Juan Ignacio Zoido · Alcalde de Sevilla

"Pido disculpas a los vecinos que se sientan defraudados"

  • El alcalde admite que el cambio que ha experimentado la ciudad en el último año es insuficiente y deposita su confianza en la colaboración de la Junta y los inversores.

Su balance del primer año de gobierno no es precisamente triunfal. Consciente de las dificultades y el lastre que ha supuesto en los primeros meses de mandato los procesos electorales y la consiguiente confrontación política, Juan Ignacio Zoido da la cara pidiendo perdón a quien haya podido defraudar. El próximo 7 de junio, la procesión del Corpus servirá de termómetro para medir el calado de su gestión entre la ciudadanía.

-Hace un año los sevillanos dijeron en las urnas que querían un cambio. ¿Cuál es ese cambio?

-Éste es otro gobierno y a todos los sevillanos les digo que no tengan la menor duda de que vamos a cumplir con Sevilla.

-¿Qué le dicen ahora por la calle?

-Que quieren empleo. La lacra del desempleo está siendo tremenda en nuestra ciudad, por eso mi obsesión es que todas las políticas que vayamos a aplicar en el Ayuntamiento, de forma transversal, se dirijan a generar oportunidades.

-De momento no han llegado.

-Aunque no tenemos las competencias en esa materia, sí tenemos la obligación de generar las oportunidades para crear empleo. De ahí la necesidad de desbloquear el asunto de Ikea, la Ciudad de la Imagen, la zona franca... y poner el PGOU al servicio de la ciudad para que puedan establecerse nuestras empresas. Las circunstancias en las que se comenzó a redactar este plan han cambiado radicalmente y tenemos que ser ágiles y hábiles para adaptarlo, siempre con observancia escrupulosa de la ley.

-Pero eso depende de la voluntad de otras administraciones.

-A las que voy a convencer de que hay que hacerlo, voy a redoblar los esfuerzos para conseguirlo. Cuando hay una crisis económica tan prolongada como ésta no podemos perder ni un solo minuto en la confrontación y hay que volcarse para acabar con el desempleo.

-Pero momentos de confrontación sí que los ha habido. Hasta 16 frentes abrió usted en una carta al presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Y no ha sido la única. ¿Por qué esta fórmula? ¿Tan difícil es llegar a él?

-Difícil ha sido, tanto que he estado seis meses esperando a que me pudiera recibir. Espero que en este nuevo mandato la comunicación sea más fluida. Espero que se invierta esa tendencia y el diálogo y la cordura se impongan, sobre todo por el respeto que le deben merecer los sevillanos, no el alcalde.

-¿Va a seguir entonces siendo reivindicativo?

-El alcalde debe defender los intereses de los sevillanos y lo voy a seguir haciendo gobierne quien gobierne.

-¿Le va a reclamar con la misma fuerza al Gobierno de Rajoy?

-Con la misma firmeza que al de Griñán. Siempre con lealtad institucional, reconociendo las dificultades y ofreciendo soluciones.

-¿Y Griñán está siendo leal? Eso lo prometió el día en que usted tomó posesión.

-(Silencio). Lo que yo le digo es que difícilmente el señor Griñán tendrá una carta de felicitación que haya llegado antes que la mía.

-Usted tenía la esperanza de que el PP llegase a la Junta de Andalucía, pero ese cambio que esperaba no se ha producido. ¿Eso está condicionando ya su gestión?

-No cabe la menor duda de que hubiera sido mejor para Sevilla y Andalucía un Gobierno del PP, pero hay que respetar la voluntad popular y, aunque Javier Arenas consiguió la victoria, eso no fue suficiente para gobernar. Hay que seguir trabajando. La lealtad institucional que yo le brindé a Arenas se la brindo a Griñán y espero obtener la misma respuesta. Espero que Griñán no defraude las expectativas de los sevillanos.

-Teme que haya proyectos que nunca vean la luz, como la Ciudad de la Justicia. La Junta ya ha dicho que es ciencia ficción.

-Yo quiero convencer al consejero de Justicia y a Griñán de que es posible llevar a cabo un distrito judicial en Sevilla donde lo había propuesto el gobierno de la ciudad, en el entorno del Prado. Quiero entender que esas declaraciones del consejero fueron precipitadas. Le voy a solicitar una reunión y voy a compartir con él un proyecto que se puede construir de forma progresiva. Hay parcelas y se está en condiciones de empezar la obra.

-Hace falta dinero.

-Lo que hay que buscar es la colaboración público-privada para que la Justicia sevillana tenga las infraestructuras que se merece. No es un capricho, llevamos 12 años de promesas. Ahora es el momento. No hay derecho a la imagen que se da de los detenidos por la calle pasando de un edificio a otro, con la ropa por encima. Eso se podría hacer por los garajes, en pasillos subterráneos... Es vergonzoso. Además se podría regenerar la zona, aprovechar que es un nudo de comunicaciones y servicios perfecto. Quiero convencerles.

-Lo primero es convencer a los inversores.

-Es clave que la Junta y el gobierno de la ciudad podamos ir juntos.

-¿Y esos inversores realmente han llegado? Ya dijo usted en sus primeros días de mandato que había interés, ¿qué ocurre?

