Condenan a una farmacéutica de Sevilla que se aprovechó de un error de prescripción para dispensar medicamentos propios con fines lucrativos
La acusada realizó nueve dispensaciones ficticias de un medicamento, generando una facturación fraudulenta de 1.015,11 euros al SAS, por lo que ha sido condenada por un delito de estafa
Una familia sevillana reclama al SAS 223.000 euros por la muerte de su hija de 12 años
La Audiencia de Sevilla ha condenado a una farmacéutica por un delito de estafa, cometido a través de nueve "disposiciones ficticias" de un medicamento que tenía prescrito ella misma como usuaria del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Según la sentencia, la acusada "generó la correspondiente fraudulenta facturación al SAS sin que el medicamento hubiera sido previamente adquirido ni se acompañara hoja justificativa alguna".
Los hechos probados revelan que la farmacéutica, titular de una farmacia de Los Bermejales, estaba diagnosticada de osteoporosis y tenía prescrito desde abril de 2014 el medicamento Prolía de 60 miligramos inyectable, con una posología de una dosis cada seis meses. En octubre de ese mismo año, acudió a un doctor del SAS para obtener la prescripción del fármaco a mitad de precio, siendo dispensado al día siguiente en su propia farmacia. El tratamiento se extendía por un período de 365 días.
Sin embargo, el 19 de mayo de 2015 se produjo un error en la prescripción por parte de otra doctora del SAS, quien indicó una posología de una jeringa precargada cada 24 horas durante 216 días. La acusada, "con evidente ánimo de lucro", aprovechó este error y su doble condición de paciente y titular de la farmacia para realizar nueve dispensaciones ficticias del medicamento, facturando fraudulentamente al SAS un total de 1.015,11 euros.
El sistema de prescripción y dispensación de medicamentos en España se basa en la colaboración entre los médicos del sistema público de salud, que prescriben los fármacos, y las farmacias, que los dispensan a los pacientes. Las recetas se digitalizan a través de programas informáticos como W@rda, permitiendo la facturación automática al servicio de salud correspondiente.
No obstante, este caso pone de manifiesto las vulnerabilidades del sistema, ya que "el cotejo de las dispensaciones con la facturación es prácticamente imposible" dado el gran volumen de documentación y transacciones. La acusada, "conocedora del sistema", se aprovechó de esta circunstancia para obtener un beneficio económico ilícito, asumiendo un riesgo mínimo de ser descubierta.
La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha condenado a la farmacéutica por un delito de estafa, con las atenuantes de dilaciones indebidas y de reparación del daño, a la pena de dos meses de prisión y a una multa de 1.200 euros. La acusada ha sido absuelta del delito de falsedad documental que también se le imputaba.
Aunque la defensa ha reconocido los hechos, discrepa en su "significación subjetiva y antijurídica", alegando que las dispensaciones eran un adelanto de los inyectables que la acusada necesitaría en el futuro para su tratamiento, evitando así acudir a renovaciones de la receta. Sin embargo, el tribunal no ha aceptado este argumento.
La sentencia es susceptible de recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Cabe destacar que la farmacéutica reintegró al SAS la cantidad defraudada de 1.015,11 euros en mayo de 2016, lo que ha sido considerado como una atenuante en la condena.
Temas relacionados
No hay comentarios