El Betis se reconcilia con el triunfo como forastero después de cinco meses y medio. Los verdiblancos sacaron el máximo provecho de un gol de Sergi Altimira al filo del descanso y demostraron que tienen un señor en el banquillo que es capaz de convertir en oro a todas las piezas que ponen a su disposición. Manuel Pellegrini se convirtió de nuevo en Palma de Mallorca en el rey Midas del cuadro heliopolitano y ganó, vaya si ganó. Seguramente no le dará igual al entrenador chileno, le gustaría tener más mimbres, pero esta vez fue capaz de aprobar la asignatura como visitante gracias al partidazo de recién llegados como Johnny o Sokratis. Isco ya prácticamente ni es noticia, siempre juega bien y rinde a un nivel, como mínimo, de notable.

Hasta el autor del gol tiene la literatura de su escasa participación durante el primer tramo del curso liguero, pero las ausencias obligan a estas improvisaciones y da igual que la pareja de centrales la compongan Visus y Sokratis, como en la segunda mitad por la lesión de Pezzella, o que el dúo de centrocampistas sean Johnny y Altimira, dos hombres que se conocieron hace un mes como máximo. El caso es que este Betis de autor, de Pellegrini, siempre saca lo máximo de los futbolistas que el club le pone a su disposición y gana muchísimo más que pierde.

El festejo de este triunfo frente al Mallorca, nada más y nada menos que uno de los semifinalistas de la Copa del Rey, está más que justificado. No estaban en el campo Guido Rodríguez, Marc Roca, Chadi y un sinfín de futbolistas más que han tenido mucho peso a lo largo del presente curso. Insisto, da igual, ahí está Pellegrini y su cuerpo técnico para que los suyos siempre integren un equipo tremendamente ordenado y que saquen partido de ello. Que este Betis puede perder, pues claro que sí, pero la realidad indica que le da muchas más alegrías a quienes sienten la fe balompédica radicada en el sevillano barrio de Heliópolis que lo contrario.

Muchas interrupciones

El Betis iba a recibir la mejor noticia al finalizar un primer periodo con demasiadas interrupciones, con choques entre las cabezas de los futbolistas, con Pezzella como principal damnificado, un rodillazo en sus partes de Johnny a Samu Costa, que finalmente no pudo seguir en el campo, y algunas circunstancias más. Pero todo eso condujo a un tiempo de prolongación de siete minutos y en el primero de ellos llegó el intencionado tiro de rosca de Altimira desde el semicírculo del área grande. El disparo se fue alejando de Rajkovic y éste reaccionó tarde, pero nada más que la intención merecía el premio que consiguió.

Los verdiblancos se ponían por delante en el marcador después de un primer periodo bastante equilibrado, pero eso era una excelente noticia a la vista de las circunstancias que rodean a este Mallorca tras su brillante gesta en la Copa del Rey contra el Girona. Por ello, por esa acumulación de esfuerzos, podía tener mucha trascendencia marcar primero y eso lo conseguía la tropa de Pellegrini a través de la osadía para el disparo del joven catalán.

Y sucedía, además, a pesar de la concatenación de circunstancias que provocan que este Betis vaya a sus retos semanales con las piezas justas para sacarlas adelante. Esta vez se unía a la lista de ausentes una de las piezas claves, concretamente un Marc Roca que precisamente dejaba su plaza al autor del gol. Tampoco viajó, lógicamente, Borja Iglesias, que aparecía en las horas previas fotografiado en las gradas del Bay Arena de Leverkusen. Pero da igual, Pellegrini hace magia con lo que tiene y colocaba a Altimira junto al recién llegado Johnny en el eje de todo para que su equipo siempre esté equilibrado y protegido en las transiciones del rival.

Además, la gran sorpresa en la alineación era ver por primera vez juntos desde el inicio a esos dos prestidigitadores que responden por Isco y Fekir. Es evidente que el malagueño está ahora mismo a años luz del francés en lo referente a su rendimiento, a su condición física, pero era interesante que ambos se mezclaran como falso delantero y como mediapunta. Ésa era la propuesta del entrenador bético, ya que tanto Luiz Henrique como Assane Diao se encargaban de las bandas, donde el esfuerzo siempre es más exigente.

Con semejante planteamiento, el Betis iba a comenzar sufriendo en los minutos iniciales con las acometidas de Larin, sobre todo, y también de Abdón Prats, pero el trabajo de los centrales fue impecable para proteger siempre a Rui Silva y que éste no sufriera un peligro mayor casi nunca. Con la salvedad de un cabezazo de Abdón Prats al larguero (15') en una jugada que nace, curiosamente, en un balón perdido al chocar Isco y Fekir por ocupar exactamente el mismo espacio. Esta circunstancia, de cualquier manera, no volvería a repetirse en el juego, aunque la asociación entre ambos magos deberá esperar un poco más hasta que el francés eleve su nivel físico y de integración en el resto de la maquinaria que es este Betis de Pellegrini.

Visus por Pezzella

Más allá de los nombres propios, el Betis siempre iba a ser un equipo y fue así incluso cuando en el intermedio se quedaba con una pieza principalísima en la defensa como Pezzella. El argentino se quedaba en el banquillo por su golpe en el pómulo y ingresaba en el mismo Visus. También Rodri salió por Assane Diao. El rendimiento fue exactamente igual de eficaz, el Mallorca sólo iba a tener una ocasión clara tras el intermedio en otro cabezazo en solitario de Abdón Prats (82'). El resto del peligro era más por la posibilidad de un mal despeje o cualquier otra circunstancia que por otra cosa.

El Betis, con Sokratis a veces multiplicándose y con mucho orden sobre todo, supo defenderse de los balones colgados por los baleares hacia el tanque Muriqi. El Mallorca sólo había perdido en su casa contra el Villarreal, pero todavía no había recibido a la tropa de Pellegrini, a ese ejército que es capaz de moverse como ordena su general. Está claro, el chileno es un rey Midas en el club verdiblanco, convierte en oro todo lo que le ponen entre sus manos. Loa, pues, al entrenador y todo el Betis, también a quienes siguen sus órdenes y a quienes le ponen a Johnny y Sokratis, por citar sólo a los dos más destacados esta vez, en su plantilla.