Dinamo de Zagreb - Sevilla

Equipo vertical y brioso, cuidado

Munir, protegido contra el frío de Croacia, y Rakitic, un ídolo allí, antes de viajar.

Munir, protegido contra el frío de Croacia, y Rakitic, un ídolo allí, antes de viajar. / Juan Carlos Vázquez

Julen Lopetegui, que llega a aburrir en sus comparecencias de tanto adular al rival de turno, lleva razón en mostrarse cauto en esta ocasión con el Dinamo de Zagreb. El partido de esta tarde en el pequeño y ruidoso estadio Maksimir, en la capital de Croacia, tiene un peligro sordo cuyo enmascaramiento es hasta grosero. Emboscado como llega entre la renta del 3-1 del jueves pasado, ya sin valor doble de los goles a domicilio, y el derbi del domingo, con las posiciones altas de la Liga en juego, este Dinamo-Sevilla parece a priori tan complicado y difícil como anuncia siempre el entrenador guipuzcoano. Porque es verdad que el Dinamo tiene el potencial que desgranó el técnico sevillista, que hizo hincapié en su estilo ofensivo, que no es exclusivo de Orsic, como también se encargó de recordar.

Incluso en el aparentemente plácido partido de hace una semana el Dinamo enseñó sus garras, unas zarpas afiladas y verticales, de equipo brioso y descarado, con la calidad innata que tienen para el fútbol los eslavos del sur, en este caso los de Croacia. Y sólo hay que recordar que Bono tuvo que hacer dos paradas, una en cada tiempo, dos auténticos paradones, uno a tiro envenenado de Orsic en la primera parte y otro cabezazo a bocajarro de Petkovic nada más empezar la segunda, aquel pequeño zafarrancho croata tras el descanso que amenazó de veras al Sevilla hasta que éste, con los cambios y los refrescos que hizo Lopetegui, fue atemperando al inquieto y brioso equipo croata, que atesora talento en varias de sus piezas.

La pizarra. La pizarra.

La pizarra. / Infografía / E.F.

El guipuzcoano puso muchísimo énfasis en centrar el foco y las energías en el partido de hoy, entre otras cosas porque tiene experiencias recientes y frustrantes ante equipos ciertamente de más potencial, como el Borussia Dortmund en los octavos de Champions del año pasado, o el Salzburgo, en la fase de grupos de esta temporada. Pero se podría recordar que a este Sevilla mandón hasta el manoseo obsesivo de la pelota, le ha ido mal con ese perfil de equipos verticales, físicos, con las dosis justas de calidad y el desparpajo por bandera.

Ese recuerdo habrá merodeado por la cabeza de los técnicos sevillistas y también de sus futbolistas, sobre todo los más expertos. Por si fuera poco, Lamela fue testigo directo de la remontada del Dinamo hace un año sobre el Tottenham de Mourinho, que había ganado la ida por idéntica renta que el Sevilla (2-0 en su caso) y cayó por 3-0 con triplete de Orsic. Pero es que hay más. Papu Gómez también jugó en aquel Dinamo-Atalanta (4-0) de la fase de grupos de la Champions en el otoño de 2019, después de que en Bérgamo los de Gasperini se impusieran por un aparentemente claro 2-0. Es decir, que dentro del vestuario hay dos hombres que les han dicho a sus compañeros, cuidado, cuidadín con estos muchachos de azul. Además, ahora ya ha vuelto el público al estadio Maksimir, no como con los Spurs.

En definitiva, que hizo bien Lopetegui en poner todo el énfasis posible en el partido de vuelta de este play off que hace las veces de los dieciseisavos de final de la Europa League de siempre. El Sevilla debe hacer notar que es el hexacampeón, pero también es cierto que algún futbolista puede encoger la pierna si por la cabeza se le pasa que podría perderse el derbi del domingo, con todo lo acaecido en el de la Copa del Rey y con todo lo que hay en juego en la Liga...

El propio Lopetegui no tendrá más remedio que tener un ojo en el derbi, ya que por sanción y lesión tiene bajas de peso. Habrá algunas rotaciones y sólo parecen con sitio seguro Koundé y Ocampos, bajas el domingo. Pero en cualquier caso dispondrá un equipo bien estructurado y puestos sobre aviso. Cuidado con los muchachitos de azul. Cuidadín.

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