50 años de boquerón 'adobao'

aniversario Negocios con tradición en Sevilla

El Blanco Cerrillo de Pío XII que montaron en 1961 José Blanco Escobar y Concepción Romero Campos celebra su cumpleaños · Una decena de sus 50 tapas, en internet

José Blanco y su madre, Concepción Romero, posan con familiares.
Ana Sánchez Ameneiro

16 de abril 2011 - 05:03

El Blanco Cerrrillo de Pío XII, en la calle Doctor Jiménez Díaz 16, cumplió ayer 50 años regalando cerveza, caracoles y arroz con bacalao a los clientes que se acercaron a su barra. El establecimiento que fundaron en 1961 José Blanco Escobar y Concepción Romero Campos lo regentan ahora los hijos, la tercera generación de esta saga de hosteleros famosa por su tapa de boquerón en adobo.

Varias décadas antes que ellos, el apellido Blanco Cerrillo ya se había enraizado en Sevilla de la mano de los abuelos Juan y José, oriundos de Manzanilla (Huelva) que se lanzaron a montar su primer bar en Sevilla.

"En estos años hemos tenido de todo, altos y bajos y momentos más difíciles que otros, pero lo importante es que nos hemos mantenido", cuenta José Blanco Romero (45 años) que se encarga directamente del negocio junto a su madre, Concepción (75 años), desde que José Blanco Escobar falleció en 1989.

La carta de tapas del Blanco Cerrillo de Pío XII supera las 50, más extensa aún que los años de su aniversario. Aparte del boquerón en adobo, las espinacas, las costillas en salsa de almendras, las albóndigas de choco y la ensalada de perdiz son otras estrellas de la cocina. Los incondicionales pueden consultar las recetas en su página web (www.blancocerrillopioxii.com), donde se explica con todo lujo de detalles los ingredientes y la elaboración de los platos.

La visión comercial para adaptarse a los nuevos tiempos modernizando el local y ampliando el bar con un salón interior para comidas ha sido una de las mejores cualidades de sus dueños, muy atentos a las necesidades de los clientes. En la actualidad la superficie del negocio supera los 60 metros cuadrados.

José Blanco Romero admite que la tapa más demandada sigue siendo el boquerón en adobo, que se consume a un ritmo de 100 kilos por semana. La cifra llama la atención y es nada comparada con los 1.000 kilos que se preparan a la semana en la verdadera mina de boquerón: el Blanco Cerrillo de la calle José de Velilla, junto a la calle Tetuán, en pleno centro. Es el local más antiguo de los tres que hay en la ciudad.

José se atreve a explicar a este periódico por qué el olor del adobo se percibe desde tan lejos y contesta que se debe a que los extractores de humo que tienen salida directamente a la calle, en lugar de hacerlo por las azoteas.

Este bar de Pío XII comparte nombre con otros dos locales del centro de Sevilla que regentan también otros familiares: todos descendientes de aquellos abuelos de Manzanilla y nacidos ya en Sevilla, repartidos por los barrios de Los Remedios, Triana y Pío XII.

Andrés Blanco, hermano de José, cuenta que es poco probable que los seis hijos de sus hermanos (José, Luisa e Inma) sigan la estela del negocio. "A la cuarta generación se le ha inculcado que estudie y haga sus carreras. Sería bonito que siguieran, pero la hostelería es muy sacrificada Si se buscan otro camino, mejor". De momento la mayor, Marina (de 17 años), tiene claro que hará Medicina. Jaime, Marta, Natalia, Andrea y Nicolás (3 años) no lo han pensado aún.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último