Un Sevilla fortalecido por su remontada ante el Mallorca, en un dechado de personalidad y despliegue técnico y físico, y por piezas clave como Botía y Medel acude a Zaragoza a una cita que tiene sus espinas. La primera de ellas tiene que ver con el hombre que está llevando las riendas del equipo maño y que, como le sucedió a Míchel en las dos últimas citas, ha sido castigado de forma excesiva por ese Comité de Competición que puede entender de leyes pero ignora lo que es la alta competición. Manolo Jiménez estará en la grada de La Romareda con las ganas de reivindicación ante su ex equipo a flor de piel. La segunda de las espinas es la propia realidad de un rival, el Zaragoza, que se está mostrando más intenso y peligroso de lo que muestran las estadísticas y que sólo ha ganado un partido de cuatro en su feudo, con lo que sus ganas de cantar victoria son enormes. Y otra de las espinas es el horario de mediodía y sólo cabe recordar cómo prácticamente este mismo equipo desperdició una ocasión de oro en cierta matinal vallecana. No hay lugar para legañas ni relajos porque en juego está confirmar que el Sevilla sí quiere de verdad este año luchar por los puestos altos.

En un entorno enrarecido, por el horario, por el frío que reina ya en la capital del Ebro, con el cierzo soplando inmisericorde, por las características del rival y del técnico que tiene, el Sevilla de Míchel busca darle continuidad a la identidad parece que definitivamente encontrada. El espaldarazo que tuvo el proyecto del entrenador madrileño el lunes pasado fue importante y en dicha remontada se demostró que hay varios jugadores franquicia que están enteramente implicados en la causa, desde el goleador y capitán del equipo, Negredo, hasta Rakitic, quien ha asumido los galones del juego y se está mostrando incluso mejor que el que sorprendió cuando llegó en enero de 2011. Precisamente muchas miradas han estado puestas en el estado físico del croata con pasaporte suizo por una inoportuna sobrecarga en el cuádriceps. Pero el cuerpo técnico lo ha mimado y ha dosificado sus cargas físicas para que hoy vuelva a estar en el puesto de mando, ahora escoltado por Medel, quien vuelve tras su injusto castigo de dos partidos de suspensión, junto a Maduro. Parece que Rakitic estará listo y el Sevilla de Míchel se pondrá sobre el frío césped de La Romareda con el centro de campo de gala. Sería la mejor noticia y supondría una garantía de que el Sevilla está preparado para competir frente a un rival que no está dispuesto a regalar nada, y menos con Jiménez al mando, como recordó Míchel en esa apología que de su trabajo como entrenador realizó el viernes.

Al margen de Rakitic, la otra incógnita es quién cubrirá la zona que venía tapando el desafortunado Trochowski, a quien los compañeros tienen ganas de dedicarle otro triunfo tras la mala noticia de su nueva operación. Manu del Moral fue encendidamente defendido por Míchel y parece que será el elegido. El regreso de Botía tras cumplir su primer ciclo por acumulación de amonestaciones, además, también viene a reforzar una defensa que mostró algunas dudas ante el Mallorca, es decir, que a ese Sevilla corajudo y rebelde ante los reveses se le suman elementos para acorazar aún más el núcleo defensivo de su sistema. Aun reconociendo que las críticas de la afición a Fazio por un error que no fue sólo suyo, ni mucho menos, fueron excesivas e injustas, parece cierto que la línea de retaguardia se muestra con menos resquicios y menos dubitativa cuando Botía y Medel han compactado al equipo en el eje. En resumen, que comparece en Zaragoza un Sevilla prometedor.

Pero de promesas no vive nadie y a la necesidad que acucia al Zaragoza en su lucha por intentar salir del lodazal de la zona baja, a la que tan habituado está últimamente, se enfrenta la obligación de un Sevilla que quiere volver a ser quien era no hace mucho, cuando Romaric contribuyó junto con el entrenador que tiene ahora en Zaragoza a clasificar a los nervionenses como terceros, directamente para la Champions, hace apenas tres años... Quién lo diría.

Precisamente Romaric se presenta como una de las armas que tiene guardadas Jiménez para doblegar al Sevilla. El mediocampista costamarfileño fue expulsado en la última comparecencia maña ante los suyos y ha estado realizando un plan específico para ponerse a punto aprovechando el parón y su ausencia en Granada. Vuelve a la convocatoria y la incógnita es si el arahalense tocará el equipo que venció en Los Cármenes o meterá al ex sevillista en el equipo para aprovechar su extramotivación, dado que también tiene ganas de demostrar cosas. El técnico mantiene secreto de sumario sobre su elección final. A mediodía, después de una larga noche por el cambio horario otoñal, se sabrá por qué equipo se decanta el de Arahal y, lo más importante por estos lares, qué Sevilla saldrá a combatir en Zaragoza, contra el rival, el cierzo y el horario.