Sevilla del Imperio (siglos XVI-XVII)
Episodios sevillanos del siglo XX
ENTREGAS PUBLICADAS 24 y 31 de mayo; 7 de junio de 2009. Desde 1171 hasta 1852 (Puente de barcas), tiempo repleto de hechos históricos básicos, comenzando por el esplendor de la ciudad árabe del imperio almohade (1147-1248) y terminando con la ciudad isabelina (1833)
DURANTE 681 años, el puente de barcas sobre el Guadalquivir fue testigo de los más trascendentes acontecimientos históricos sevillanos, con tres épocas básicas durante los siglos XII, XIII y XVI-XVII. La apertura del puente de barcas en 1171 desarrolló la socioeconomía de Triana, el Aljarafe y la Sierra Norte de la provincia. El puente fue uno de los símbolos del período almohade y contemporáneo del acueducto de los Caños de Carmona, los jardines de la Buhayra y la torre-Giralda de la nueva Mezquita. Luego, durante la Sevilla Alfonsina (siglo XIII) y la Sevilla del Imperio (siglos XVI-XVII), volvió a ser testigo del orto y ocaso de la ciudad y su río.
El puente de barcas sobre el Guadalquivir fue testigo de casi siete siglos de historia de Sevilla (1171-1852). Un periodo de tiempo muy amplio y bien repleto de acontecimientos históricos básicos, comenzando por el esplendor de la ciudad árabe del imperio almohade (1147-1248) y terminando con la ciudad isabelina (1833-1868). Entre ambas épocas, contabilizamos seis grandes bloques históricos, todos ellos muy ricos en hechos decisivos para Sevilla y con influencia en el conjunto de la sociedad, marcando el urbanismo y la arquitectura, la demografía, la sociología, la economía, la cultura, la religión y la política.
Dentro de este gran bloque histórico (1147-1868), hay dos épocas que marcaron el renacimiento sevillano, proyectando a la ciudad hacia el mundo occidental y elevando su influencia y fama hasta límites nunca igualados antes ni después. Estas dos épocas de máximo esplendor transcurrieron durante los siglos XIII y XVI-XVIII. En la primera fue el rey Alfonso X el Sabio (reinó entre 1252-1284) el principal protagonista del orto sevillano, y en la segunda fue fundamental la decisión de los Reyes Católicos de conceder a Sevilla la Casa de Contratación (1503), base de su emporio hasta 1717, cuando la Casa fue trasladada a Cádiz por el rey Felipe V. De manera que el privilegio sevillano de convertirse en "puerto y puerta de las Indias" (Lope de Vega), otorgado por los Reyes Católicos en 1503, fue mantenido por todos los monarcas de la Casa de Austria (1517-1700) y eliminado por el primer rey de la Casa de Borbón (1700-1746).
El primer bloque temporal de los seis antes citados (1147-1868) abarca toda la Baja Edad Media (siglos XII-XV), en la que podemos fijar como hechos históricos decisivos de la dominación musulmana, la construcción del primer puente de barcas (1171), y una serie de logros contemporáneos, como el acueducto de los Caños de Carmona, el palacio de la Buhayra, los alcázares y mezquitas, el gran alminar luego convertido en Giralda, la reconstrucción y ampliación de las murallas de la ciudad y del número de puertas y postigos heredados de los almorávides, las Torres del Oro (1220), de Abdelazis y de la Plata (ambas también del siglo XIII), de Don Fadrique (1250).
El tiempo cristiano lo inició la Reconquista (1248) de Fernando III y alcanzó esplendor excepcional durante el reinado de Alfonso X el Sabio. El broche de oro de la ciudad medieval fue el Descubrimiento de América (1492). Con la epopeya colombina coincide la Edad Moderna, que para Sevilla abre las puertas de los Siglos de Oro. Antes y después, dentro del período de Baja Edad Media, la ciudad se había enriquecido con establecimientos eclesiásticos como los conventos emblemáticos de San Clemente (siglo XIII) y de San Agustín (1372).
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