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Las estrategias divergentes de Sevilla y Barcelona por Koundé

Koundé, junto al trío de ases de Francia en Saint-Denis, durante la Liga de Naciones.

Koundé, junto al trío de ases de Francia en Saint-Denis, durante la Liga de Naciones. / Mohammed Badra / efe

Manda el dinero, descarnadamente. La grave crisis que sufre cada día el ciudadano de a pie se multiplica crematísticamente en el fútbol. Y todos buscan el maná de los euros, o las libras, de forma desesperada para realizar sus respectivos planes estratégicos, mientras se producen con cuentagotas los movimientos en un mercado varado, con arena en lugar de grasa en los rodillos.

Todd Bohely, el millonario norteamericano que relevó a Roman Abramovich en el Chelsea, ha asumido la dirección deportiva del club en sustitución de Marina Granovskaia, con la promesa de invertir 200 millones de libras en fichajes. Y Joan Laporta lleva la voz cantante en el plan financiero que presentó a sus socios mientras el dinero sigue en la nube de las hipótesis, sin trasladarse a efectivo contable. En medio están Koundé y el Sevilla.

La irrupción del Barça por Koundé, movilizada desde la directiva de Laporta a través de los medios de comunicación catalanes, fue aplaudida por algunos, pero no es más que otra palada de arena al rodillo del plan del Sevilla. Se podría hablar de estrategias cruzadas, porque mientras la de los azulgrana es a largo plazo y con jugadores como moneda de cambio, la de los blanquirrojos es a corto plazo y sólo entiende de efectivo.

La activación de valores contables por parte del Barça, las llamadas palancas financieras que ya hasta aprueba Javier Tebas, es una llamada de auxilio que requerirá de inversores que las hagan efectiva. Porque hasta ahora lo único que han aprobado los socios es la cesión de un 25% de los derechos televisivos en los próximos 25 años –tal es la ruina– y de la mitad de la explotación de las tiendas oficiales. Pero ese plan hay que llevarlo a cabo y eso requiere el tiempo que, en cambio, apremia al Sevilla para la remodelación de su plantilla, que, en la primera semana de julio, en diez días mal contados, estará de regreso para iniciar la pretemporada.

La de Koundé está llamada a ser una de las operaciones del verano por volumen de dinero. Se trata nada menos que uno de los futbolistas más cotizados de la Liga y el quinto o sexto central más valorado de toda Europa por las plataformas especializadas. Ante esta realidad, cada parte mueve sus fichas a su interés y desde Inglaterra, por ejemplo, llegan informaciones relativas a que el Chelsea ya está fijándose en otros objetivos, como el juventino De Ligt, para fortalecer una zaga en la que ha perdido al ya madridista Rüdiger y al barcelonista –aun sin inscribir por mandato del fair play– Christensen.

Koundé fue una petición expresa de Thomas Tuchel y Budd Toehly, ya ejerciendo como director deportivo interino, le prometió en su desembarco en Stamford Bridge al técnico alemán responder a su demanda, e incluso ya antes de su llegada había un acuerdo verbal por cinco temporadas con el central francés. Y Boehly sí llegó a Londres con el fuerte apoyo financiero de Clearlake Capital Group que no tiene el Barcelona y que necesita para llevar a cabo su plan de auxilio.

Las estrategias cruzadas llegan al punto de que el Chelsea también está detrás de Dembélé, al que, en principio, el Barcelona también quiere renovar, pero no tiene los activos necesarios para hacerlo, igual que quiere fichar a Lewandowski y ha trasladado una primera oferta al Bayern Múnich de 35 millones de euros más otros cinco en bonus de rendimiento. Es decir, Koundé ahora mismo es un segundo plano para ambas entidades, aunque la que sí tiene efectivo para pagar lo que quiere el Sevilla es la inglesa, claro.

Mientras, el Sevilla continúa a la espera de esa primera gran oferta por Koundé para que Monchi pueda empezar a ejecutar su plan estratégico. "Es la pretemporada en la que tengo más ilusión y más ganas", dijo el martes a los Fieles de Nervión, a los que reconoció que hasta él ha dudado alguna vez del proyecto. En estos momentos, mientras los grandes potentados europeos no muevan los activos financieros con movimientos reales de mercado y no con promesas o planes a largo plazo, las dudas están en todos sitios. Y en la oposición del Barça sí que hay dudas. "Se está vendiendo humo descaradamente, humo que choca con la realidad", dijo sobre el plan de Laporta el ex candidato Toni Freixa.

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