Con qué frecuencia debes entrenar el cuello para evitar la sobrecarga en esa zona

Investigación y Tecnología

Mujer entrenando.
Mujer entrenando.

El dolor de cuello, que también se conoce como cervicalgia, es un reflejo de un daño en las cervicales que es una zona que se caracteriza por ser muy flexible y permitir mayor movilidad que en cualquier otra parte de la columna vertebral. Esa zona superior está compuesta por siete vértebras, entre las cuales se ubican los discos de cartílagos que sirven para amortiguar cualquier impacto.

También hay nervios que se extienden por todo el cuello, así como músculos, tendones y ligamentos que son los que nos permiten girar el cuello o mover y sostener la cabeza. Cuando los músculos del cuello y de la parte superior de la espada están debilitados, inconscientemente se tiende a inclinar la cabeza hacia adelante. Esto a la larga genera muchos problemas porque la columna está en una constante postura de tensión, que puede originar mareos cervicales.

Para qué sirve fortalecer los músculos del cuello

Los dolores de cuello y cervicales vienen a causa de malas posturas que traen como consecuencia problemas de salud y que si no se para a tiempo, puede derivar en problemas crónicos. En este sentido, es conveniente que se corrijan los hábitos posturales y fundamentalmente mantengas la cabeza en una posición neutral.

A veces no eres consciente de que no estás llevando una buena higiene postural, por lo que tienes que trabajar los diferentes músculos que, a su vez, cumplen diferentes funciones. Por ejemplo, los que se trabajan cuando haces un estiramiento y además pueden causar problemas con movimientos bruscos o continuos son los músculos escalenos y los suboccipitales.

Por otro lado, los músculos posturales son los que sostienen y son los extensores torácicos superiores y los flexores cervicales. En este sentido y para evitar la sobrecarga en la zona cervical, se pueden practicar una serie de ejercicios con los que fortalecer esa zona cuya frecuencia debe oscilar dependiendo de los objetivos que quieras conseguir.

Por ejemplo, si quieres mejorar la resistencia y la fuerza con tan solo una vez a la semana es suficiente para mantener un cuello fuerte. Si quieres un poco más de intensidad, puedes aumentar a tres veces la frecuencia con la que realizas los ejercicios.

Cuestión de emociones

Muchas veces las lesiones cervicales, como las contracturas, no están relacionadas solamente con una cuestión física, sino que también se implica una parte emocional. Cada una de las partes de la columna vertebral, refleja en forma de dolencia, una emoción que estás sintiendo y en el caso de las cervicales se traduce con un exceso de responsabilidades.

De hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS), confirma que hasta el 80 % de los episodios de dolor de espalda no tienen una justificación física determinada, sino que el dolor de espalda crónico, a menudo se mantiene por la relación de problemas psicológicos. El dolor y las emociones tienen diferentes grados, según la persona ya que no todos responden de la misma manera ante ambas condiciones.

Lo que sí es cierto es que el ser humano es característico por reprimir lo que le duele en lugar de gestionar lo que le preocupa. De este modo, cuando la vida duele y las preocupaciones son muchas, el mecanismo más habitual es la represión. Ese conjunto de emociones no reguladas termina por manifestarse en molestias psicosomáticas y en dolor físico que puede traer como consecuencias: tensión muscular, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, aumento de la presión arterial, fatiga, alteraciones del sueño y de los patrones de alimentación.

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