La Virgen del Rocío del Salvador recibe culto provisional en el retablo del Cristo de los Afligidos

Una instantánea propia -y que no deja de ser curiosa- de los meses de verano, tiempo en que las hermandades aprovechan para realizar diversas actuaciones. La hermandad del Rocío de Sevilla ha informado acerca de la reubicación de la imagen de la Virgen del Rocío en el interior de la Colegial del Salvador. La talla que procesiona cada 22 de diciembre ha sido trasladada al retablo del Cristo de los Afligidos de manera puntual.

El motivo de esta nueva y circunstancial disposición se debe a que la filial rociera se encuentra desarrollando tareas de limpieza y conservación en el altar donde habitualmente recibe culto la imagen. Fuentes de la corporación señalan que estas actuaciones se desarrollarán en el plazo máximo de una semana o diez días, momento en que la Virgen regresará a su lugar.

El retablo del Cristo de los Afligidos, que ocupa la cabecera de la nave del Evangelio, fue ejecutado en dos etapas. La primera estuvo a cargo de José Maestre, maestro ensamblador, entre 1721 y 1724. La segunda etapa fue la reforma realizada por Manuel Barrera y Carmona en 1786, quien rehizo el retablo por completo, introduciendo nuevas columnas y retocando la ornamentación. La hornacina central la ocupa el Nazareno que da nombre al conjunto, el Cristo de los Afligidos, una interesantísima obra de Gaspar Ginés de 1635. Los santos Sebastián y Roque, que flanquean la imagen, son también del XVIII. EL retablo en sí representa la Coronación de la Virgen, flanqueada por san Lorenzo y san Juan Bautista. En el medallón central aparece San Jerónimo y, en el ático, San Miguel, con representaciones de las virtudes de la Fortaleza y la Templanza a sus lados.

Por su parte, el retablo de la Virgen del Rocío es retablo es una obra en madera tallada y dorada, atribuida precisamente también a José Maestre. Fue realizada entre 1718 y 1731. El retablo está compuesto por un banco, cuerpo dividido en 3 calles y un ático con forma semicircular. En su origen fue un retablo dedicado a los Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel pero, desde mediados del siglo XX, está presidido por esta talla gubiada por Sebastián Santos, y que sale en procesión cada 22 de diciembre por las calles del centro de Sevilla.