Sevilla-Celta

Crónica | El Sevilla deja escapar una oportunidad de oro de respirar tranquilo (2-2)

  • El equipo de Mendilibar llegó a tener un dos a cero con un futbolista menos, pero el Celta aprovechó la pérdida de tensión defensiva de los blancos en el esprint final

  • Cabe suponer que Medina Cantalejo estaría viendo el Cachorro y los sevillistas se quedaron con uno menos en el minuto 19 por una interpretación rigurosísima del reglamento con Pape Gueye

  • Así le hemos contado el Sevilla-Celta

Dmitrovic no llega al cabezazo de Paciencia que supuso el empate a dos.

Dmitrovic no llega al cabezazo de Paciencia que supuso el empate a dos. / Antonio Pizarro

El Sevilla desperdicia la oportunidad de respirar tranquilo en este Viernes Santo al no ser capaz de mantener la tensión defensiva durante los 97 minutos que duró su partido contra el Celta. Es cierto que los sevillistas estuvieron desde el minuto 19 con un futbolista menos por la rigurosa expulsión de Pape Gueye, pero el triunfo lo tuvieron en sus manos tras el zapatazo de Acuña que supuso el dos a cero y no supieron aguantarlo por dos desconcentraciones atrás cuando el partido ya agonizaba.

Lógicamente, la crónica debe tener un párrafo dedicado a Medina Cantalejo cuando se leen tantas cosas raritas por las redes sociales procedentes de todos los puntos de España. El actual presidente del CTA, probablemente uno de los escasos árbitros de los que se sepa públicamente su afinidad balompédica en España, porque cabría preguntarse de qué equipo son el resto y salvo sus más íntimos nadie conoce el detalle, debió haberse ido a ver el Cachorro por las calles de su ciudad. De otra forma no se entiende que Pizarro Gómez, que tuerza por el equipo de fútbol que tuerza, es malísimo siempre, aplicara de manera tan estricta la letra menuda del reglamento con Pape Gueye.

Dos acciones que sí pueden ser castigadas con tarjeta amarilla, cierto, pero que un árbitro, y cualquiera que haya jugado al fútbol, como Albelda en su labor de comentarista, debe interpretar que las dos juntas no pueden suponer una tarjeta roja y menos en el minuto 19 de un partido de fútbol. En la segunda de ellas, se lleva el balón, pero tiene la mala suerte de medir 1,95 y calzar un número de botas que corre el riesgo de pisar al rival. Eso sucedió en una acción absolutamente involuntaria y el Sevilla tuvo que jugar con un futbolista menos desde el minuto 19, una verdadera barbaridad en el fútbol profesional con tantos millones en juego.

Pero Pizarro Gómez, que no había sancionado ni falta en el balón que se llevó claramente Gueye decidió expulsarlo y el equipo de Mendilibar tuvo que hacer un gran desgaste para sacar adelante una cita que podía ser decisiva para su futuro. Lo cierto es que acumuló los méritos necesarios para haberlo hecho, para haber sumado tres puntos inesperados incluso después de esa segunda tarjeta amarilla. Fue capaz de adelantarse en el marcador con un cabezazo de En-Nesyri antes del descanso e incluso logró el dos a cero a falta ya de muy poco con un excelente zapatazo de Acuña desde fuera del área gracias a un robo del balón muy arriba a pesar de estar con un futbolista menos, como ya ha quedado suficientemente explicado.

Suso con Fernando

Todo ocurría, además, con un excelente trabajo defensivo en el que el Sevilla se reordenó con Suso haciendo de medio centro puro junto a Fernando para jugar las líneas atrás y no permitir apenas que el Celta llegara a asustar a Dmitrovic. Es lógico que el cuadro gallego tuviera el control del juego, entre otras cosas porque los anfitriones se lo cedían con mucho gusto, pero lo cierto es que, salvo un remate al poste de Paciencia en una buena jugada de Iago Aspas, los hombres de Mendilibar habían sabido protegerse con orden y tranquilidad.

No sucedió lo mismo en el esprint final. Primero un disparo de Alex Telles arriba permitía al Celta llegar a las inmediaciones del área y que Miguel Rodríguez conectara un disparo muy colocado cuando parecía que apenas tenía peligro. Luego, el Sevilla pagó el escaso trabajo defensivo de Rafa Mir y de Óliver Torres, que se dejó ganar un balón aéreo en el que parecía que tenía toda la ventaja ante Gonçalo Paciencia. El portugués cabeceó en un extraño escorzo mientras que el sevillista se quejaba de haber recibido una falta. No fue así y el Celta se encontró con un empate que ya parecía imposible a pesar de haber tenido una superioridad numérica desde el minuto 19.

El Sevilla, un buen Sevilla en cuanto al orden y la eficacia goleadora, pues aprovechó dos de las tres que tuvo, la otra fue otro cabezazo picado de En-Nesyri en un centro de Acuña, había dejado escapar un botín de incalculable valor. Tres puntos con diez desde el minuto 19 habrían sido oro puro, pero finalmente se quedaron en uno por no haber sabido mantener la tensión defensiva hasta el final.

Y, ojo, Gonçalo Paciencia volvió a tener otro remate después de la autoexpulsión de Acuña, otra muestra de indisciplina imperdonable en esta temporada, pero esta vez Dmitrovic sí pudo detener el testarazo. ¿Dos puntos menos, uno más después de la expulsión de Gueye? Bueno, lo cierto es que Pizarro Gómez registró en el acta un empate a dos y cabe preguntarse si a Medina Cantalejo, irónicamente, le gustaría el desfile procesional del Cachorro…

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