Real Betis

Betis-Rayo | ¡Y encima otro pase de gol de Joaquín! (3-1)

  • Los verdiblancos consiguen tres puntos de mucho valor gracias al golazo inicial de Sabaly y a un final festivo gracias a la participación estelar del portuense

  • Pellegrini le dio minutos al capitán y éste demostró que no es un regalo al participar activamente en el tanto de Borja Iglesias

  • Así le hemos contado el Betis-Rayo

Joaquín y Borja Iglesias, los protagonistas de la fiesta final del Betis.

Joaquín y Borja Iglesias, los protagonistas de la fiesta final del Betis. / Antonio Pizarro

Triunfo importante para el Betis en su carrera por repetir por tercera vez en la Liga Europa. Los verdiblancos sacaron adelante un partido que no pareció fácil en la primera jugada del mismo, pero que fueron capaces de resolverlo gracias a un extraordinario golazo de Sabaly que sirvió para dejar encauzadas las cosas. El senegalés, después de la doble oportunidad de Álvaro García e Isi no más comenzar, largó un zapatazo a la escuadra con su pierna izquierda y con una comba impresionante para que la noche se pusiera cuesta abajo para los anfitriones. Pero restaba aún un protagonista principalísimo más. Joaquín tuvo nueve minutos para demostrar que Manuel Pellegrini no le regala nada, ya que el portuense los aprovechó para darle un pase de maestro a Borja Iglesias para que éste se reencontrara con el gol.

Fue el colofón perfecto para la fiesta, para que todos los futbolistas del Betis se dirigieran después hacia su grada para recibir el aliento con vistas al derbi del próximo domingo en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Los verdiblancos tendrán casi toda la semana entera para prepararlo y lo harán, además, con una sonrisa de oreja a oreja tras este nuevo triunfo frente a un Rayo que peleó hasta el tiempo de prolongación, pero que se tuvo que rendir finalmente ante la superioridad de los verdiblancos.

El Betis no pierde, pues, el paso en la competición liguera. Una vez más, ha sido capaz de reponerse a un momento de dudas y estos dos triunfos frente al Athletic Club y el Rayo Vallecano le ha allanado bastante el camino hacia esos puestos europeos que cada vez parecen más consolidados por la ventaja existente con sus perseguidores. Ni siquiera cuando parece complicada la cuestión, se altera ese discurrir positivo, dado que el cuadro de Manuel Pellegrini iba a ser superior a los rayistas por la sencilla razón de que ejecutó las jugadas de ataque con efectividad.

Y eso que el arranque conducía a una inquietud que no iba a tener nada que ver con lo posterior. Ni siquiera había transcurrido un minuto de juego cuando Álvaro García recibía una pared profunda de Raúl de Tomás por la banda izquierda, le mostraba la matrícula a Sabaly y su disparo era rechazado como podía por Claudio Bravo. El rebote le cayó casi a puerta vacía a Isi, pero Miranda estorbó lo justo con su esfuerzo para que el remate del zurdo rayista se fuera al poste.

Ayoze marca el segundo gol de los heliopolitanos. Ayoze marca el segundo gol de los heliopolitanos.

Ayoze marca el segundo gol de los heliopolitanos. / Antonio Pizarro

Los locales se habían salvado en la primera y no iban a tardar en rubricar una ventaja inicial. Lo pudo conseguir antes cuando Ayoze le robó un balón al propio Isi y después dejaba delante del portero a William Carvalho. El disparo de éste fue repelido por Dmitrievski, pero el saque de esquina posterior le llegaba a Sabaly para que anotara uno de los goles más bellos del campeonato. Tras un despeje defensivo le pegó con la izquierda con toda su alma y el balón se fue directo a la escuadra. Un golazo de los buenos, de los que se saborean en el estadio.

Pero el Rayo parecía que no se iba a dar por vencido fácilmente y volvió a insistir por el sector izquierdo para que fuera otra vez Álvaro García quien pusiera el balón atrás para dejar en solitario a Isi. El disparo centrado de éste fue repelido, en primera instancia, por Claudio Bravo y después se iba a estrellar en el poste. La moneda volvía a salir cara para los hombres del ingeniero, algo que iba a ser una constante durante toda la noche.

La sapiencia del chileno condujo a los suyos a parar algo el frenesí inicial. Con el Betis por delante no interesaba correr más riesgo de la cuenta y de eso se iba a encargar un Guido Rodríguez que, como siempre, resulta fundamental para impedir que el rival llegue con ventaja a esas zonas tan peligrosas. Y eso que Iraola había ordenado acumular hombres a las espaldas del medio centro argentino, pues por ahí se movían Trejo y Raúl de Tomás y, además, se incorporaba en muchas ocasiones Isi para crear superioridades.

Pero el Betis supo dormir el juego lo suficiente con paciencia. El resto consistía en saber aguardar el momento para asestar el segundo golpe, tal vez el definitivo. Llegó en otro saque de esquina justo antes del descanso. Lo botó Canales, lo peleó Willian José y lo anotó con oportunismo y calidad Ayoze. El canario desvió lo justo el balón con la derecha para que los suyos se fueran al intermedio con un colchón de lo más mullido.

En ese periodo de asueto se iba a producir una sustitución que tendría que ver tanto con el aspecto físico como con una noche poco inspirada de William Carvalho. El portugués se quedaba fuera para que Guardado ocupara su lugar. Pero el Betis iba a tener que sufrir todavía, sobre todo porque Comesaña remataba en plancha un centro de Fran García. Sólo era el minuto 51 y restaba mucho por delante para llegar hasta el premio final.

Fue una fase repleta de imprecisiones, de balones absurdos perdidos por parte y parte, y de demasiados esfuerzos corriendo para arriba y para abajo. Trejo dio un nuevo susto por otro disparo al larguero (61’), hubo algún acercamiento rayista más, aunque la opción más clara fue para Borja Iglesias en un contragolpe (93’). El Betis había sabido dormir el juego e incluso Pellegrini le dio minutos a Joaquín para que éste demostrara que no juega de prestado, que no se trata de igualar el récord de Zubizarreta. Pase de Rodri para el portuense y la sapiencia del eterno capitán sale a relucir para darle el tanto en bandeja a Borja Iglesias. Tres a uno y ¡un nuevo pase de gol para el gran Joaquín! La fiesta estaba más que justificada.

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