INCENDIO
Tres personas heridas por inhalar humo en un incendio en su casa en Morón de la Frontera

José Juan Pereyra Rodríguez, dermatólogo: "Muchos pacientes han visto como, por primera vez en su vida, han tenido un tratamiento que les controla bien tanto su dermatitis atópica como la alopecia areata"

Investigación y Tecnología

La inhibición JAK se ha convertido en la herramienta más prometedora hasta la fecha para tratar la dermatitis atópica y la alopecia areata

Dermatitis seborreica: qué es, cómo afecta al cuero cabelludo y cuáles son las claves para identificarla

José Juan Pereyra Rodríguez, médico y jefe de Sección de Dermatología en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla / José Juan Pereyra Rodríguez

En los últimos años, el abordaje de enfermedades crónicas inmunomediadas como la dermatitis atópica y la alopecia areata ha experimentado un avance significativo gracias a nuevas terapias altamente eficaces y con buenos perfiles de seguridad. Estas patologías, que afectan tanto a niños como a adultos, no solo suponen un problema físico evidente, sino que tienen un fuerte impacto en la calidad de vida, las relaciones sociales, el rendimiento laboral y el bienestar emocional. Las personas que las padecen enfrentan a menudo desafíos constantes debido a la visibilidad de los síntomas, la imprevisibilidad de los brotes y la dificultad para encontrar tratamientos verdaderamente eficaces.

Tradicionalmente, las opciones terapéuticas eran limitadas y, en muchos casos, prácticamente inefectivos. Sin embargo, la aparición de tratamientos dirigidos específicamente a las vías inmunológicas implicadas ha supuesto un antes y un después para estos pacientes. En especial, son dos grandes grupos los que han revolucionado la forma de tratar la dermatitis atópica: por un lado, las interleuquinas que son fármacos biológicos que se administran por vía subcutánea y, por otro, los inhibidores de JAK (Janus kinasa), que actúan bloqueando ciertas señales inflamatorias del sistema inmune.

Según declaraciones del doctor José Juan Pereyra Rodríguez, jefe de Sección de Dermatología en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla a este periódico, "en el caso de la alopecia areata, a día de hoy tenemos disponible fundamentalmente la inhibición JAK, que comparte con la dermatitis atópica esta vía terapéutica. Y en ambos casos", continúa, "los resultados estamos viendo han supuesto un antes y un después. Pacientes que llevaban años, o muchas veces toda su vida prácticamente, sin esperanza, habiendo probado y fracasado muchos tratamientos, han visto como por primera vez en su vida, han tenido un tratamiento que les controla bien tanto su dermatitis atópica como la alopecia areata".

En cualquier caso, el doctor explica que estos tratamientos no son curativos en su sentido más estricto, dado que cuando se interrumpen, los síntomas vuelven a aparecer, pero es una buena manera de brindar a los pacientes una calidad de vida prácticamente normal durante su uso, algo que hasta hace poco era impensable para muchos de ellos.

Tratamientos innovadores para enfermedades inmunomediadas

La dermatitis atópica y la alopecia areata comparten un mismo origen inmunológico: una disfunción del sistema inmune que provoca una inflamación exagerada. En la dermatitis atópica, esta inflamación se manifiesta principalmente en la piel, provocando un picor intenso, enrojecimiento y descamación. En la alopecia areata, el sistema inmune ataca por error los folículos pilosos, lo que conduce a una pérdida parcial o total del cabello.

Los inhibidores de JAK han demostrado ser efectivos en ambos casos. Estos fármacos bloquean las señales inflamatorias que circulan en exceso en estas enfermedades, logrando controlar los síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. Además, las interleuquinas, que actúan sobre moléculas específicas del sistema inmune, han mostrado resultados espectaculares en dermatitis atópica, logrando mantener la piel limpia y libre de brotes en muchos casos.

