Estos son los arquitectos más destacados en la historia de Sevilla
La capital hispalense ha sido hogar de innumerables artistas que marcaron la historia del arte en todas sus facetas, y la arquitectura no es una excepción
Todo lo que esconde la Catedral de Sevilla en su fachada
Para tratar de comprender la grandísima aportación de nuestra ciudad a la arquitectura, es importante recordar los nombres propios de algunas de las figuras que marcaron un antes y un después con sus obras arquitectónicas, de las cuales trataremos de destacar algunas en esta recopilación.
En este caso, nos adentraremos en las aportaciones de dos artistas excelsos en este ámbito cuya carrera se desarrolló en el siglo XVI, periodo histórico marcado por el surgimiento del Renacimiento, nomenclatura acuñada ya en el siglo XIX que se refiere al amplio movimiento cultural y artístico de la época que mantuvo su relevancia hasta el punto de ser principal inspiración de algunos movimientos artísticos en etapas posteriores que se extienden (aunque de manera, evidentemente, diferente a causa de la evolución de cánones y conceptos con el paso del tiempo) hasta la actualidad.
Diego de Riaño
Aunque este arquitecto no naciera en la capital hispalense, su estilo correspondiente con el movimiento que previamente mencionamos quedó plasmado eternamente en la fachada de lo que hoy conocemos como el Ayuntamiento de Sevilla, ubicado en la plaza de San Francisco, y algunas obras concluidas por el artista que forman parte del conjunto de la Catedral, más concretamente en la Sacristía de los Cálices y la Sacristía Mayor, además de algunos trabajos en capillas del mencionado templo, y todo ello en su periodo como maestro mayor de Sevilla, nombrado por el arzobispado de la ciudad allá por 1528.
De manera anterior a esta labor, Riaño se vio obligado a huir a Lisboa tras asesinar a su compañero en las obras de cantería de la Catedral de Sevilla en 1517, y no volvió al territorio español hasta 1523, momento que marcó el inicio del apogeo de su breve carrera. Además de su labor en nuestra ciudad, este artista se dedicó a obras paralelas en otras partes del país, como Valladolid, Aracena y Carmona, entre otras.
Hernán Ruiz el Joven
Este otro artista, a pesar de haber trasladado su obra a Extremadura y Cantabria en determinadas etapas, desarrolló la gran mayoría de su carrera como arquitecto en diversas ciudades y pueblos de Andalucía, incluyendo, por supuesto, la capital hispalense, donde aportó en la construcción de la Catedral, siendo maestro mayor de la ciudad tal y como también lo fue Riaño pero allá por 1557, el Hospital de las Cinco Llagas, las puertas de Goles, Macarena y Jerez de las murallas y el Ayuntamiento, entre otros innumerables conjuntos que también se extendieron por el resto de la provincia.
ARQUITECTURA SEVILLANA DEL SIGLO XVII
El siglo XVII, por su parte, marcó el apogeo del estilo barroco, caracterizado por el uso de elementos tradicionales, tanto en lo formal como en lo que respecta a materiales, entre los cuales destacan el ladrillo y el granito. Como no podía ser de otro modo, algunos de los arquitectos destacados del barroco español dejaron su huella en Sevilla con aportaciones diversas.
Juan de Oviedo
Juan de Oviedo y de la Bandera, cuyo padre ejerció como escultor, comenzó compartiendo sus primeros pasos en el mundo del arte con este, en el oficio de la escultura y los retablos. No obstante, su obra fue evolucionando hasta inclinarse por la arquitectura, ámbito en el que destacó hasta el punto de marcar la historia del arte de manera definitiva.
Sus aportaciones fueron muy diversas, aunque algunas de las más destacadas se encuentran en la capital hispalense, como es el caso del Convento de Madre de Dios y el Convento de la Merced, donde actualmente se encuentra el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Leonardo de Figueroa
Este arquitecto castellano también ostentó un cargo clave en la ciudad de Sevilla, y es que fue nombrado alarife municipal, término que a su vez deriva del periodo islámico de la península ibérica y hace referencia a los maestros de albañilería.
Sus obras más relevantes una vez más las realizó para la capital hispalense, donde evidentemente ejerció gran parte de su labor al ostentar el previamente mencionado cargo de relevancia en la arquitectura de la ciudad. Entre ellas, destacaremos el Hospital de los Venerables Sacerdotes, el actual Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, y la famosa Iglesia de San Luis de los Franceses, aunque también colaboró en otros conjuntos arquitectónicos en el resto de España.
ARQUITECTURA SEVILLANA DEL SIGLO XVIII
En el siguiente periodo histórico que analizaremos, es decir, el siglo XVIII, vino marcado por una reacción a nivel internacional contra la ostentosidad de los estilos barroco y rococó, siendo el movimiento principal el que se denomina neoclasicismo, que reivindicaba la vuelta a una arquitectura funcional y racional como la de épocas anteriores a las mencionadas.
Vicente Acero
Vicente Acero y Arebo también participó en obras de otras partes de España, como la Catedral Nueva de Cádiz, que se construyó una vez el Cabildo de dicha ciudad aprobó su proyecto y le nombró director del mismo, aunque posteriormente abandonara esta labor por discrepancias con sus empleadores.
Ahora bien, una de sus obras cumbre, como no podía ser de otro modo, se encuentra en Sevilla, y esta es la Real Fábrica de Tabacos, en cuya construcción desempeñó un papel crucial controlando las obras y dirigiendo la elección de materiales utilizados, como piedra y madera, para asegurarse de que estos fueran de calidad. De hecho, antes de que se terminara de construir tan célebre edificación, Acero falleció aún en este cargo allá por 1738.
