La especia antioxidante que protege tu organismo y que mejora tu salud sin que lo notes

Investigación y Tecnología

Tiene un componente con propiedades antiinflamatorias y analgésicas

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Especia antioxidante
Especia antioxidante / Freepik

En muchas cocinas del mundo, hay un ingrediente que no llama demasiado la atención a simple vista. Se esconde entre los frascos del estante de especias y sin embargo, cada vez que entra en contacto con el fuego, transforma el plato con un aroma profundo y un color tan vibrante como hipnótico. No se trata de un condimento más, sino que es un puente entre generaciones, una memoria ancestral en forma de polvo que ha recorrido siglos y continentes. Su esencia es tan versátil que puede ser suave y dulce en unas manos o potente y ahumada, en otras.

Este ingrediente ha sabido adaptarse, camuflarse y a la vez dominar, como si conociera los secretos más antiguos del fuego y la tierra. Muchos profesionales de la cocina lo consideran indispensable, aunque pocos se detienen a pensar en su origen, sus cualidades o los matices que lo hacen único. Lo añadimos a guisos, marinados y hasta embutidos, sin sospechar que detrás de ese rojo intenso hay una historia botánica, artesanal y hasta medicinal. Estamos hablando, claro, del pimentón.

Las propiedades del pimentón: más que color y sabor

El pimentón, también conocido como paprika en muchas partes del mundo, se elabora a partir del secado y molido de ciertos tipos de pimientos rojos. Dependiendo de su proceso de elaboración, puede clasificarse en dulce, agridulce o picante y su sabor puede variar enormemente según la variedad de pimiento utilizada, el método de secado (natural, al humo, al sol) y el punto de madurez en que se cosechan los frutos.

Más allá de su uso culinario, el pimentón ofrece una serie de beneficios para la salud. Es rico en antioxidantes, particularmente en carotenoides como la capsantina, responsable de su color rojo intenso. Estos compuestos ayudan a combatir el envejecimiento celular, fortalecen el sistema inmunológico y protegen contra ciertas enfermedades crónicas. También contiene vitamina A, fundamental para la salud ocular, así como vitaminas del grupo B y vitamina E, que favorecen el buen funcionamiento del sistema nervioso y la piel.

Otro aspecto interesante del pimentón es su contenido en capsaicina, sobre todo en las variedades más picantes. Se trata de un componente con propiedades antiinflamatorias y analgésicas que ha sido estudiado por sus efectos positivos en la circulación sanguínea y la reducción del dolor muscular. Incluso existen investigaciones que señalan su posible utilidad en el control del apetito y el metabolismo. No obstante, como cualquier alimento, su efecto dependerá de la cantidad y la calidad en que se consuma. En la cocina tradicional mediterránea y latinoamericana, su uso es frecuente pero equilibrado, lo que permite aprovechar sus beneficios sin riesgos. Además, su versatilidad permite que se adapte a preparaciones tan diversas como estofados, salsas, sopas, arroz, pescados, verduras asadas e incluso masas de pan.

Claves para elegir un buen pimentón

Elegir un pimentón de calidad no es una tarea fácil. A pesar de ser un ingrediente muy común, existen enormes diferencias entre una versión comercial, genérica y barata y un producto artesanal, cuidadosamente elaborado. Lo primero que debemos considerar es su origen. En países como España o Hungría, existen denominaciones de origen protegidas que garantizan un proceso tradicional, como el famoso Pimentón de la Vera, conocido por su sabor ahumado, o el Pimentón de Murcia, más dulce y aromático.

El color también es un indicador de calidad. Un buen pimentón debe tener un rojo intenso, profundo, sin tonos marrones ni opacos nos está indicando que el pimiento fue secado adecuadamente y molido sin oxidación. El aroma debe ser penetrante, limpio y equilibrado, lo que quiere decir que si huele demasiado fuerte a humo, puede ser señal de un proceso forzado o artificial. Por el contrario, si no huele a nada, probablemente ha perdido sus propiedades por estar mal almacenado o por ser muy viejo.

Otro detalle importante es el tipo de molienda. El pimentón fino se integra mejor en las preparaciones y libera su sabor más rápidamente, mientras que uno más grueso puede resultar ideal para marinadas o platos que requieren cocción prolongada. También conviene revisar la etiqueta: cuanto menos procesado esté el producto, mejor. Evita aquellos que incluyan conservantes, colorantes artificiales o aditivos innecesarios.

Por último, la frescura es clave. El pimentón, como muchas especias, pierde parte de su aroma y propiedades con el tiempo. Por eso se recomienda comprarlo en pequeñas cantidades y conservarlo en un frasco hermético, en un lugar seco, fresco y alejado de la luz. Algunas personas incluso lo guardan en la nevera para prolongar su vida útil, especialmente si se trata de una versión ahumada o más delicada.

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