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Sevilla

¿Por qué el centro para personas sin techo de Hytasa no se llevará a cabo finalmente?

Una persona sin hogar durmiendo en una calle del centro de Sevilla.

Una persona sin hogar durmiendo en una calle del centro de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

El nuevo centro para personas sin hogar de Sevilla llamado a descongestionar el de la Macarena no se construirá finalmente en el polígono Hytasa (calle Raso, 6) por la renuncia de la empresa, la UTE Aossa Global S.A.-Doc 2001 S.L.

El principal escollo para construirlo en esta zona, un lugar elegido por la propia empresa, es que el pliego del contrato no permitía ubicarlo en zona industrial y había generado protestas de vecinos, comerciantes y empresarios de la zona por esta razón. Por eso la empresa busca estos días con el Ayuntamiento una vía administrativa para formalizar la marcha atrás al contrato.

El oficialmente denominado Centro de Alta Tolerancia (CAT) para personas en situación de exclusión social y sin hogar no busca sustituir al albergue de la Macarena, sino ofrecer nuevo equipamiento para acoger a las personas sin techo. La ciudad necesita este tipo de centros y en algún lugar de la capital habrá que construirlo. Lo recordó esta semana el nuevo alcalde Antonio Muñoz.

Ubicación del centro en el polígono Hytasa. Ubicación del centro en el polígono Hytasa.

Ubicación del centro en el polígono Hytasa. / Departamento de Infografía

El objetivo es dispersar por otras zonas de la ciudad, fuera del barrio de la Macarena, este tipo de servicios sociales, de forma que no se no se concentren solo en la Macarena.

El CAT de Hytasa se proyectó con 40 plazas, pero no todas las personas sin hogar podían ir allí, sino únicamente las que fueran valoradas por los técnicos municipales y cumplieran un perfil determinado. “Ni es un centro de día ni las personas acuden allí a esperar una plaza. Son derivadas previamente”, recalcó en su día el gobierno local.

El equipamiento iba a ofrecer alojamiento, higiene, manutención y un programa de intervención psicosocial. Solo podían dirigirse a ese centro los usuarios evaluados con un perfil específico a través del Centro de Orientación e Intervención Social y del Equipo de Emergencias y Valoración Social (UMIES). En suma no iba a ser un albergue al uso ni donde iban a trasladarse todos los recursos para personas sin hogar.

Desde los servicios sociales del Ayuntamiento se defendía la ubicación en el polígono Hytasa como una “propuesta más que aceptable”. “Es uno de los mejores sitios donde se puede ubicar este centro, y aunque pueda considerarse técnicamente como zona industrial, para nada es lo que habíamos intentado mostrar en el pliego. Se considera totalmente adecuada esta ubicación y la consideramos de interés público”, rezaba el informe encargado a la jefatura del área municipal de emergencia social y personas en situación de exclusión y sin hogar.

Los argumentos municipales para aceptar la ubicación en Hytasa eran los siguientes. Pese a que estuviera en suelo industrial (lo contrario de lo que marca el pliego) se consideraba “compatible” con usos pormenorizados de equipamientos y servicios públicos de todas las clases y tipos, lo que encaja con este servicio público.

Segundo, porque la zona elegida se integraba “en un entorno urbano y accesible a todo tipo de servicios”: en el Cerro, donde coexisten empresas, administraciones, así como establecimientos de ocio y hostelería. Y añadía que no es un polígono industrial con limitación importante de servicios para el ciudadano y donde la vida diaria se limita a un horario laboral.

La organización prevista en este centro consistía en ofrecer horarios de apertura y cierre de puerta que limita la libertad de acceso de los usuarios. La primera apertura estaba fijada a las 06:30h y el primer cierre de puerta a las 13:00h. Luego abría a a las 16:00h y cerraba a las 20:00h, hora a partir de la que nadie podía entrar en el centro y si salía no podía volver. Asimismo tenía horarios fijos de desayuno, comida, cena y dormir.

La previsión municipal es que las personas seleccionadas para acudir al CAT entran “con un fin/objetivo marcado, que se tratará de alcanzar bajo el seguimiento y acompañamiento de la Trabajadora Social”. Estos objetivos son valorados en primera instancia por los profesionales de las entidades y equipos citados, y pueden ir siendo modificados en función de la adaptación del usuario al centro, su situación sanitaria y/o mental”, explica el Ayuntamiento, que añade que “la motivación de la persona tiene vital importancia para forjar su estancia” en este centro.

Otra condición en este centro es que los usuarios derivados vivan aquí un largo periodo de tiempo, ya que “la vinculación, adherencia, adaptación y posterior consecución de objetivos corresponde con un proceso que necesita paciencia y tiempo. Por tanto no es un espacio con rotación de personas distintas cada día, salvo casos muy excepcionales”.

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