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El Valme enseña a traer niños al mundo en casos de embarazos y partos complejos

Equipo multidisciplinar que participa en la formación, con instructores y jefa de servicio de Ginecología y Ostetricia de Valme, Rosa Ostos, a la izquierda.

Equipo multidisciplinar que participa en la formación, con instructores y jefa de servicio de Ginecología y Ostetricia de Valme, Rosa Ostos, a la izquierda. / H. U. V.

A pesar de los avances médicos y tecnológicos en relación con la maternidad, las emergencias obstétricas están implicadas en buena parte de los casos de mortalidad y morbilidad de la madre y del feto. La formación, la actualización y el entrenamiento mejoran la atención y los resultados de los casos difíciles, tanto dentro del propio ámbito hospitalario como fuera del mismo, cuando surge un alumbramiento en un domicilio o una ambulancia.

Saber cómo actuar en caso de emergencia puede marcar la diferencia entre salvar, no una, sino dos vidas en caso de complicaciones en un parto. Con ese objetivo en mente, el Hospital de Valme ha puesto en marcha un novedoso programa de formación en urgencias y emergencias obstétricas para obstetras, matronas, anestesistas, enfermería y residentes del centro a fin de perfeccionar habilidades y potenciar la coordinación profesional en situaciones de alto riesgo para optimizar los resultados maternofetales. El objetivo de esta iniciativa es perfeccionar conocimientos y habilidades en la atención a las gestantes ante situaciones de alto riesgo y poco frecuentes, cuya coordinación para la toma de decisiones contribuye a optimizar los resultados. Para ello cuenta con tres novedades: la simulación clínica como herramienta pedagógica, la participación de equipos de trabajo multidisciplinares y su realización en un entorno tan real como el propio paritorio.

La simulación clínica consiste en recrear un escenario para experimentar la representación de un acontecimiento real con la finalidad de practicar, aprender, evaluar, probar o adquirir conocimientos de sistemas o actuaciones humanas. Aplicada a la emergencia obstétrica, permite entrenar en equipo dentro de un entorno seguro, abordando situaciones críticas poco frecuentes. Son situaciones que se presentan durante el transcurso del parto, anteparto y postparto, en las que está en riesgo la salud de la madre y su hijo.

Equipo de instructores conformado por matronas y ginecólogos acompañados por la jefa de servicio de Ginecología y Ostetricia de Valme (de izquierda a derecha): Rosa Ostos, Carlota Borrero, Katia Suárez, Miriam Sandino, José Antonio García Mejido y Jorge Romero. Equipo de instructores conformado por matronas y ginecólogos acompañados por la jefa de servicio de Ginecología y Ostetricia de Valme (de izquierda a derecha): Rosa Ostos, Carlota Borrero, Katia Suárez, Miriam Sandino, José Antonio García Mejido y Jorge Romero.

Equipo de instructores conformado por matronas y ginecólogos acompañados por la jefa de servicio de Ginecología y Ostetricia de Valme (de izquierda a derecha): Rosa Ostos, Carlota Borrero, Katia Suárez, Miriam Sandino, José Antonio García Mejido y Jorge Romero. / H. U. V.

El proyecto de simulación en emergencias obstétricas ha sido impulsado por el servicio de Ginecología y Obstetricia, dirigido por Rosa Ostos, y está coordinado por la matrona Katia Suárez, la cual forma parte del equipo instructor. "Los estudios realizados apoyan con evidencia científica la eficacia de este tipo de formación", valora la sanitaria. Junto a ella, otros cinco profesionales altamente experimentados: el matrón Jorge Romero; y los ginecólogos José Antonio García Mejido, Carlota Borrero y Miriam Sandino, conforman el equipo completo de instructores. Todos ellos están formados por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y por la Escuela de Simulación Obstétrica del Hospital Puerta del Hierro de Madrid, centro pionero en esta práctica formativa donde se localiza el grupo de referencia a nivel nacional, indican desde el Valme.

Las mismas fuentes destacan que el programa se materializa en un entorno real, en instalaciones quirúrgicas en las que se trabaja a diario, y con el personal habitual en sus diferentes roles laborales durante la atención de la urgencia obstétrica. Para ello se ha utilizado uno de los paritorios del hospital, previa clase teórica a la sesión de simulación para afianzar conocimientos. Además, la formación se desarrolla con un simulador de parto, en concreto un equipo Pelvis PROMPT (Practical Obstetrics Multiprofessional Training), que ha sido cedido por el Colegio Oficial de Enfermería de Sevilla. 

