Menos contar y más cambiar la carrera oficial

Cambiar radicalmente la carrera oficial no significa perder nada sino avanzar mucho en la mejora de nuestra Semana Santa

Nazarenos por la Campana, inicio de la carrera oficial.
Nazarenos por la Campana, inicio de la carrera oficial. / Antonio Pizarro

13 de octubre 2025 - 17:32

El tan traído y llevado conteo de nazarenos en la Semana Santa nos trae de nuevo a primer plano de la actualidad la necesidad de hacer una revisión sobre la mayor fiesta religiosa de la ciudad. Estos días, desde que el Consejo hizo público el dato, he escuchado y leído numerosas teorías sobre como afrontar el problema que supone que solo en la Madrugada vistan el hábito de nazareno catorce mil personas.

El propio presidente del Consejo, Francisco Velez, ha dicho que sería bueno adelantar algo la Madrugada y que esa sería una línea de trabajo. Otro ex presidente, Manuel Román, también se ha manifestado estos días indicando que a lo mejor seria bueno que salieran menos nazarenos y que no salir podría ser una penitencia.

Varios hermanos mayores de la madrugada también dicen que hay que buscar soluciones porque la situación es insostenible e incluso el alcalde de la ciudad, Jose Luis Sanz, ha tenido la valiente decisión de opinar de un asunto que aunque de las hermandades afecta a toda la ciudad en cuanto a garante de unos servicios públicos que afectan de forma puntual a miles de personas.

Opiniones y más opiniones que a mi juicio obvian la realidad más palmaria. Cuando comenzó la actual carrera oficial, a principios del siglo XX, según algunos historiadores en 1918 hicieron estación de penitencia 38 hermandades. Entre todas apenas llegaban al numero de nazarenos que hoy salen por ejemplo en la Madrugada. Este año 2025 -es decir algo más de cien años después- las hermandades han pasado de 38 a 60 y el numero de nazarenos superó los 49 mil sin contar las jornadas de lunes y martes santo que la lluvia impidió la salida de cortejos.

Y entre una Semana Santa y otra hay un denominador común: la carrera oficial es la misma. Y ese creo que es el verdadero meollo de la cuestión en el que hay que entrar a fondo. A nuestros horarios e itinerarios se le están rompiendo las costuras por una absurda tradición de respetar itinerarios de hace un siglo, ordenes procesionales de incluso más de un siglo y tradiciones caducas, poniendo la vieja historia por encima del nazareno y sobre todo por encima de la sociedad en la que vivimos, Cambiar las cosas no significa perderlas. Y cambiar radicalmente la carrera oficial no significa perder nada sino avanzar mucho en la mejora de nuestra Semana Santa.

Mientras los que tienen que tomar esa decisión no tengan el valor de reformar la carrera oficial con todo lo que ello lleva pareja estamos condenados a seguir contando nazarenos y quejarnos cada año, pero eso es como la canción “vamos a contar mentiras tralará”. La verdad pasaría por un cambio radical del orden procesional y de la carrera. El resto son palabras de cara a la galería. Crear grupos de trabajo para no resolver nada.

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