La antigua fábrica de Altadis en Los Remedios cuenta, por fin, con  un plan definido y en marcha para su reutilización tras 14 años de abandono. El futuro de esta singular instalación, que realmente es una pequeña ciudad, ha estado enquistado durante varios mandatos. Aunque hace dos años que se anunció su desbloqueo, hasta ayer  martes no se conoció la solución buscada por el alcalde, Juan Espadas, que frenó los planes de su antecesor, Juan Ignacio Zoido, por considerarlos especulativos. Y eso hizo que la negociación se ralentizara considerablemente.

La operación es una compraventa entre Altadis y, en este caso, el fondo de inversión KKH, que ha adquirido el complejo y ha anunciado una inversión de 200 millones de euros. No obstante, dada la confluencia de intereses y su difícil equilibrio, al tratarse de un enclave estratégico para la ciudad desde el punto de vista económico y urbanístico, el Ayuntamiento ha jugado un papel de tutelaje para favorecer una hoja de ruta con garantías para todas las partes. 

“Ya no se trata sólo de un acuerdo, un protocolo de intenciones, hay una inversión prevista que ronda los 200 millones de euros y que transformará la zona en los próximos tres años y que abre la puerta de la capital a una nueva división de ciudades”, ha comentado el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, que introdujo la presentación del proyecto que califica de “histórico”. Así será si, por fin, permite resolver esta eterna asignatura pendiente.

Antonio Muñoz: "Después de varios intentos loables, por fin uno ha cristalizado y ya es una realidad”

Desde el gobierno municipal se insiste en que la operación permite compatibilizar el interés general de la ciudad, ganando nuevos equipamientos públicos y sumando una instalación vanguardista y de referencia, con el interés del titular, que ha vendido la fábrica al fondo de inversión KKH Capital & Property por un importe que no se ha querido desvelar, aunque no era la más rentable según ha admitido la compañía.

Este acuerdo convertirá ese último rincón en la trama urbana del río por explotar en un gran complejo turístico con arquitectura y servicios de vanguardia. En concreto, habrá un hotel de cinco estrellas y, aunque el operador es algo que aún no se ha confirmado, se trataría de un gran grupo hotelero tipo Mandarin Oriental, un estándar de lujo hasta ahora inexistente en Sevilla y que ahora sólo está instalado en Madrid y Barcelona. Sólo el hotel, con 200 habitaciones, garantiza la creación de 300 empleos y un referente arquitectónico de vanguardia que se ha encargado a Carlos Ferrater, Premio Nacional de Arquitectura.

También habrá equipamientos públicos de gestión privada y pública para el barrio de Los Remedios. Un  híbrido que se acompaña de dos parkings (uno bajo el hotel y otro bajo la nueva plaza pública), una pasarela peatonal y la reurbanización de la calle Juan Sebastián Elcano. Un entorno que era “impenetrable” y que se abrirá al barrio gracias a una inversión que el fondo se compromete a aportar.

Previamente será necesaria una modificación del PGOU, un trámite que se iniciará previsibemente en otoño, una vez que el Ayuntamiento tenga el informe necesario. La antigua tabacalera cuenta con una superficie de 28.659 metros cuadrados que están calificados de Industria Singular IS y el resto de Espacio Libre Público.

El alcalde confirmó que presentará en breve formalmente el proyecto a la Presidencia de la Junta de Andalucía con la intención de que se declare de interés estratégico y eso aligere los plazos para su tramitación que, según ha adelantado el fondo de inversión, durará un año, al que tendrán que sumar luego tres y medio o cuatro de obras. Los plazos previstos apuntan que la zona no estará transformada y en servicio en ningún caso antes de 2024.

El proyecto, presentado en el Museo de Carruajes a pocos metros de la antigua fábrica, respeta el protocolo  ya firmado en  2018, el informe de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico que fijaba qué se podía construir en la zona y las bases para la ordenación del recinto aprobadas por el Pleno en 2020. Deberes hechos para el grupo inversor, que agradece también el consenso político. El proyecto ha contado con el apoyo de todos los grupos municipales, algunos presentes en la presentación, junto a una amplia y variada representación de los empresarios, los sindicatos, la Universidad y representantes vecinales.

El presidente de Altadis, Jon Fernández de Barrena, mostró su satisfacción por el acuerdo que permite “devolver a Sevilla un equipamiento de altura” y destacó la alta competencia que ha habido en torno al proyecto.

Josep Maria Farré, impulsor del fondo de inversión KKH, explicó con detalle un proyecto que califica de alta calidad y muy sensible con el medio ambiente y el patrimonio. De hecho, evita el conflicto urbanístico pues el hotel se construirá en segunda línea y tendrá la misma altura de las viviendas de la zona. La actuación se divide en tres ámbitos que desarrollarán varios arquitectos de prestigio: la zona norte, con el cubo y varios edificios que se conservarán al estar protegidos (la capilla, la casa del guarda, las de los ingenieros y los almacenes de rama) se ha encargado al japonés Kengo Kuma, el autor del estadio olímpico de Tokio, y se destinarán a equipamientos públicos y privados, es posible que a una industria tecnológica; la zona sur con el hotel que será de Ferrater; y un entorno paisajístico de casi cuatro hectáreas que ha encomendado al sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, otro arquitecto consagrado. La pasarela peatonal es un encargo que ha aceptado con gusto el prestigioso ingeniero francés Michel Virlogeux. Queda descartada la reutilización del puente de Hierro que apuntaban otras propuestas, entre ellas figuraba muy bien posicionada la del grupo Acciona.

La filosofía del proyecto es abrir un nuevo espacio para la ciudad que permitirá, tras el derribo de la verja del complejo, que desde las principales calles de Los Remedios se acceda al paseo fluvial y el río, pasando por las nuevas zonas verdes que se adecuarán. Un gran corredor verde que por la orilla permitirá unir los puentes y llegar al jardín de las Cigarreras.

El proyecto está ideado, cuenta con la inversión necesaria y ahora queda su diseño y el impulso político necesario para evitar un nuevo abandono.