-Pues que nos encontramos con algunos problemas, una herencia recibida. Si yo le digo a usted que Ikea está esperando que haya una consignación de 50 millones para acometer la obra de infraestructura de la SE-35, es verdad. Y que el dinero que habían pagado los promotores del suelo en su día no está porque se lo gastaron en otras cosas. Y hemos tenido que buscar dinero y hemos tenido que firmar un convenio con el Gobierno de España, que se está ultimando y que también se ofrecerá a la Junta, para que juntos garanticemos la inversión y permitir que Ikea se instale y cree 4.000 puestos de trabajo en la ciudad.

-Al oírlo da la impresión de que se siente atado de pies y manos, pero algo se podrá hacer por la ciudad desde sus competencias de alcalde.

-Nos hemos encontrado con muchas dificultades nada más llegar: de organización del ayuntamiento, que era un caos; de tipo económico, porque nos dejaron una ruina tremenda; dificultades desde el punto de vista financiero, porque no había manera de refinanciar la deuda. Y, sin embargo, hemos organizado el Ayuntamiento y resuelto los problemas. Vamos a conseguir, por encima de todo, la ayuda de todas las administraciones, porque nos vamos a entregar en cuerpo y alma, empleando la razón para convencerlas. Y lo harán.

-Y mientras tanto, ¿a seguir con la micropolítica? ¿Es suficiente?

-No.

-No todos están contentos...

-La micropolítica la hemos apoyado desde el primer momento, a algunos ciudadanos les hemos resuelto sus problemas y estamos tramitando otros que eran grandes proyectos que ni siquiera estaban iniciados y eso no se pueden resolver de la noche a la mañana.

-¿Pero tiene algún plazo?

-Cuando pasen cuatro años nosotros vamos a cumplir con lo que prometimos. Empezamos con la austeridad, le hemos devuelto a los funcionarios el puesto importante que deberían tener al frente de la Administración, hemos recuperado la credibilidad con los comités de empresa y hemos devuelto a la oposición a todos los consejos de administración de las empresas donde se toman decisiones, incluso de los que nos habían echado. Hemos puesto las bases, hemos conseguido algunos objetivos pero queda mucho por hacer. No estamos en la autocomplacencia, sino al contrario.

-¿No fue un poco osado al prometer en campaña que resolvería muchos problemas dando un presupuesto y un plazo?

-Sevilla necesita compromiso. Cuando salga el proyecto del parking de Triana a concurso se adjudicará con el presupuesto y el plazo previstos. Es una garantía que damos.

-Con esto de la micropolítica, ¿no teme que su mandato se compare con el de Soledad Becerril? Pasó a la historia sin grandes hitos.

-Yo respeto todos los gobiernos, pero he de decirle que nosotros vamos a estar pendientes de los pequeños problemas de la ciudad. Estamos para solucionarlos, para que la ciudad funcione. Pero, a pesar de la crisis, vamos a conseguir grandes proyectos para Sevilla.

-¿Cómo?

-Con la iniciativa privada, generando confianza. Y, mientras, la limpieza tiene que ser cada vez mejor, el bache eterno que nunca se arreglaba será historia, funcionarán los semáforos, los pasos de cebra estarán pintados... Cada día habrá menos problemas.

-¿Sigue visitando los barrios casi a diario?

-Siempre, el alcalde tiene que estar donde están los problemas. Hay problemas resueltos, otros que se están solucionando y otros para los que aún hay que buscar una solución. Queda mucho por hacer, pero siempre voy a dar la cara. Y voy a seguir trabajando sin descanso.

-En varias ocasiones ha reconocido que está siendo más difícil. La oposición le recordará ahora que ya se lo advertía...

-Pero nadie me contó los problemas que había con los pasos soterrados, Fibes o La Ranilla, donde yo sabía que había dos delegados que se peleaban por tener un despacho idéntico y de más de 100 metros, pero no que no había galería de tiro. Y todo lo que quedaba por pagar de las setas, que lo hemos abonado. Cuántas cosas hemos tenido que ir descubriendo...

-¿Y los vecinos lo entienden?

-Entiendo que haya frustración con algunos temas. Pido disculpas a todos los que se sientan defraudados. En Bami, las expectativas que se habían generado con el plan contra los gorrillas, por ejemplo, no se han cumplido.

-¿Su problema es que ha generado demasiadas expectativas?

-Yo tengo mucha ilusión por resolver problemas y es posible que eso haga que se creen unas expectativas altas, pero vamos a terminar resolviendo todos los problemas, trabajando mañana, tarde y noche.

-Mire a la ciudad, con ojos de sevillano. ¿Qué ve?

-Una ciudad que funciona mejor. Hemos conseguido hitos.

-¿Cuáles?

-Me propuse relanzar la marca Sevilla y conseguimos hitos, como traer la Copa Davis, la iluminación de Navidad y el mapping...

-Habrá otros, ¿no?

-Sí y nos apoyaremos en grandes empresas que ya son pioneras, como Abengoa o ingenierías instaladas en la Cartuja para asociar a ellas el nombre de Sevilla y salir al exterior. Hay que tener esa astucia.

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