Siempre de frente: así fue la mudá de Montserrat a los órdenes de los Villanueva

Desde junio de 2021, y tras la ratificación del pasado mes de febrero, la familia Villanueva es la encargada de comandar las cuadrillas del paso de misterio de la Hermandad de Montserrat, es decir, el Cristo de la Conversión del Buen Ladrón. Reconocidos por su oficio y su legendaria trayectoria al frente de los pasos, los Villanueva han imprimido un sello característico en el modo de caminar de las cuadrillas: sin descomponerse, de frente, "gateando" las vueltas y con traseras decididas y valientes.

En este vídeo de Javier Abad contemplamos la mudá del paso de Montserrat, que se dirige hacia la Magdalena por las estrechas calles de la feligresía. Casi se percibe el viento levantado a su paso: como decenas de metrónomos al unísono perfecto, los pies rachean los adoquines de la ciudad, cortando el aire con los salientes de los respiraderos. El susurro seco, grave y duro de las pisadas quiebra el silencio de la noche del domingo. Parece sencillo pero nada más lejos: es realmente milagroso que cuarenta hombres maniobren de manera análoga y semejante en un espacio tan reducido. Solo para elegidos.

El canasto

Este paso de misterio, que vino a sustituir al primitivo de la cofradía, es de estilo barroco y fue estrenado en la Semana Santa de 1944. Las andas son de líneas onduladas y perfiles y bombo en el canasto, con respiraderos de igual diseño, con candelabros de guardabrisas.

En su conjunto fue diseñado por el escultor-imaginero Rafael Lafarque -autor a la sazón de la antigua imagen de la Virgen de la Salud de San Gonzalo- que talló asimismo los ángeles y los relieves que representan el Calvario, el encuentro con la Santa Mujer Verónica, el Prendimiento y la Oración en el Huerto. Porta ocho ángeles mancebos, cuatro en cada esquina, y doce querubines

La talla del paso es obra de Antonio Girón, y el dorado de Alfonso González. La carpintería fue ejecutada por José Huertas Balbuena. Los candelabros actuales fueron estrenados en 1975.