“Esperamos y deseamos que podamos recuperar a algún futbolista durante el parón... y a ver cómo vienen los internacionales”. La coletilla que puso Julen Lopetegui al término de su análisis del Sevilla-Real Sociedad, al ser preguntado por lo bien que le sentaría a su equipo este receso competitivo, está más que justificada. En la continua racha de lesiones que ha vivido el Sevilla esta temporada, un factor a tener en cuenta es el crecimiento de internacionales que ha tenido la plantilla, superando como en esta ocasión, último parón antes de la finalización de la Liga, hasta once futbolistas lejos de la ciudad deportiva. Y esto, obviamente, preocupa al técnico guipuzcoano, que cruza los dedos por que la ya amplía nómina de lesionados no se incremente con alguno más, como ha sucedido alguna vez a lo largo de la temporada.

El caso de Bono es sintomático e ilustrativo de ese cruce de dedos que realiza el técnico vasco cada vez que tiene que despedir, pañuelo en mano, a sus futbolistas internacionales. El portero nacido en Canadá y de nacionalidad marroquí no jugó el último partido liguero ante la Real Sociedad por precaución, después de sentir un pinchazo muscular al golpear un balón en el calentamiento del partido.

“Ha tenido molestias en la pierna, no se sentía con confianza y vamos a valorar en los próximos días, a ver qué pasa”, dijo el guipuzcoano al término del encuentro. Pues lo que pasó es que a la mañana siguiente Bono, con una afable sonrisa, confirmó a la prensa en la ciudad deportiva que abandonaba ésta rumbo a Marruecos, donde lo esperaba Vahid Halilhodzic con los brazos abiertos, dado que su selección se juega el pase al Mundial en una eliminatoria directa con la República Democrática del Congo, con la ida hoy en Kinsasa (16:00) y la vuelta el martes en Casablanca (21:30).

Es más que probable que Bono, pasado el susto y una vez reposado el músculo, sea titular hoy ya. Convocado está y se ha ejercitado con normalidad en el Estadio de los Mártires, según trasladó la Real Federación de Fútbol de Marruecos, que quiso tranquilizar sobre el estado del futbolista a sus aficionados después de su última ausencia con el Sevilla. Munir y En-Nesyri también están en condiciones de volver a jugar con la selección alauita, que se juega su futuro en un estado de cierto desorden. De hecho, este martes hubo de suspenderse un rato el entrenamiento en el estadio, de césped artificial, en el que se jugará el partido porque se habían colado aficionados congoleños en el recinto. Tal es la organización del partido...

Esta vez apenas ha sido una anécdota, pero ya hubo un precedente inquietante: el golpe de Estado en Guinea Conakri que obligó a suspender el partido con Marruecos, también de las eliminatorias para el Mundial, el pasado 5 de septiembre. Eso sí fue un susto de verdad para los internacionales marroquíes del Sevilla, que vivieron in situ un caos absoluto.

El caso de Bono es quizá el más ilustrativo de cómo condiciona el virus FIFA al Sevilla, en similar medida a otros clubes europeos que sufren el constante goteo de partidos de selecciones en un calendario inflado y caótico que tendrá su colofón cuando este año se celebre el Mundial de Qatar en pleno otoño, interrumpiendo las ligas occidentales. Habrá que ver ahí cómo gesetionan los cuerpos técnicos ese cambio de tensión competitiva en plena Liga, al poco de comenzarse esta en verano.

En el caso del Sevilla, el cruce de dedos está más que justificado por la cantidad de futbolistas que siguen lesionados. Suso ya realiza trabajo de campo, y siguen al margen del grupo Acuña, Diego Carlos, Rekik, Fernando y Papu Gómez. Eso provocó que en esta semana corta, que concluyó el miércoles con la última sesión, apenas hubiese seis profesionales de la primera plantilla a las órdenes de Lopetegui. Como para no rezar...