"Antes el maestro presentaba al discípulo, pero ya no hay gremios"
Los invisibles
A dos pasos de la muy cofrade calle San Vicente, un arquitecto de retablos puso en marcha un taller donde se hace teología de la madera. El hijo trianero cruza el río con un encargo que inició su padre.
TRES hermanos mayores han pasado por la Esperanza de Triana desde que en 2001 Manuel Guzmán Bejarano trazó el primer dibujo del retablo que a falta de detalles ayer se bendijo. El artista murió un año después. Manuel Guzmán Fernández (Sevilla, 1953) lleva las riendas del taller.
-¿Cuándo empezó?
-Siempre. No recuerdo no estar aquí. Era mi vida. Podía salir poco a la calle porque la zona era un poco más difícil que ahora. Los aprendices eran como mis hermanos mayores y los oficiales eran como mis tíos.
-¿Estaba predestinado?
-De niño dices que quieres ser piloto, bombero,esas cosas, pero mi pensamiento estaba aquí. Y mis juegos con los tacos de madera.
-¿Tallista, imaginero?
-El oficio es un compendio de muchas cosas. Hay que saber de imaginería, de arquitectura, de talla, incluso de ingeniería para ensamblar los retablos y pasos, que son retablos en movimiento.
-Su padre, reconocido como arquitecto de retablos, ¿coincidió con los arquitectos de su época?
-Balbontín y Delgado-Roig le dijeron que la obra efímera que estaba haciendo para el gran Poder la dejara como definitiva. le encargaron los laterales, el ambón y la mesa del altar.
-¿Era discípulo de Castillo Lastrucci?
-Estuvo muy poco tiempo con él. Se fue con su maestro José Jiménez Espinosa, que fue su socio.
-¿Ha visto su trabajo por dentro?
-¿De nazareno? Soy de San Gonzalo. Mi padre no me dejaba salir. Decía que la Semana Santa había que verla por fuera para aprender. Ni nazareno ni costalero.
-¿Y cómo ven su trabajo?
-Por aquí cerca hay varios hoteles y los extranjeros que pasan por la puerta se quedan maravillados. También muchos sevillanos, que desde su desconocimiento se creen que los pasos están hechos desde siempre. Pese a lo mediático que se ha vuelto este trabajo.
-¿Han cambiado las técnicas?
-Cero, nada. Sólo las medidas de seguridad: el cartel de salida, el cuadro eléctrico, los extintores.
-A seis meses de la Semana Santa, ¿se mueve?
-Preparamos proyectos sin mucho ánimo. La cosas está muy parada económicamente y las hermandades están gastando muy poco en enseres. Con las ayudas a Cáritas y los ingresos mermados, estamos pasando por una situación casi dramática.
-¿Entró la informática al taller?
-Aquí no hay ordenadores porque no ha lugar. Es un trabajo de fantasía, de imaginación, y los ordenadores, si algo tienen de malo o de bueno es que no tienen imaginación ninguna. Lo único que hacen es repetir lo que alguien le ha dicho antes.
-La lluvia se ha convertido en fastidiosa tradición cofrade...
-Trabajan por la ilusión de estrenar. Si llueve, decaen las ganas de hacer encargos y dejan el estreno para otro año.
-¿Aprende o enseña?
-Mi padre murió con 81 años y decía que estaba aprendiendo.
-¿Hay una tercera generación?
-No es lo normal que sea de padres a hijos, sino de maestro a discípulo. A lo largo de la historia, el maestro escoge a alguien que tiene interés y cualidades. El maestro presentaba a su discípulo al gremio. Eso se ha perdido y los gremios no existen.
-¿Se necesita creer?
-Al menos conocer la religión católica. Los retablos y pasos son una exaltación, un testimonio de fe en los templos y en la calle. Era una labor didáctica que hoy cambia de sentido. Ya no hay analfabetos, pero la religión no pasa por su mejor momento. Hay agnósticos, personas que no creen.
-¿Hay clientes particulares?
-Eso pasó a la historia.
-¿Se imagina retablos hechos por Ikea?
-No creo. Los harían de plástico. Si dominas los conceptos artísticos y religiosos puedes hacer cosas nuevas que llenen el alma de los que miran. Lo demás es copiar.
-¿Con la muerte de los gremios se van también las palabras?
-Hay una jerga específica. Términos como ahuevado o gallones. Ya nadie va en parihuela salvo los pasos. Antes servían para trasladar a los grandes señores.
-Ahora ponen a prueba la musculatura de los costaleros.
-Se procura que sea lo más liviano posible.
-¿Qué maderas emplean?
-El cedro y el pino flandes. También, pero menos, madera de caoba, de chopo o de abedul.
-¿Qué no heredó de su padre?
-Él sufría mucho con el Sevilla de Campanal. A mí no me gusta el fútbol. Los lunes son estupendos.
-En todas las mesas abundan los dibujos...
-Me gusta el Siglo de Oro sevillano. Los flamencos, Rubens, la imaginación del Bosco, las madonnas de Rafael. Viajo buscando siempre el impresionante legado que dejaron en Europa el rococó y el gótico. Mis referencias.
No hay comentarios