Hacía más frío del habitual cuando Monseñor Amigo anunciaba su despedida de Sevilla y Asenjo ocupaba la nueva sede hispalense. El otoño por fin había llegado a la ciudad. Otro día para el recuerdo, que comenzó en el Palacio Arzobispal y concluyó en la Maestranza, donde el ya arzobispo emérito ofició su primera misa tras abandonar la sede hispalense.

La noticia del día fue recibida con ropa de abrigo. Los primeros en hablar fueron los políticos. No se hicieron esperar sus reacciones. Tolerancia y diálogo fueron las expresiones más utilizadas para definir el carácter del hasta ayer principal administrador de la archidiócesis sevillana. El alcalde sevillano, Alfredo Sánchez Monteseirín, destacó que "no sólo ha sido un magnífico cardenal, sino una persona que ha trabajado mucho y bien por la convivencia ciudadana en Sevilla, se lo tendremos que agradecer siempre". El primer edil recordó que alguna vez le destacó su talante conciliador "y él me ha explicado que al haber vivido en minoría como obispo de Tánger se aprende mucho de tolerancia hacia los demás".

El portavoz del grupo municipal del PP, Juan Ignacio Zoido, subrayó de Amigo Vallejo su generosidad con Sevilla, su cercanía y "la gran labor" al frente de la Iglesia, "por la que ciudad lo recordará siempre".

La noticia corrió por todos los medios digitales, que a media mañana confirmaban la marcha de monseñor Amigo y daban la bienvenida al nuevo arzobispo. Hasta personas que se encontraban fuera de la capital andaluza se conectaron a internet para conocer más detalles de este adiós. La investigadora Enrique Vila, ex concejal de Cultura por el PA, fue una de ellas. Vila subrayó del cardenal franciscano "su valentía en ciertos temas, como la promulgación de las normas diocesanas en las que se igualaba en derecho a las mujeres dentro de las hermandades, y ser uno de los hombres más modernos dentro de la alta jerarquía eclesiástica a la que pertenece".

El relevo en la curia hispalense dejó indiferente a pocos ámbtos. El colectivo de lesbianas y gays (Colega) también se sumó a esta despedida (en su día fueron recibidos por el prelado hispalense, gesto por el que recibió una distinción del colectivo) y agradeció "la actitud de respeto y acogimiento hacia las personas homosexuales en clara contradicción sobre el rechazo generalizado que muestra la jerarquía eclesiástica".

Por la tarde, cuando la marcha de Amigo ya había llenado todos los boletines informativos, el cardenal oficiaba su primera eucaristía como obispo emérito en la capilla de la Real Maestranza. Una misa de difuntos. El hermano Pablo siempre detrás. A esa hora, el otoño ya se había hecho con la ciudad.