Sesión teórica. Sesión teórica.

Sesión teórica. / H. U. V.

Asimismo, el despliegue del programa formativo ha tenido en cuenta la organización de grupos pequeños en las sesiones prácticas al objeto optimizar el rendimiento en la adquisición de destrezas asistenciales. Los grupos se han dividido en dos. Uno de ellos realiza de forma activa la simulación, mientras la otra mitad son espectadores silenciosos. Posteriormente, en la siguiente simulación, se invierten los papeles con la misma emergencia obstétrica para concluir con un debriefing, es decir, una estrategia efectiva para proporcionar evaluación de la formación y facilitar el desarrollo profesional, como práctica para la mejora continua.

Detalle con el simulador clínico durante la formación práctica en paritorio. Detalle con el simulador clínico durante la formación práctica en paritorio.

Detalle con el simulador clínico durante la formación práctica en paritorio. / H. U. V.

Tras un primer programa de formación, desarrollado en primavera, en el que se abordó la hemorragia obstétrica y la distocia de hombros, el próximo otoño llegará el turno al abordaje de otras dos urgencias muy prevalentes: la eclampsia, que es una complicación del embarazo donde la gestante presenta presión arterial alta y otras afecciones, y el prolapso de cordón, que aparece en una posición anormal del cordón por delante de la parte de presentación fetal y que provoca la compresión del cordón por parte del feto durante el trabajo de parto y provoca una hipoxemia fetal.

"La distocia de hombros constituye uno de los mejores ejemplos de la efectividad de la simulación en la mejora de la seguridad del recién nacido. Es una de las emergencias más agudas y en las que la simulación ha demostrado que puede mejorar de una manera real el pronóstico fetal, mejorando los resultados para posteriormente reducir a cifras increíblemente bajas la morbilidad fetal asociada (parálisis braquial permanente)", explica Jorge Romero, uno de los matrones implicado en este proyecto como instructor. De este modo, "las actividades con el equipo tecnológico de simulación permiten medir la fuerza de tracción subjetiva sobre el cuello fetal para predecir daño neurológico sobre el plexo braquial y así modular la fuerza aplicada por el alumno", añade. 

El grupo de profesionales destaca cómo durante esta formación interaccionan conocimientos, habilidades técnicas y factores humanos con el fin de proporcionar una nueva dinámica de aprendizaje efectiva y así lograr que el alumnado desarrolle un conjunto de destrezas que posibiliten alcanzar modos de actuación superiores. "Todo ello, disfrutando de la oportunidad de realizar una práctica análoga a la que desarrollará en la realidad asistencial", subrayan los profesionales.

Por su parte, los especialistas destacan que las emergencias obstétricas se encuentran implicadas "en la mitad de los casos de mortalidad materna en España", incluyendo "cuadros muy diversos". "Si bien, sus resultados pueden mejorarse si se actúa con rapidez y con la coordinación necesaria por parte del equipo obstétrico", apostillan.

Es por ello que, además de ser un método para la mejora de las habilidades técnicas individuales, el proyecto de simulación en emergencias obstétricas, aporta como plus su instrumentalización como herramienta para mejorar los comportamientos del equipo asistencial. Es decir, la coordinación multidisciplinar como éxito asistencial que permite potenciar los resultados maternofetales.

A este respecto, los ginecólogos instructores hacen hincapié en cómo la simulación ha presentado en las últimas décadas un desarrollo a nivel mundial muy importante, ya que permite la adquisición de habilidades clínicas y actitudes que favorecen la seguridad del paciente. Entre sus ventajas, destacan "la posibilidad de desarrollar las habilidades relacionales que son imprescindibles para la asistencia sanitaria actual basada en el trabajo en equipo, como el control de una situación de crisis, el liderazgo adecuado de un grupo de trabajo, el reparto de tareas y la comunicación entre los miembros del equipo".

"La simulación integrada en la formación sanitaria ha tenido un espectacular desarrollo tecnológico en el siglo XXI se ha convertido en una potente herramienta, destinada tanto a la formación de futuros profesionales como a la formación continuada del personal en activo, que ayuda a potenciar la confianza y la seguridad del aprendizaje dentro de un entorno seguro", valora el equipo instructor.

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