El manto azul juanmanuelino de la Amargura regresa a San Juan de la Palma cien años después: la intrahistoria
La pieza fue vendida en diciembre de 1925 pero la enajenación se demoró unos meses, con intercambio de reuniones y correos postales
La Virgen lo lucirá el próximo 1 de junio con motivo del besamanos extraordinario
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Puesta a punto definitiva para recrear una fotografía que cumple cien años de historia. El manto azul que Juan Manuel Rodríguez Ojeda bordase para la Amargura vuelve a San Juan de la Palma. Aunque la obra ha regresado a Sevilla en alguna que otra ocasión para formar parte de ciertas exposiciones, como la conmemorativa de la composición de la emblemática marcha de Font de Anta en 2019, esta soberbia pieza -que precisamente vestía la Amargura el año del estreno de la marcha- volverá a ser portada por la dolorosa de San Juan de la Palma el próximo domingo.
En estas últimas horas, la priostía de la hermandad del Desconsuelo de Jerez de la Frontera, como informan los compañeros de Trabajadera de Cadena SER de Jerez, ha practicado las tareas de desmontaje y embalaje del manto para que fuera transportado, en un vehículo adaptado para tal fin, hasta la capital andaluza. En concreto, una representación de la corporación de la calle Feria se ha desplazado a la ciudad gaditana para participar también en estas tareas, firmándose de manera definitiva todos los documentos necesarios y pertinentes.
La Virgen de la Amargura lució por última vez este manto, en una estación de penitencia, el Domingo de Ramos de 1926. La pieza fue confeccionada en el año 1902, y sustituyó otro que igualmente había bordado Juan Manuel Rodríguez Ojeda unos años antes. Todo el conjunto y su color marcó una revolución estética en la Semana Santa, que culminaría y alcanzaría su cénit en el palio rojo diseñado para la Macarena en 1908. Sin embargo, el 16 de mayo de 1925, en un cabildo general de elecciones y cuentas, se acordó "por unanimidad y en medio de gran entusiasmo (...) la construcción de un nuevo paso para Nuestra Señora de la Amargura y por consiguiente enajenar el que hasta ahora venía utilizándose...". Así lo recoge José Carlos Miranda, archivero de la hermandad, en un artículo publicado en el anuario de la corporación correspondiente a este curso.
El proceso de adquisición del manto por parte de la hermandad jerezana se demoró unos meses, con numerosos envíos de cartas y correos postales, e incluso celebraciones de reuniones como la que tuvo lugar en Sanlúcar de Barrameda en el mes de agosto. En un principio, el Desconsuelo ofrecía 17.000 mil pesetas, pero el precio fijado en el cabildo era de 20.000. Aunque incluso una hermandad de Almería mostró interés por hacerse con este conjunto -como otras muchas-, la operación se cerró en 19.500 pesetas, con la sustitución de los correspondientes escudos de las hermandades para bordar los de la jerezana. El 15 de diciembre el manto marchó a Jerez de la Frontera, y volverá a vestir a la Amargura cien años después. Como anécdota, la Virgen lo portó el Domingo de Ramos de 1926, pero el Lunes Santo -era una de las cláusulas del contrato- partió nuevamente hasta la iglesia de San Mateo para que al día siguiente, Martes Santo, pudiera vestirlo la soberbia Virgen del Desconsuelo, como hasta hoy.
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