Itálica, una ciudad ceremonial que busca el reconocimiento mundial
El enclave romano aspirará a convertirse en Patrimonio de la Humanidad apelando a la historia antigua y a este valor único y excepcional promovido por el emperador Adriano que la convirtió en una capital religiosa e ideológica del occidente romano
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Más de diez años de carrera. Un intenso trabajo impulsado desde la sociedad civil. Una reformulación adoptada por la Junta de Andalucía. Y y un gran sueño por cumplir. La ciudad romana de Itálica aspirará a convertirse en Patrimonio de la Humanidad en el año 2027. Será la candidatura que presentará España ante la Unesco para que la urbe situada en Santiponce goce de este reconocimiento mundial. La candidatura de Itálica, elegida por las comunidades autónomas el pasado 9 de mayo en la 97 reunión del Consejo de Patrimonio Histórico, será presentada ante el organismo internacional en febrero de 2026 y podrá ser discutida en la siguiente reunión del comité de evaluación de la Unesco en 2027. De salir adelante, la antigua ciudad romana se convertirá en el enclave número 51 de España en la Unesco.
La candidatura de Itálica a la Unesco se empezó a trabajar hace muchos años desde la Fundación Itálica de Estudios Clásicos. En 2014 intentó hacer un primer lanzamiento. La fundación desapareció y un par de años después, en 2016, se formó el consejo asesor y se lanzó la candidatura desde Civisur. Esta asociación civil pilotó la candidatura con éxito y consiguió que en 2019 Itálica entrara en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial, paso imprescindible. El siguiente estadio fue la entrega del formulario de inscripción al Ministerio de Cultura, en 2022. Dos años más tarde, por recomendación del propio ministerio, Civisur dio un paso lado tras su gran trabajo para que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía asumiera la dirección de la candidatura, todavía bajo el nombre de Itálica. Ciudad Adrianea. Desde ese momento, los técnicos de la consejería, junto a un equipo de expertos e investigadores universitarios, optaron tras año y medio de trabajo por enfocar la candidatura ante Unesco como Itálica, Ciudad Ceremonial. Una reformulación que ofrece más garantías de éxito final.

El objetivo de este cambio era el de resaltar tanto el carácter único de la estructura arquitectónica y urbana de Itálica, de gran amplitud, así como la presencia en sus calles de numerosos inmuebles públicos y privados, con dimensiones mucho mayores a las de edificios de similares usos existentes en otras urbes del Imperio Romano.
Así lo explican Mar Sánchez Estrella y Mónica Ortiz, secretaria general y director general de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura que dirige Patricia del Pozo. “Cuando llegamos a la consejería en julio de 2024 ya se estaba trabajando y estudiando toda la documentación entregada por Civisur. Se lo mandamos a Cipriano Marín como experto y él se fijó en que uno de los valores que se destacaba era el de Itálica como ciudad ceremonial. Él nos animó a trabajar esa línea y resaltar ese valor excepcional de Itálica desde un punto de vista de la historia antigua más que desde la arqueología”, señala Sánchez Estrella.
Desde que Civisur entregó el expediente, la Junta estuvo trabajando en esta línea, como añade Mónica Ortiz: “Sabíamos que desde el punto de vista arqueológico iba a ser complicado. Así que nos centramos en la vía ceremonial. Cipriano Marín nos ha ido dirigiendo ese nuevo punto de vista junto a Fernando Lozano, de la Universidad de Sevilla y Juan Manuel Cortés y Elena Muñiz de la Pablo de Olavide”. La apuesta, por tanto, es presentar a Itálica como ciudad ceremonial ex novo.

La conceptualización de Itálica, Ciudad Ceremonial pone el énfasis en la interpretación de la gran ampliación y reurbanización de la urbe, llevada a cabo por Adriano en el siglo II, como un centro ritual para reunir a los habitantes de toda la Península Ibérica en torno a los principales hitos que todavía son reconocibles.
Es el caso del gran templo de culto imperial, las anchas calles para desfiles procesionales, las termas con gimnasios para competiciones atléticas y las grandes edificaciones domésticas para acoger a los ciudadanos principales, visitantes y peregrinos, así como un imponente anfiteatro donde culminarían las celebraciones.
El camino que queda por recorrer

