fin con la rayada en verdiblanco la verdadera dimensión del fantástico jugador que es. Ese 11 de noviembre de 2018, el encorvado centrocampista se enseñoreó de la zona ancha más ancha del fútbol español, la del Camp Nou, y dio un asombroso máster de 90 minutos. Todo el Betis de Quique Setién pareció tocado por una inspiración divina ese día que jamás olvidará su gente (3-4). Pero lo del portugués fue más allá.

Pareció jugar William con ojos en el cogote, como tantas veces hizo Xavi Hernández en ese escenario. Tal como recibía la pelota, la escupía siempre a la zona que pedía la jugada para desarbolar al Barcelona de Valverde, ora en triangulaciones milimétricas con Lo Celso como socio, ora en aperturas prodigiosas a una de las bandas, donde Joaquín o Júnior ejercían de cuchillos japoneses.

Cuando no la prolongaba de primeras, Carvalho controlaba, se giraba y arrancaba con su engañoso motor preñado de caballos para dejar atrás, inermes, a Rakitic, Arthur, Arturo Vival, el mismísimo Sergio Busquets. Porque William parece lento, y puede serlo en la anticipación defensiva, pero cuando el cuero es suyo, es otra historia. Ahí su zancada rompe líneas, quiebra las pizarras.

Esta temporada, la capacidad de Carvalho de cruzar trincheras, que sólo adorna a los mediocampistas realmente buenos, afloró en momentos puntuales: ante el Valladolid y el Real Madrid, en los primeros partidos en que el Betis echó de menos la gran hoguera verde que prende en el Benito Villamarín cuando asoman por la bocana sus once héroes.

Esta temporada, el portugués sigue sin sacudirse esa irregularidad. Y tras la negra noche de Getafe, bajó un peldaño en la lista de preferencias de Manuel Pellegrini. Hoy, si el chileno decide fortificar su centro del campo situando a William junto a Guido para adelantar a Canales a la mediapunta, haría bien el luso en recordar su magisterio de hace dos años. Si lo hace y le vale para zafarse de las dudas, seguirá con su larga zancada la estela de Cristian Tello.

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