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Recuerdos de una etapa en la diócesis de Tánger

  • El arzobispo de esta ciudad y su vicario destacan los lazos de unión con monseñor Amigo

El actual arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo confiesa que le unen "lazos especiales, profundamente afectivos aunque tengan una dimensión espiritual, con el Padre Amigo: fue mi superior como ministro provincial de Santiago -el ex arzobispo de Sevilla fue nombrado Provincial de la comunidad franciscana de Santiago en 1970- y además fue el obispo ordenante en mi ordenación episcopal en Tánger". "Siento por él gratitud personal, por su servicio a la Iglesia y por el que prestará a partir de ahora. El de arzobispo es un trabajo duro que requiere mucho sacrificio y al que ha dedicado muchos años", añade Monseñor Agrelo, quien lleva al frente de la diócesis de la ciudad marroquí desde abril de 2007.

"Monseñor Amigo gozaba de mucha aceptación entre los fieles de Tánger; era muy querido", afirma escuetamente y con voz firme José Domingo Seijas, que a sus 86 años es vicario general de la diócesis tangerina y administrador de una sede eminentemente franciscana. El Padre Seijas, secretario a la sazón del -desde hoy- arzobispo emérito de Sevilla, recuerda cómo, en sus ocho años y medio -desde diciembre de 1973 hasta mayo de 1982- como arzobispo de Tánger, el diálogo interreligioso y el ecumenismo constituyeron la dedicación principal de Carlos Amigo. "Trató mucho con musulmanes y judíos, así como con anglicanos y luteranos; a este desempeño dedicó parte de su producción intelectual aquellos años", añade el Padre Seijas, con quien residía en el palacio arzobispal de la antigua ciudad internacional. "Él estaba muy contento en Tánger; su trato con los fieles era muy cercano y afable", refiere Seijas, quien recuerda que "entonces había muchos más cristianos y españoles que ahora; cuya presencia ha ido disminuyendo desde que la ciudad perdió el estatuto como zona internacional y muchos de los residentes extranjeros regresaron a sus países de origen. En cuanto a las condiciones materiales, la ciudad, como otras localidades del norte de Marruecos, ha mejorado muchísimo".

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