No obstante, es importante destacar que se trata de tratamientos de mantenimiento, es decir, que si bien es cierto que consiguen frenar los síntomas, no eliminan la enfermedad. Si el tratamiento se interrumpe, es probable que los síntomas reaparezcan. A pesar de todo, su eficacia y perfil de seguridad los han convertido en la opción terapéutica de referencia en muchos países. Actualmente, hay en marcha ensayos clínicos con nuevas moléculas y dianas terapéuticas, como la inhibición del eje OX40 o nuevas interleuquinas. Aunque aún no están disponibles fuera del contexto experimental, los resultados preliminares son muy alentadores y podrían ampliar en un futuro próximo el abanico de opciones disponibles.

Impacto emocional, social y sobre el descanso

Más allá de los síntomas visibles, tanto la dermatitis atópica como la alopecia areata tienen un profundo impacto en la vida cotidiana de quienes las sufren. En el caso de la dermatitis atópica, uno de los aspectos más afectados es el descanso nocturno. El picor constante no solo dificulta conciliar el sueño, sino que también provoca múltiples despertares y una disminución en la fase REM, fundamental para un descanso reparador. Este deterioro del sueño se traduce en fatiga diurna, dificultades de concentración y una merma considerable del rendimiento laboral.

Además, investigaciones recientes han señalado que no todo se debe al prurito. Se ha identificado la existencia de neuroinflamación que es una inflamación de ciertas vías del sistema nervioso central, un factor adicional que se suma a la alteración del sueño en estos pacientes. Por su parte, la alopecia areata, aunque generalmente no produce picor ni dolor, genera una alteración profunda de la autoimagen. La pérdida de cabello, sobre todo en edades tempranas, puede provocar sentimientos de inseguridad, aislamiento y vergüenza, afectando de lleno a la autoestima. En niños, se ha observado que factores emocionales como la separación de los padres o el inicio de la escuela pueden actuar como desencadenantes, lo que refuerza la hipótesis de una conexión entre el sistema nervioso y el sistema inmune. "Es cierto", manifiesta el doctor Pereyra Rodríguez, "que existe una conexión entre una parte del sistema nervioso central, de las emociones, que tiene una conexión con el sistema inmune, y parece que esa conexión podría justificar, al menos en parte, ese desencadenante".

Ambas enfermedades presentan una alta asociación con trastornos del estado de ánimo como la ansiedad o la depresión. El estigma social, la imprevisibilidad de los brotes y la sensación de falta de control sobre el propio cuerpo contribuyen a este deterioro emocional. En algunas comparaciones, se ha demostrado que el impacto en la calidad de vida de estos pacientes puede ser superior incluso al de enfermedades graves como las cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer.

Por otra parte, también afecta a las relaciones personales y laborales. En este último, sucede lo que se ha bautizado como "presentismo", es decir, acudir al trabajo, pero con un rendimiento mermado por la falta de sueño, el picor o el malestar psicológico. En el plano personal, muchas personas evitan tener relaciones sociales, íntimas o, incluso, el ocio por miedo a mostrar su piel o por la pérdida de cabello, lo que refuerza el aislamiento. "La pérdida de pelo tiene un grandísimo impacto en lo que es la percepción de la autoimagen corporal y por tanto, el impacto también es muy alto", apunta Pereyra Rodríguez.

Aunque la dermatitis atópica y la alopecia areata siguen siendo enfermedades crónicas que requieren seguimiento constante, el desarrollo de nuevos tratamientos ha supuesto un cambio radical en su abordaje. El reto ahora es continuar avanzando en la investigación para ofrecer soluciones más duraderas y personalizadas, sin perder de vista el impacto emocional y social que conllevan. La esperanza es tangible, y la mejora de la calidad de vida es ya una realidad para muchos pacientes.

Referencia bibliográfica.

Entrevista realizada por Diario de Sevilla vía telemática al doctor José Juan Pereyra Rodríguez, jefe de Sección de Dermatología en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla sobre el impacto físico y emocional de la dermatitis atópica y alopecia areata.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último