Un cuento macareno de Dickens
Calle Rioja
EL año pasado a las once de la noche ya estaba en la cama. Ni uvas ni nada. No montó el belén. Manuel Matador tenía el presentimiento de que aquel último día del año era la antesala de su último año de vida. Esta noche se acostará mucho más tarde, ha montado el belén más grande y rumboso de la calle Feria y será uno de los comensales de la cena de Nochevieja más hermosa de su vida.
En su familia hay tres Jesús: su hijo, el único varón, el hermano de Eva y Nuria, que con ocho años entró de cornetín en la centuria de los armaos a la que Manuel Matador perteneció durante un cuarto de siglo. "Entré en la gandinga y lo primero que hice fue ir a visitar el hospital San Juan de Dios". Jesús Cupo Matador es su nieto, hijo de Nuria. Cumple cuatro años el 14 de abril y cuando intuyó que su abuelo necesitaba ayuda, se dirigió al tercer Jesús de la casa, el Sentencia pintado por Baldomero Tovar, el suegro de su abuelo. El niño se puso muy serio, de tú a tú, y le dijo a su ilustre tocayo: "Sentencia, pon bueno a mi abuelito, pero prontito".
Es un cuento de Navidad de Dickens filmado por Frank Capra. Un simple resfriado llevó a Manuel Matador el 16 de diciembre de 2009 a la consulta del doctor Feliciano Valle. Pepe Suárez, su cuñado, le hizo unos análisis que mostraban una alteración en el riñón derecho. El diagnóstico del urólogo Alfonso Martínez confirmó los temores. El doctor Omar Al Haraji, cirujano cardiovascular, los ratificó. "Me dijo que el tumor tenía quince centímetros de largo por doce de ancho y que podía quedarme muerto allí mismo porque obstruía la vena cava".
El cáncer renal es el tercer tipo de tumor más frecuente en el sistema urinario. Matador se convertía en uno de los once pacientes que desde 2004 se han sometido a un tipo de operación en la que el hospital Macarena es pionero. Lo operaron el 19 de febrero, el mismo día que el Señor de la Sentencia salía en vía crucis. Manolo García, hermano mayor de la Macarena, le dedicó una oración y por medio del capiller le hizo llegar a la habitación del hospital un pañuelo de la Virgen.
Matador lleva consigo un recorte de este periódico, una información firmada por Noelia Márquez en la que aparecen el urólogo Jesús Castiñeiras y los cirujanos cardiovasculares José Miguel Barquero y Omar Haraji. "Dios proteja esas benditas manos que me salvaron, pero imagino que la intercesión de la Virgen también tuvo algo que ver". Quien desfiló cada Madrugá con atuendo de armao de la Macarena se veía en la mesa de operaciones rodeado de tubos. "Era un madelman, como Robocop". Los demás enfermos de la planta lo conocían como el del pañuelo de la Macarena.
La recuperación fue prodigiosa. "Estaba previsto que permaneciera dos semanas en la UCI, a los dos días me dieron el alta. No quise venir en ambulancia, soy muy conocido en la calle Feria. Cogí un taxi y le dije que parase en la Basílica de la Macarena. Estaba el Señor de besamanos. Lo abracé y le dije: aquí estoy, contigo siempre". El niño Jesús de la calle Feria, su nieto, metió en el nacimiento a su abuelo para propiciar este Renacimiento.
Matador trabajó de encargado de una cuartelá en Mercasevilla. "Me hizo macareno el Melli, que era capitán de los armaos, el hijo de Juana la de los Garbanzos". Hoy sí hay uvas y nada obstruirá el brindis con el cava espumoso. La Nochevieja más joven de quien volvió a nacer y lo celebra con sus tres hijos, sus yernos Javier y Manuel Vicente, su nuera Pilar, sus consuegros Joaquín y Mari y sus tres nietos: Jesús, Beatriz y Lidia. "Ellas también le rezaron mucho al Gran Poder por su abuelo".
Cuenta su historia en el boletín de la Macarena. La Roma del barrio volvió a triunfar con quien fue armao desde años del Pelao hasta el mando de José García.
1 Comentario