Puertas abiertas en las Atarazanas de Sevilla: "Qué barbaridad. Esto es enorme"
El impresionante astillero medieval se puede visitar tras su restauración hasta el 2 de noviembre de manera libre y gratuita en horario de 9:00 a 18:00
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"Señores buenos días. Yo soy Patricia del Pozo, vuestra consejera. Vais a ser los primeros en ver este gran astillero medieval. Bienvenidos a su monumento. Esta es su casa. Enhorabuena por ser el primer grupo". Con estas palabras, la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía daba la bienvenida a los primeros ciudadanos que han recorrido las Reales Atarazanas tras su prolongado cierre y su reciente restauración. Este grupo, de unas 30 personas, ha recorrido las naves del viejo astillero medieval y ha recibido las apasionadas explicaciones de la consejera, que ha estado acompañada por el director del CaixaFórum de Sevilla, Moisés Roiz. Las jornadas de apertura se desarrollarán hasta el 2 de noviembre, de 9:00 a 18:00, de forma ininterrumpida.
La Junta de Andalucía y la Fundación la Caixa han querido abrir este impresionante monumento del barrio el Arenal antes de su transformación como centro museístico por parte de la Fundación Cajasol. A las nueve de la mañana el primer grupo de ciudadanos aguardaba en la puerta de las Atarazanas en la calle Temprado. Allí se encontraba la consejera de Cultura para recibirlos. Patricia del Pozo no quiso perderse este momento tan esperado por muchos y ha llevado a cabo una simbólica apertura de las puertas.
"Hemos recuperado con mimo y respeto el mayor edificio civil medieval de Sevilla, propiciando el reencuentro de los andaluces con uno de sus mejores monumentos”, ha asegurado la consejera. Patricia del Pozo ha agradecido a la Fundación la Caixa su compromiso con la culminación de las obras de rehabilitación de uno de los monumentos de mayor significación histórica y arquitectónica de España y a la Fundación Cajasol, cesionaria de la gestión de las Reales Atarazanas, su ambición a la hora de concebir los contenidos para Reales Atarazanas.
El grupo se adentraba en las Atarazanas mientras la consejera proseguía con sus explicaciones: "La primera sensación es de impacto y grandiosidad. La intervención ha sido tremendamente conservadora... Pónganse aquí para ver los distintos puntos de luz. El sonido también es diferente... Lo hemos consolidado todo bien y hemos puesto un suelo neutro. La grandiosidad es impactante...".
Los ciudadanos se adentraban en las impresionantes naves de las Atarazanas para seguir el recorrido delimitado por las catenarias. "Vivimos cerca y ha estado cerrado durante mucho tiempo. Teníamos muchas ganas de ver el resultado. Pensábamos que se iban a abrir ya, pero luego leísmos que seguirían cerradas todavía un tiempo. Así que cuando conocimos esta oportunidad no lo pensamos", decía una de las primeras personas en recorrer el renovado astillero.
"Qué barbaridad, esto es enorme". Así reaccionaba otro de los visitantes. "La visita sigue en la primera planta, hay que subir por las escaleras mecánicas", informaba una de las azafatas. Son precisamente este elemento discordante lo que más chirría. Como las cubiertas de esa primera planta, en la que destaca una impresionante sala.
Una de las personas que no quiso perderse esta jornada de puertas abiertas era la historiadora y divulgadora Reyes Pro, vecina del Arenal y siempre preocupada por el patrimonio de la ciudad. Sus sentimientos eran encontrados. Hay cosas que le gustan y otras que no tanto. Durante el paseo va desgranando la historia del inmueble. "Esos son los restos de la primitiva puerta del Postigo", explicaba señalando a la esquina del primero de los arcos de la calle Dos de Mayo. Es complicado acercarse a verlos bien porque las catenarias se han puesto a varios metros. Quizás para que los visitantes no se percaten de que esta zona, en la que sobresale la muralla y la barbacana islámica, está repleta de jaramagos, sobre todo en la linde con el Hospital de la Caridad. Es una pena que todos estos restos, que forman parte de la historia del edificio no se puedan contemplar mejor.
"Realmente esto fue astilleros hasta el siglo XV. Luego han sido almacenes, se instalaron las pescaderías a principios del XVI cuando se transforma la Plaza de San Francisco con la construcción del Ayuntamiento... Ya en el XVIII se convierte en Maestranza de Artillería", prosigue Reyes Pro en una tertulia a la que se ha incorporado Antonio Fajardo, otro vecino de Sevilla involucrado en su preservación, especialmente en el distrito Sur y la zona de Heliópolis.
Los ciudadanos continúan accediendo a las Atarazanas en esta primera jornada de puertas abiertas. Los primeros extranjeros también lo hicieron, una pareja oriental, por ejemplo, que miraba entre asombrada y despistada.
La sensación general era de agradecimiento porque la ciudad haya recuperado este impresionante monumento, su catedral civil. Aunque es cierto que también había voces críticas. Sobre todo con esa nueva arquitectura que se ha incrustado en un edificio medieval. "Mira, ahí van a poner la tienda. Supongo que venderán libros de historia y patrimonio".
La salida, también a la calle Temprado, conduce al atrio que también se ha recuperado tras derribar el pabellón del cuerpo de guardia. El mobiliario, bancos y papeleras, chirría para una ciudad como Sevilla. A través del enrejado se aprecian los andamios que cubren la fachada de la iglesia de San Jorge del Hospital de la Santa Caridad. Una joya barroca que ha sufrido los estragos de las obras.
Un monumento recuperado para el siglo XXI
El nuevo proyecto, obra del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, ha recuperado el monumento para el siglo XXI con un uso cultural "absolutamente compatible" con los valores del monumento que incluye, fundamentalmente, el recinto arqueológico excavado y el espacio libre de las atarazanas para la visita cultural, una sala polivalente con usos didácticos en planta baja y espacios expositivos en planta primera.
"La actuación ha estado encaminada al reconocimiento, recuperación, restauración y puesta en valor de todas y cada una de las etapas históricas y constructivas que han ido conformando el monumento que ha llegado hasta nosotros. Se ha intervenido en todo el inmueble (12.607,80 m² construidos) a efectos de conservación y se ha adecuado para el uso cultural la planta baja y primera (8.625,2 m² útiles)", ha señalado la consejería de Cultura.
Ha sido muy relevante la recuperación del muro de barbacana, la consolidación de las fábricas de ladrillo y azulejo, el mantenimiento de las cerchas originales de madera, la impermeabilización de las cubiertas y la conservación de los elementos de fundición originales. "En la búsqueda por encontrar un uso compatible con sus valores patrimoniales, se ha impulsado la conversión de las Reales Atarazanas de Sevilla en un espacio cultural, un gran contenedor que en esta ocasión también es el contenido".
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