Ocho años esperando una reforma que nunca llega. El Museo Arqueológico lleva desde 2007 -cuando el ministro socialista de entonces, César Antonio Molina, alertó de la necesidad de una invertención profunda- sin que se acometa el anhelado proyecto que, entre otros fines, persigue la correcta exposición del Tesoro del Carambolo. Esta colección prehistórica permanece ajena a la vista de sevillanos y turistas precisamente por la falta de acondicionamiento del citado recinto, motivo por el cual el Ayuntamiento propuso exponerlo en el Consistorio, iniciativa denegada ahora por la Junta.

Si la reforma integral, que cuenta con un diseño del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, se hubiera ejecutado, el Tesoro del Carambolo llevaría años convertido en atractivo turístico. Pero las administraciones responsables del Arqueológico -El Estado como propietario del edificio y la Junta como gestora de los contenidos- han puesto demasiadas piedras en el camino para revitalizarlo.

Desde que el ministro César Antonio Molina dio la voz de alarma sólo se han realizado pequeñas obras de reforma consistentes en labores de parcheo que disimulan el deteriorado estado de algunos espacios expositivos. No fue hasta 2009, dos años después de proponerse la rehabilitación integral, cuando se convocó el concurso para el proyecto de reforma. Lo ganó Vázquez Consuegra, quien ideó una especie de cofre que tenía como base el semisótano del museo. En esta zona se expondría el tesoro labrado en honor del dios Baal y la diosa Astarté, hallado en un cerro de Camas y que lleva años guardado en la caja de seguridad de una entidad bancaria.

Este importante proyecto sigue a la espera en el cajón mientras el Museo Arqueológico constata cada año la sangría de visitas. En un lustro ha pasado de las 115.030 que entraron en él durante 2009 a las 61.592 de 2013, un 46% menos. Sin duda, el porcentaje más negativo de los museos gestionados por la Administración regional en Sevilla.

La falta de promoción y la escasa inclusión de este centro en los circuitos turísticos es responsable, en gran medida, de la caída de visitantes. Y ello, pese al importante legado que atesora. Expertos en la materia destacan entre sus fondos los bronces jurídicos romanos, la colección estatuaria -parte de ella procedente de Itálica- y los mosaicos. Se trata, por tanto, de una de las colecciones más considerables de la antigüedad clásica, sin contar las piezas de la protohistoria ibérica.

Tampoco contribuye a realzar el valor de su contenido ni a que se pueda ejecutar la anhelada reforma las escasas partidas que el Estado destina en sus Presupuestos para el museo. En 2012 el dinero reservado por el Estado rozaba los 350.000 euros (el proyecto de reforma se valoró en un millón y medio). Para este año, el Gobierno central no aportará nada. Esta sequía monetaria, sin embargo, puede salvarse si finalmente se aplica el 1,5% Cultural, un porcentaje reservado a trabajos de conservación del Patrimonio Histórico y que, según la delegada del Gobierno, Carmen Crespo, no se incluyen en los Presupuestos. Hasta la fecha nada más se ha sabido de esta ayuda.

Francisco Fernández, que fue director del museo durante un cuarto de siglo, muestra una postura poco optimista ante el futuro del Arqueológico: "Me fui con las instalaciones en mala situación, por lo que ya deben estar muy obsoletas. La desidia ha marcado todos estos años". Para Fernández, el hecho de que el Estado y la Junta tengan responsabilidad en este centro dificulta cualquier trabajo. "Las grandes obras las realiza el Gobierno central y las de mantenimiento, la Junta. Pero, ¿quién marca la línea entre una intervención grande y otra menor? Eso dificulta cualquier avance", explica el ex director del Arqueológico, que se opone a que el el Carambolo salga de allí: "El dinero para exponerlo en el Ayuntamiento que se lo gasten en el museo".