El camino que le queda a la candidatura de Itálica hasta que pueda ser discutida en la siguiente reunión del comité de evaluación de la Unesco en 2027 es todavía largo. Tras la celebración del Consejo de Patrimonio Histórico Español se está revisando el formulario, tarea que concluirá a mediados de julio. Posteriormente, el documento será traducido al inglés para mandarlo a la Unesco en septiembre. En diciembre, el organismo comunicará si hay que llevar a cabo algún cambio. El documento definitivo se ha de presentar en la sede de la Unesco en París como muy tarde el 1 de febrero de 2026. Si Itálica entra el cupo, algo que sería lo normal, en verano del próximo año acudirían en verano el verano de 2026. Se pide el informe preceptivo a Icomos y, si se estima necesario, se puede requerir información adicional sobre la candidatura. Superados todos estos trámites, la candidatura de Itálica se avaluaría en la reunión del comité de la Unesco en 2027.
“El nuevo enfoque se basa en un sólido trabajo científico realizado por expertos de las universidades. Ya estaba apuntado en formulario anterior, pero hemos puesto todo énfasis porque creemos que es un valor excepcional de Itálica. Esperamos convencer también a la Unesco”, concluye Mar Sánchez Estrella.
24 inscripciones en 2024

El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco celebró su 46 reunión en Nueva Delhi en julio de 2024. En esta cita fueron inscritos 24 nuevos sitios en la Lista del Patrimonio Mundial. Estos incluyen 19 sitios culturales, 4 naturales y 1 mixto. El total de enclaves Patrimonio Mundial se eleva a 1.223 (952 culturales, 231 naturales y 40 mixtas). Además, se decidió ampliar dos sitios ya presentes en la lista.
En todo este proceso de inscripción entran en juego muchos intereses políticos, porque tantos a las comunidades autónomas, en el caso español, como a los estados les interesa contar con el mayor número de sitios reconocidos por la Unesco. España hasta hace unos años ocupaba la primera plaza junto a Italia, pero ha retrocedido varios escalones. Cuenta con 51 registros en el Patrimonio Mundial. Siete de ellos están en Andalucía: la Alhambra, el Generalife y Albaicín de Granada (1984, 1994); el Centro Histórico de Córdoba (1984, 1994); la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias de Sevilla (1987), el Parque Nacional de Doñana (1994, 2005), los Conjuntos Monumentales Renacentistas de Úbeda y Baeza (2003), los Dólmenes de Antequera (2016), y la Ciudad Califal de Medina Azahara (2018).
Los últimos bienes españoles inscritos como Patrimonio Mundial fueron Menorca Talayótica (2023) y el Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las artes y las ciencias de Madrid (2021). En este último caso quedó muy patente la importancia de la política y del equilibrio entre territorios, ya que Madrid era la única gran capital europea sin Patrimonio Mundial de la Unesco.
Además, España cuenta actualmente con otros 35 bienes inscritos en la llamada Lista Indicativa, paso previo para ser declarados Patrimonio Mundial. De ellos, las candidaturas activas rondan la decena. Hay solicitudes desde 1996, como la de la Ribeira Sacra, que finalmente se evaulará el próximo año. El 26 de diciembre de 2023 se incorporó a esta lista la candidatura del Paisaje Cultural de Carmona.

La andadura de Itálica para recibir el reconocimiento de la Unesco ha estado marcada indudablemente por haber sido impulsada por la sociedad civil, que sin duda, deberá apuntarse parte del éxito si finalmente se produce la inscripción. Era la primera vez que una candidatura se lanza y gestiona desde una asociación civil, en este caso Civisur, que creó en 2016 un Consejo Asesor de expertos para la dirección y gestión del proyecto. Tanto los integrantes de Civisur como los miembros del Consejo Asesor de la candidatura recibieron desde el primer momento el apoyo de todas las instituciones vinculadas con Itálica: la Junta de Andalucía, como propietaria y responsable del conjunto arqueológico; el Ayuntamiento de Santiponce, dónde se ubica la ciudad romana; el Ayuntamiento de Sevilla, la Diputación Provincial, la Universidad de Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide, la Universidad Internacional de Andalucía, la Cámara de Comercio, o la Fundación La Caixa.
Una parte fundamental del proceso desarrollado hasta que la Junta tomó el relevo fueron las cinco ediciones del Foro Permanente Itálica, En-clave de Patrimonio Mundial, que se inauguró en mayo de 2017, cuya última cita fue clausurada el 10 de noviembre de 2021 Federico Mayor Zaragoza, expresidente de la Unesco. Este foro permanente, creado y dirigido por el Consejo Asesor de la candidatura, contó con el apoyo de la tres universidades públicas sevillanas, anteriormente citadas, que prestaron sus paraninfos para el desarrollo de las conferencias y, sobre todo, aportaron su respaldo académico y su reconocimiento al proyecto. En los dos primeros cursos participó la Fundación Cajasol y en los dos últimos se unió el Ayuntamiento de Santiponce.
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