Investigadores de la US descubren la ascendencia mixta de un hombre enterrado en el dolmen de Antequera
El hallazgo demuestra la diversidad genética de la sociedad andalusí
La persona fue inhumada entre los siglos VIII y IX después de Cristo
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El Grupo de Investigación ATLAS de la Universidad de Sevilla (US) colabora en un estudio arqueogenómico llevado a cabo por las universidades británicas de Huddersfield y Londres (Instituto Francis Crick) y por la Universidad de Harvard (EEUU) en el que se dan a conocer datos sobre la ancestría genética de los dos varones adultos medievales enterrados en el atrio del dolmen de Menga (Antequera, Málaga) entre los siglos VIII y XI d. C. (periodo andalusí). Este estudio se apoya en investigaciones previas llevadas a cabo por el Grupo ATLAS, en las que se dieron a conocer datos sobre el contexto funerario, la antropología física y la edad radiocarbónica de estos dos individuos, que fueron enterrados en la entrada del gran dolmen neolítico de manera altamente formalizada, con la cabeza apuntando hacia el interior del dolmen. El estudio, ha sido publicado en la revista Journal of Archaeological Science Reports.
En esta investigación, se ha analizado el ADN de dos individuos medievales, datados por radiocarbono entre los siglos VIII y XI d. C., enterrados en el atrio, alineado con el eje de simetría del dolmen. El contenido de ADN era muy bajo y estaba altamente degradado, en consonancia con observaciones previas en la Iberia mediterránea prehistórica e histórica. No obstante, se pudo obtener el perfil genético de uno de los individuos, tras el uso de la técnica de enriquecimiento de SNP, utilizada para obtener información genética útil cuando el ADN está muy degradado o presente en cantidades muy bajas.
Este individuo presenta linajes uniparentales típicos de las poblaciones europeas pero un linaje de ADN mitocondrial (ADNmt) compartido con individuos norteafricanos modernos, y a nivel autosómico también mostró ascendencia norteafricana y levantina, en consonancia con la tendencia general en la región durante este período. En su linaje de ADNmt, este individuo compartía dos mutaciones con una secuencia observada en un individuo de etnia mozabita moderno en Argelia. Los mozabitas son un grupo bereber nativo del Valle de M’zab en el norte de Argelia, con un idioma propio (el mozabita, que es una variante del bereber) que en la actualidad cuenta con una población de entre 150.000 y 300.000 personas. El análisis genómico de este individuo es por tanto un reflejo de la diversidad genética, demográfica y cultural de la sociedad andalusí.
Reutilización
El estudio propone también una interpretación de estas inhumaciones basada en los datos arqueológicos e históricos, enmarcada en el contexto arqueológico más amplio de la reutilización de monumentos prehistóricos durante el Medievo, un fenómeno ampliamente documentado en Iberia. Los datos recogidos sugieren que en el periodo en el que estas dos personas fueron enterradas, el dolmen de Menga era utilizado como eremitorio o santuario (morabito).
El dolmen de Menga, parte del sitio Patrimonio Mundial de la Unesco en Antequera, fue construido en el cuarto milenio a. C. durante el Neolítico, pero posee una larga historia de uso y frecuentación que se extiende a tiempos históricos modernos. De hecho, es probable que este gran dolmen haya sido utilizado como espacio sacro y/o funerario de forma ininterrumpida desde su construcción entre el 3800 y 3600 a.C.
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