Diego Antonio Díaz
Sevillano de la cuna a la tumba, Diego Antonio Díaz desarrolló gran parte de su notable carrera como arquitecto en la provincia hispalense con trabajos no solo en la ciudad, sino en pueblos aledaños como El Viso del Alcor, Pilas, Carmona o Umbrete. En toda su obra, se hace notable la influencia del estilo de otro de los ilustres artistas de este listado, en este caso Leonardo de Figueroa.
En la capital de la provincia, por otra parte, se destaca su trabajo en el Convento de Santa Rosalía, ubicado en el casco histórico de la ciudad, donde aún se mantiene el estilo barroco a pesar de la rápida expansión del también mencionado estilo neoclasicista durante este siglo. Su excelsa labor, de nuevo como característica común con anteriores menciones en esta recopilación, le valió el título de maestro mayor de la Catedral de Sevilla, otro de los puntos álgidos de su carrera.
ARQUITECTURA SEVILLANA DEL SIGLO XIX
El siglo XIX ya supuso el germen de una mayor diversidad en los distintos ámbitos del arte, además de ser una etapa histórica marcada por grandes cambios en lo político, siendo también el siglo en el que se comenzaron a desarrollar algunos de los conceptos ideológicos que aún a día de hoy son de vital importancia en las relaciones geopolíticas internacionales.
Fernando de Rosales
Fernando de Rosales comenzó con su carrera relacionada con el arte muy temprano en su vida, llegando incluso a conseguir terminar sus estudios de arquitectura en la por aquel entonces Real Escuela de las Tres Artes de Sevilla a los 20 años, aproximadamente. Tras adquirir su formación en este curso, compaginó sus labores arquitectónicas con la docencia en esta misma escuela, algo que pocos pueden llegar a hacer por la carga de trabajo que conllevan ambas labores.
Aunque su obra se extendiera por las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, lo que destacaremos en esta ocasión, sin que esto pretenda restarle valor al resto de sus aportaciones, es su trabajo en la Catedral de Sevilla, tanto en el edifico anexo al templo conocido como El Muro (donde tenían sede varios organismos administrativos del Cabildo hispalense) como en la Puerta de la Asunción.
Juan Talavera y de la Vega
Este otro arquitecto, uno de los más ilustres de su época, también nació en Sevilla, donde realizó varios trabajos y se formó en la Academia de Bellas Artes de la capital hispalense, aunque posteriormente prosiguiera con sus estudios en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.
Sus trabajos fueron muy diversos, aunque en esta ocasión destacaremos su trabajo en algunos de los edificios más emblemáticos de toda nuestra ciudad, como el Costurero de la Reina, la Casa Mensaque de la calle San Jacinto y el Palacio de San Telmo, donde dirigió la obra de 1901 en la que se habilitaron espacios dedicados a la enseñanza en este mismo edificio. A su vez, participó en algunas de las obras de la plaza de toros de la Maestranza.
ARQUITECTURA SEVILLANA DEL SIGLO XX
Poco se puede añadir sobre el siglo XX que no sea conocido por la amplia mayoría de la población. Esta etapa histórica se vio marcada por dos conflictos armados internacionales sin precedentes como fueron ambas Guerras Mundiales, y ya en nuestro país supuso varios cambios políticos de cuyo shock podría decirse que aún no hemos conseguido recuperarnos por completo. Sin embargo, también fue una época de explosión cultural, artística y social que alteró el funcionamiento del mundo tal y como se conocía. Los estilos arquitectónicos predominantes variaron según el periodo del siglo, aunque muchos de ellos fueran imitaciones u homenajes a escuelas de siglos previos.
Aníbal González
Para muchos, Aníbal González es el arquitecto hispalense por antonomasia, gracias, entre otras cosas, a su participación de vital importancia en el proyecto de la Plaza de España, conjunto arquitectónico diseñado para ser sede de la Exposición Iberoamericana de 1929 que aún a día de hoy es visitado por millones de personas cada año, viniendo estas personas tanto de otras partes del mundo como de la propia Sevilla. En la misma plaza, se encuentra una estatua en su honor erigida hará aproximadamente 12 años. Su estilo regionalista también se vio plasmado en otras obras relacionadas con la mencionada exposición, como el Museo de Artes y Costumbres Populares ubicado en el mismo Parque de María Luisa, uno de los principales puntos de interés de nuestra ciudad por mezclar la riqueza arquitectónica con la natural en un único espacio.
Juan Talavera y Heredia
Hijo de Juan Talavera y de la Vega, uno de los artistas a los que hicimos referencia en el apartado del siglo XIX, este arquitecto comenzó su carrera tras concluir sus estudios en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. En sus inicios, sus proyectos mostraban características coincidentes con las asociadas al estilo modernista, aunque posteriormente se inclinó más por el regionalismo, el cual gozó de un éxito notable en la época, como hemos podido observar previamente. Aunque una vez más su carrera no se ciñera exclusivamente a construcciones en la capital hispalense, muchos de los edificios que hacen que el centro histórico de la ciudad sea tan característico, como la antigua casa de María Chafer de la Plaza de San Francisco o el edificio de Telefónica de la Plaza Nueva, fueron proyectos encabezados por él mismo y se mantienen como algunas de sus obras más destacadas.
No hay comentarios