La investigadora Sara Sánchez-López sobre la salud menstrual: "La normalización del dolor nos aleja de diagnósticos y tratamientos adecuados"

La salud menstrual continúa siendo un ámbito descuidado dentro del sistema sanitario, a pesar de afectar de forma directa y constante a la mitad de la población. Un estudio liderado por Sara Sánchez-López, investigadora de INGENIO (CSIC-UPV), y publicado en el portal Europa Press Infosalus, revela que más del 70% de las mujeres menstruantes sufre síntomas como dismenorrea, hinchazón abdominal, sangrados abundantes o diarrea. No obstante, el acceso a la atención ginecológica sigue siendo limitado: solo el 45% acude al ginecólogo al menos una vez al año, mientras que casi una de cada cinco nunca ha sido atendida por un especialista.

"La normalización del dolor nos aleja de diagnósticos y tratamientos adecuados. La endometriosis, por ejemplo, puede tardar entre 4 y 11 años en ser diagnosticada. Hablamos de dolores incapacitantes y de una pérdida significativa en la calidad de vida, además del potencial empeoramiento de la salud por falta de tratamiento adecuado", apunta Sara Sánchez-López. Esta falta de atención médica no solo repercute en la salud física, sino también en la confianza en el sistema y en la calidad de vida de las pacientes.

Desigualdad de acceso y urgencia de reformas estructurales

Una de las principales conclusiones del estudio es la existencia de una brecha de género en el tratamiento del dolor, conocida como gender pain gap. Las mujeres denuncian sentirse ignoradas por el personal sanitario, especialmente si presentan sobrepeso, antecedentes psicológicos o si rechazan tratamientos como la píldora anticonceptiva. Esta desatención prolonga diagnósticos como el de la endometriosis, que como explica la investigadora, puede tardar hasta once años, por lo que empuja a muchas mujeres a buscar alternativas no médicas o abandonar por completo la búsqueda de ayuda.

La investigación también señala una fuerte desigualdad en el acceso a revisiones ginecológicas según el tipo de cobertura sanitaria. Mientras que más del 70% de las mujeres con acceso a sanidad privada acude a controles anuales, en el sistema público la cifra no alcanza el 40%. Las largas listas de espera y la dificultad para obtener derivaciones agravan aún más esta situación. Por ello, las autoras proponen medidas como la formación del personal médico con perspectiva de género, campañas para desnormalizar el dolor menstrual y reformas en el sistema público que garanticen un acceso equitativo y sin sesgos a la atención ginecológica.

Cuándo acudir al ginecólogo por dolor menstrual

Es fundamental estar atenta a ciertos síntomas que podrían indicarnos la existencia de un problema de salud ginecológica y requerir atención médica urgente. Según Medline Plus, se recomienda contactar de inmediato con un profesional, si se presenta un aumento inusual del flujo vaginal, especialmente si tiene mal olor o si aparecen fiebre y dolor pélvico. También debe considerarse una señal de alarma el dolor es repentino o muy intenso, particularmente si hay un retraso menstrual superior a una semana y se ha mantenido actividad sexual reciente.

Por otro lado, existen situaciones que, sin ser urgencias, también justifican una consulta médica como, por ejemplo, si después de tres meses de tratamiento el dolor continúa sin mejora, debemos buscar una nueva evaluación. Del mismo modo, si el dolor aparece pese a tener un DIU colocado desde hace más de tres meses, o si se acompañan síntomas como la expulsión de coágulos de sangre, es importante comunicarlo al especialista. Asimismo, si el dolor se presenta fuera del periodo menstrual, comienza más de cinco días antes del sangrado o se prolonga después de que este termina, es necesario consultar para descartar posibles causas subyacentes. Detectar y atender estos signos a tiempo puede marcar la diferencia en el diagnóstico y tratamiento adecuado.

Referencias bibliográficas.

Medline Plus (2024, 16 de abril). Períodos menstruales dolorosos.

Europa Press Infosalus (2025, 8 de abril). Una de cada cinco mujeres con molestias menstruales frecuentes afirma no haber recibido nunca atención ginecológica.