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La hora a la que debes cenar para disminuir el riesgo de cáncer de mama y próstata, según ha afirmado la ciencia

La hora a la que debes cenar para disminuir el riesgo de cáncer de mama y próstata, según ha afirmado la ciencia

La hora a la que debes cenar para disminuir el riesgo de cáncer de mama y próstata, según ha afirmado la ciencia

Que nuestros hábitos modifican la calidad del motor que mueve nuestro cuerpo, es ya más que una evidencia empírica. Pero son ya tantos los consejos, tendencias y hábitos saludables que se han propuesto para mejorar ciertas condiciones y enfermedades que, en muchos casos, estos propósitos se han quedado a mitad del libro (y del camino). Lo que está claro y hay  que tener en en cuenta son ciertas pautas de esta biblia sobre lo que no hay que hacer para convertirlos en factores de riesgo, entre ellas los hábitos alimenticios poco saludables, la falta de actividad física, el consumo de tabaco y alcohol o el estrés. Todas estas variables relacionadas con el estilo de vida pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. La buena noticia es que podemos detener este proceso destructivo al cambiar nuestros hábitos, incluyendo lo que comemos, el orden en que lo hacemos e incluso la hora del día en la que lo hacemos.

Así lo ha corroborado ahora el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que, en un estudio, ha demostrado que cenar temprano como dejar un intervalo de al menos dos horas antes de irse a la cama se relaciona con un menor riesgo de cáncer de mama y próstata, dos tipos de cáncer muy prevalentes a nivel mundial que han sido vinculados con el trabajo nocturno y la alteración del ritmo circadiano, también conocido como "reloj biológico".

El sur de Europa, el más afectado por los horarios

Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio, ha explicado que en estudios previos sobre alimentación y cáncer en humanos se habían enfocado principalmente en los patrones alimentarios, como el consumo de carne roja, frutas o verduras, o en la relación entre la cantidad de alimentos y la obesidad. Sin embargo,  ha destacado que en los estudios previos sobre alimentación y cáncer en humanos no se había considerado otros factores que rodean la ingesta de alimentos, como el momento del día en que se realizan y las actividades que se realizan antes y después de comer.

"La evidencia reciente en estudios experimentales indica que el momento de comer es importante y muestra que hacerlo en horas tardías afecta a la salud", ha señalado el investigador. Así, de acuerdo con el estudio publicado este miércoles en la revista 'International Journal of Cancer', las personas que cenan antes de las 21:00 o esperan al menos dos horas antes de acostarse tienen aproximadamente un 20% menos de riesgo de padecer cáncer de mama o próstata que aquellos que cenan después de las 22:00 o se acuestan inmediatamente después de cenar, respectivamente.

Kogevinas, concluye que seguir patrones de alimentación diurnos se relaciona con un menor riesgo de cáncer. Para él, estos hallazgos destacan la relevancia de considerar el ritmo circadiano en las investigaciones sobre dieta y cáncer.

''Nuestro estudio demuestra que seguir patrones diurnos de alimentación se relaciona con un menor riesgo de cáncer'', ha afirmado. Los resultados del estudio resaltan la importancia de tener en cuenta el ritmo circadiano en las investigaciones sobre dieta y cáncer. Además, si se confirman estos resultados, tendrán implicaciones en las recomendaciones de prevención del cáncer que actualmente no consideran los horarios de las comidas. En culturas como las del sur de Europa, donde la cena suele ser tardía, esto tendría un impacto significativo.

Dora Romaguera, investigadora de ISGlobal y otra de las autoras del estudio, considera que se necesitan más investigaciones para comprender por qué se obtuvieron estos resultados, pero todo indica que la hora de ir a dormir influye en nuestra capacidad de metabolizar los alimentos.

Entonces, ¿a qué hora debemos cenar?

Nuestro cuerpo funciona de manera diferente durante el día y la noche. No estamos diseñados para comer por la noche, por lo que resulta más difícil metabolizar los alimentos. De hecho, a partir de las siete de la tarde, nuestro cuerpo comienza a prepararse para el reposo, lo que ralentiza la absorción de los alimentos.

En este sentido, los expertos y gurús de la nutrición también llevan años señalando que para maximizar la capacidad metabólica de cada individuo, se aconseja dejar pasar al menos dos horas entre la cena y la hora de acostarse. Si se sigue esta recomendación, no solo se puede evitar ganar peso, sino que también se puede mejorar la calidad del sueño.

Por tanto, si se come antes de las 9 de la noche o se espera un mínimo de dos horas antes de acostarse, se puede reducir el riesgo de padecer estas enfermedades. Además, si se combina con espaciar la comida y la hora de ir a dormir, el riesgo disminuye en un 5%.

''La hora a la que se realizan algunas actividades puede afectar a nuestra salud, nuestro reloj biológico está regulado por ciclos de día y noche y el segundo factor que más influye es la dieta. El reloj central está en la base del cráneo y está influido básicamente por la luz, pero en el intestino y otros órganos también hay relojes que tienen ciclos condicionados con la hora a la que comemos'', señala Big Vang Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal.

Por tanto, aunque los horarios de las comidas son variables y dependen de cada persona y sus circunstancias, hay una franja horaria recomendada para aprovechar todos estos beneficios, reducir la inflamación y las enfermedades y ayudar a nuestro metabolismo a cenar sin ganar peso, la franja horaria que se recomienda está entre las siete y las ocho de la tarde, unas dos o tres horas antes de ir a dormir.

Qué alimentos debemos incluir en la cena

Es importante que ajustemos el horario de nuestra última comida del día para asegurarnos de que nuestras cenas sean saludables, y esto implica prestar especial atención a los alimentos que consumimos durante este momento. Para lograr esto, debemos asegurarnos de que nuestras cenas sean ligeras. Antes de la cena, es recomendable comer una pieza de fruta, un pequeño puñado de frutos secos o un yogur para evitar llegar a la cena con mucha hambre.

Asimismo, los alimentos y hábitos que se deben seguir son:

  1. Se debe evitar el consumo de embutidos y alimentos fritos, ya que pueden dificultar la digestión durante la noche.

  2. Se aconseja seleccionar frutas de estación maduras y combinarlas con yogur, como una alternativa saludable y depurativa.

  3. Los cereales integrales, ricos en vitamina B, pueden ayudar a conciliar el sueño.

  4. El arroz integral, con propiedades diuréticas, es una buena opción para combinar con ensaladas y crear un plato equilibrado.

  5. Se recomienda el consumo de proteínas como huevo, queso fresco, legumbres o pescado, siempre combinados con verduras y cocidos con muy poco aceite, para ayudar a quemar grasas.

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