El año del caballo de madera
Puntadas con hilo
Las citas políticas continúan marcando la agenda del gobierno de Zoido. El último Pleno, adelantado, de puro trámite y sin debate, demuestra la parálisis.
AYER comenzó el año del caballo, según el calendario lunisolar por el que se rige la comunidad china. Caballo de madera y verde, como los ansiados brotes, para más señas. La astrología china dice que 2014 será un año de mucha acción, de innovación, de creación y de difusión de nuevos proyectos. Algo así como el año del resurgimiento. Un eslogan que suena a electoral y que, zodíacos aparte, viene que ni pintado a un año clave para renovarse o morir en lo que se refiere a la política municipal.
Pero al almanaque por el que nos regimos aquí ya le faltan 32 hojas y ha pasado un mes sin más pena que la de los 88.377 parados de la capital ni más gloria que los 3,7 millones de turistas que pernoctaron el año pasado. Dos caras de Sevilla que se venden mensualmente. Fracasos y logros, pero poco avance. Y la semana que hoy acaba es un buen ejemplo de esta parálisis, camuflada tras los focos que han apuntado en los últimos días a la Junta de Andalucía y al colapso de los hospitales, a sus idas y venidas en las Atarazanas y al ex delegado socialista de Empleo citado a declarar tres años después en el caso Mercasevilla. Al gobierno local le ha bastado un anuncio, el de las propuestas para la Ciudad de la Justicia que se esperaba desde hace seis meses, y una foto con uno de los muchos inversores privados que se anunciaron que llegarían a Sevilla y que acaba de abrir un gimnasio en Sevilla Este, uno de los pocos proyectos que verán la luz en este mandato.
Se están haciendo algunas cosas. Justo es reconocerlo y contarlo. Pero, a falta de algunas más, se busca también dar la impresión de que se nadie para. A veces es cuestión de saber comunicar, vender, si no gestión, actos, premios y compromisos.
Y prueba de esta falsa realidad es la sesión plenaria de esta semana, donde lo más llamativo ha sido el debate -realmente fue un no debate- a cuenta de la reforma de la ley del aborto. Como si no hubiera otros temas municipales prioritarios que discutir en ese foro. Lo cierto es que la culpa, en este caso, es de la oposición, que quiso sacar un pronunciamiento a un gobierno que se proclama de Sevilla antes que de izquierdas o de derechas. Y que, sin ningún complejo, votó en consonancia con las directrices y el programa electoral de su partido. El voto secreto y en urna no rompió la unidad en el PP, tal vez como perseguía el PSOE, y ni siquiera sirvió para escuchar la opinión del alcalde sobre la citada legislación. Sí la del edil Beltrán Pérez, delegado para asuntos de gais, lesbianas y transexuales, y que, tras defender la ley de transparencia en un anterior punto del Pleno, debió contagiarse del espíritu de la luz y los taquígrafos y se lanzó a revelar su voto rubricando la papeleta. Por si a alguien le quedaba alguna duda, ¿no? Es más, la moción finalmente se volvió en contra de los socialistas, que defendieron la propuesta con un discurso que pecó de obsceno en la boca de la concejal Adela Castaño.
Pero lo del aborto fue meramente una anécdota en un orden del día de apenas una decena de puntos de puro trámite, casi la mitad de temas urbanísticos que tampoco se defendieron con vehemencia, como si la cabeza del gobierno local estuviera en otro sitio.
Tal vez lo estaba. En la Convención Nacional del PP que se ha celebrado este fin de semana en Valladolid y a la que han asistido varios concejales, además del alcalde. Una cita que, previo acuerdo con los portavoces, ha alterado la agenda municipal y ha obligado a adelantar el Pleno dos días. Una semana marcada por los que probablemente serán los días últimos de Juan Ignacio Zoido al frente del PP andaluz, un desenlace que también marcará su posición dentro del partido.
Los plenos deberían servir para tomar la tensión a la gestión municipal, para escuchar decisiones, pero siguen siendo un tedioso paso burocrático. Tan poca importancia se le da, que el propio alcalde -y algún concejal aprovecha también los ratos muertos- programa otros actos coincidiendo con el Pleno, convencido tal vez de que en el Salón Colón habrá poco protagonismo.
Da la impresión de que hay que esperar aún a que se despeje la incógnita del candidato del PP a la Junta de Andalucía para que Sevilla reciba por fin al caballo de madera. Pero no al de los astros, sino al del liderazgo y las iniciativas que necesita la capital.
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