Estas son las funciones del anillo inteligente que mejora la calidad del sueño de Juanma Moreno
Cuenta con muchos otros beneficios, ya que mide la presión arterial y la oxigenación en sangre
"Tienes sueño en el sofá, pero al meterte en la cama desaparece": esta psicóloga da en la clave
La mayoría de personas tienen problemas de sueño. Casi todos los individuos duermen entre seis y siete horas, siendo estás muy deficientes y conllevando a graves problemas de salud. En las últimas apariciones, hemos podido comprobar que el presidente andaluz Juanma Moreno lleva en su mano un anillo que le ayuda a conciliar el sueño.
Se trata de un anillo inteligente que recopila tanto métricas como datos biométricos, entre ellos, los del sueño que es la afección que le acompaña. Este lo lleva en el dedo anular de su mano derecha. Está controlado por la inteligencia artificial y le puede decir desde las horas de sueño que necesita hasta la hora exacta en la que debe acostarse debido a que tiene los datos médicos como la oxigenación en sangre o la temperatura corporal.
Este anillo se controla a través de una aplicación por el teléfono móvil con una serie de notificaciones. Entre las recomendaciones se encuentra la reducción del uso de las pantallas hasta el consumo de fármacos que puedan ayudar al sueño. El que lleva el presidente andaluz es el Oura Ring y puede monitorizar los niveles de estrés, la presión cardíaca o los ciclos menstruales en las mujeres.
Cómo afecta el insomnio severo a la salud
Entre un 10 y un 15% de la población española sufre problemas de insomnio. Se trata de un trastorno muy difícil de tratar, ya que no existen estudios que hayan solucionado los problemas para siempre. Es cierto que siempre se ha relacionado con la reducción de cafeína y el tabaquismo.
Para considerarse crónico, debe presentarse al menos tres veces por semana durante un período de tres meses o más. Aunque muchas personas lo perciben como un simple inconveniente, sus efectos sobre la salud física y mental pueden ser profundos y duraderos.
Uno de los principales impactos del insomnio crónico se observa en el sistema nervioso. La falta de sueño altera los procesos cognitivos, reduciendo la concentración, la memoria y la capacidad de toma de decisiones. Las personas que sufren de insomnio suelen experimentar irritabilidad, cambios de humor y mayor susceptibilidad al estrés. Además, la privación prolongada del sueño afecta el equilibrio emocional, aumentando el riesgo de desarrollar trastornos como la depresión y la ansiedad. La relación entre insomnio y salud mental es bidireccional: los problemas emocionales pueden agravar el insomnio, y el insomnio, a su vez, puede intensificar los síntomas psicológicos.
A nivel físico, el insomnio crónico tiene consecuencias importantes sobre el sistema inmunológico. Dormir poco reduce la producción de citoquinas, proteínas esenciales para combatir infecciones e inflamaciones. Por ello, las personas con sueño insuficiente tienden a enfermarse con mayor frecuencia y a recuperarse más lentamente. Asimismo, la falta de descanso altera el metabolismo, favoreciendo el aumento de peso y la resistencia a la insulina, factores que incrementan el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
El sistema cardiovascular también se ve afectado por el insomnio. Durante el sueño, la presión arterial y el ritmo cardíaco disminuyen, permitiendo que el corazón y los vasos sanguíneos se reparen y descansen. Cuando este proceso se interrumpe de manera constante, se produce un desequilibrio que puede conducir a hipertensión, arritmias y mayor probabilidad de sufrir infartos o accidentes cerebrovasculares. Estudios médicos han demostrado que las personas con insomnio crónico presentan tasas más altas de enfermedades cardíacas que aquellas que duermen adecuadamente.
En cuanto al rendimiento diario, la falta de sueño sostenida disminuye la productividad y la seguridad. La somnolencia diurna aumenta el riesgo de accidentes laborales y de tráfico, mientras que el agotamiento continuo puede generar un estado de fatiga crónica difícil de revertir. Además, el sueño insuficiente afecta la apariencia física: la piel pierde luminosidad, aparecen ojeras y envejece con mayor rapidez debido al aumento del cortisol, la hormona del estrés.
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