Betis

El enroque de Haro y Catalán

  • Los dirigentes buscan un golpe de efecto en forma de nuevo entrenador para el próximo año

  • Accionistas de peso se mueven para buscar una alternativa de gestión

El presidente, Ángel Haro, junto al vicepresidente, José Miguel López Catalán.

El presidente, Ángel Haro, junto al vicepresidente, José Miguel López Catalán. / Juan Carlos Muñoz

El nuevo fracaso deportivo del Betis ha vuelto a dejar al desnudo a sus dos máximos dirigentes, Ángel Haro y José Miguel López Catalán. La reestructuración del área deportiva iniciada el pasado año con el despido de Lorenzo Serra Ferrer ha dejado al club verdiblanco de nuevo en la mediocridad y a la espera de, al menos, no pasar apuros hasta el final de campaña.

Este panorama desalentador en la gestión de la entidad, pese a todo, no afecta a los dos dirigentes, que ya hace meses que se vienen moviendo en el mercado en busca de un entrenador que significase un golpe de efecto. Ni el despilfarro del pasado verano ni el paupérrimo rendimiento del equipo hacen variar el plan de Haro y Catalán, aunque sí surgen voces críticas tanto en el entorno más cercano de los dirigentes como en otros accionistas de peso.

Aunque el despido de Rubi se certificó por la mala racha en el regreso del campeonato, los dirigentes ya habían mantenido contactos con otros entrenadores para conocer la disponibilidad para el próximo año. El preferido para Haro y Catalán era Marcelino, con el que han mantenido más de una conversación para tratar de seducirlo con un proyecto a largo plazo. El asturiano, que aguarda ofertas de Italia e Inglaterra, supondría una alta inversión económica, tanto en los emolumentos a percibir por él y su grupo de colaboradores como en la remodelación de la plantilla para ajustarla a su idea de juego. Ahí también participaría Pablo Longoria, mano derecha de Marcelino en materia de fichajes, y con quien López Catalán también ha estado en contacto.

Ante las dificultad que supone convencer a Marcelino, y la necesidad de que esa contratación quedara cerrada en cuanto estuviera asegurada la permanencia, los dirigentes han recabado información sobreotras posibles alternativas que supusieran un cambio radical en el banquillo. Descartado Unai Emery, con quien se contactó pero cuyo caché es imposible para el Betis, los dirigentes también han valorado nombres como el de Manuel Pellegrini o Javi Gracia, dos técnicos con los que ya se contactó hace algunos meses.

Marcelino García Toral. Marcelino García Toral.

Marcelino García Toral. / Efe

Sí empiezan a tener claro los dirigentes la necesidad de cambiar la plantilla. Si la idea expresada recientemente pasaba por defender la idoneidad de la misma, ahora en el Betis ya ha quedado claro que está descompensada en algunas posiciones, a la vez que será necesario buscar más competitividad. En ese capítulo de los fichajes también sigue trabajando López Catalán, ajeno a las críticas y al desgaste que sufre su figura entre los béticos.

Precisamente, esa incapacidad del vicepresidente para encabezar el proyecto deportivo es uno de los puntos en común de los accionistas de peso que vienen realizando movimientos para presentar una alternativa de gestión a este proyecto agotado.

Tanto Joaquín Caro Ledesma como la familia Galera, que representan a los accionistas más importantes que no están en el consejo, como otros como Rafael Salas o el propio Lorenzo Serra Ferrer ya aparecen en un plano principal y a la espera de que Haro y Catalán recapaciten en su manera personalista de llevar la entidad.

No parece sencillo que ahora mismo surja una alternativa de poder a los actuales dirigentes, al menos sin que se produzcan movimientos de otros béticos con peso específico aunque no tanto accionarial, de ahí que Haro y Catalán sigan enrocados en su hoja de ruta. Tras el fracaso que ha supuesto la apuesta por el cambio en el área deportiva, los dirigentes buscan un entrenador que asume las riendas del proyecto, sin descartar tampoco otra figura que refuerce a la dirección deportiva.

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