Oncólogos andaluces advierten del impacto clínico del retraso: "Tratamientos más agresivos y cirugías más radicales"
El sistema público de salud andaluz atraviesa uno de sus momentos más delicados tras el reconocimiento por parte de la Consejería de Salud de un fallo en la gestión de pruebas diagnósticas derivadas del programa de cribado de cáncer de mama.
Mientras miles de mujeres esperan ser citadas para repetir estudios que quedaron sin seguimiento, los especialistas en oncología médica alertan: "el cribado precoz es esencial y su retraso puede suponer un cambio radical en el tratamiento y pronóstico de las pacientes".
Desde el Grupo de Trabajo de Cáncer de Mama de la Sociedad Andaluza de Oncología Médica (SAOM) insisten en que el cribado es una herramienta clave. "Ha generado durante su recorrido numerosos diagnósticos precoces de cáncer de mama", destacan, y su impacto en la supervivencia es incuestionable. Por ello, los oncólogos apuestan por mantener y reforzar estos programas, "adaptándolos a los nuevos retos: aumento de la incidencia, cambios demográficos y aparición de tumores en edades más tempranas".
Las consecuencias de llegar tarde
El problema no es sólo organizativo ni exclusivamente legal, como han apuntado expertos en derecho sanitario, es clínico y afecta directamente a la vida de las pacientes. Según explican los oncólogos andaluces, el retraso en la realización de pruebas complementarias (mamografías adicionales, ecografías o biopsias) tras una primera sospecha en el cribado tiene efectos clínicos significativos.
"El retraso diagnóstico implica un retraso en el conocimiento de la biología tumoral, así como un retraso en el inicio del tratamiento. Esto puede suponer que las pacientes sean diagnosticadas en estadios más avanzados, necesitando cirugías más invasivas como la linfadenectomía axilar, o bien tratamientos sistémicos como quimioterapia u otros agentes anticancerígenos", aclaran.
Además, en muchos casos, un diagnóstico temprano permite evitar terapias agresivas que solo se aplican en fases más avanzadas para reducir el riesgo de recaída.
El diagnóstico tardío puede alterar por completo la hoja de ruta terapéutica. Los oncólogos lo resumen de forma clara. "Puede requerir múltiples terapias: cirugías más radicales, uso de radioterapia, retraso en la reconstrucción mamaria o aplicación de quimioterapia, inmunoterapia o terapias dirigidas. En estadios más tempranos, muchas de estas terapias pueden no ser necesarias, alcanzando igualmente una supervivencia elevada", explican.
Un sistema que necesita adaptarse
Desde la SAOM no sólo valoran la necesidad de actuar con rapidez ante el fallo ya reconocido, sino que reclaman una mirada más amplia hacia el futuro del cribado en Andalucía. "Deben aplicarse todos los recursos necesarios, tanto tecnológicos como humanos, para asegurar diagnósticos adecuados y precoces", subrayan.
Admiten que la realidad actual exige una actualización de los criterios de cribado, que sea sensible a factores como el aumento de esperanza de vida o la detección de casos en mujeres cada vez más jóvenes.
El cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres y una de las principales causas de muerte por cáncer en nuestro país. La detección temprana sigue siendo la mejor herramienta para reducir su impacto. Por eso, desde el ámbito clínico, se insiste en reforzar todos los eslabones del sistema de cribado, desde la captación y seguimiento, hasta la derivación y tratamiento oportuno.
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