Huesca-Sevilla | La previa

En busca de la luz de la primavera

  • El Sevilla abre una nueva fase, obligado a recuperar las sensaciones más positivas al tiempo que el cuarto puesto, en su primera visita al Huesca

Ben Yedder realiza ejercicios con Munir, Promes, Aleix Vidal y Marko Rog al fondo.

Ben Yedder realiza ejercicios con Munir, Promes, Aleix Vidal y Marko Rog al fondo. / Juan Carlos Muñoz

No está el Sevilla para lirismos, por mucho que la inesperada tibieza de las tardes de febrero ofreciera la mejor antesala para el mes que trae la primavera. Con marzo llega una nueva época en Sevilla, la más esperada aunque este año se haga esperar más de la cuenta, y el Sevilla debe iniciar una nueva fase sin margen alguno para la espera. Ya, mejor que ahora, el equipo de Pablo Machín debe saldar con un triunfo su primera visita oficial a El Alcoraz, un parco estadio de poco más de 7.500 espectadores en el que el Huesca sólo ha podido ganar dos veces en su debut en Primera División, pero las dos en este año 2019, a Betis y Valladolid.

Dice Pablo Machín que es hora de hablar en el terreno de juego. Él mismo debe ser el primero que ha de estar hastiado de dar tantas explicaciones para intentar calmar los ánimos de la afición y levantar los de sus jugadores. De sus palabras se desprende también esa impaciencia, como si ya no supiera lo que hacer, aunque continúa manifestando una convicción absoluta en la capacidad de sus futbolistas para volver a ser los que fueron, hace un par de meses.

Huesca-Sevilla Huesca-Sevilla

Huesca-Sevilla / Dpto. Infografía

La llegada del invierno sentó muy mal al Sevilla y que la primavera haya asomado su sugestivo hociquillo antes de tiempo deber ser como el anuncio de una necesaria resurrección. Porque 9 puntos de los últimos 30, tomando la referencia de los diez últimos partidos ligueros, apenas 5 de los 24 disputados en este 2019 son un paupérrimo bagaje no ya para un equipo que aspira a disputar la Champions, sino para un neófito como el Huesca que ansía mantener la categoría.

De hecho, el Huesca lleva más puntos sumados que el Sevilla en el último tramo de competición. Si tomamos como referencia las ocho jornadas disputadas en lo que va de año, el equipo dirigido por Francisco, en una irregular línea ascendente, ha sumado 11 puntos de 24. En la hipotética clasificación de este 2019 sería el octavo, mientras que el Sevilla figuraría en una tristísima decimoctava posición, como si los papeles estuvieran cambiados.

Pero la realidad es que el que fuera equipo más goleador del campeonato, tras el Barcelona, y líder en dos jornadas, sin contar la primera; el equipo que mostraba una solidez y una idea de juego clarísima, dinámica y vertical, debe plantar sus reales en El Alcoraz y demostrar quién es quién en la Primera División española.

Se suma el bajón general del Sevilla, con dos empates, una derrota y sólo un triunfo en este 2019, con su síndrome viajero. Ya se han cumplido cinco meses desde su último triunfo a domicilio en la Liga. Fue el 29 de septiembre del año pasado en Ipurua, por 1-3. Allí marcó su penúltimo gol Andre Silva, cuya sequía también tendrá algo que ver con ese atasco general de un Sevilla que está sobreviviendo, y así se demostró ante el Eibar o la Lazio, gracias a los tantos de Ben Yedder y Sarabia.

Como a perro flaco todo se le vuelven pulgas, cuando la enfermería embocaba el final del túnel han empezado a surgir problemas propios del cúmulo de partidos, concentrándose las lesiones musculares en la defensa. A Huesca viajan entre algodones Mercado y Wöber. Pablo Machín ha cuidado como oro en paño durante toda la semana a Kjaer. Escudero sufrió una rotura fibrilar ante la Lazio. Carriço está fuera de las convocatorias de forma misteriosa, sin haber aparecido siquiera en ningún parte médico. Y Gnagnon ha sufrido una recaída que tampoco ha sido reflejada por la información oficial del Sevilla. El hermetismo, quizá fundado en esa importación del fútbol británico de guardar la privacidad del paciente y más allá de lo obvio, es pan de cada día del fútbol español. Tan avanzado está...

En esas circunstancias, sin ningún lateral específico, al margen del polivalente Wöber, la configuración de la defensa es el principal caballo de batalla de Pablo Machín, que no el único. El austríaco pudo viajar a Huesca al igual que Mercado, después de que ambos hayan realizado apenas un entrenamiento y medio con el grupo esta semana. Más o menos como Kjaer, aunque en este caso era más preventivo que curativo.

Tanto Mercado como Wöber presentan las mínimas condiciones para jugar. No de otro modo se comprendería que Machín sólo haya llevado a 18 futbolistas, dejando, por ejemplo, a Arana en tierra. Pero el paso de las horas dirá si los dos pueden ser titulares. Así las cosas, y con Kjaer y Sergi Gómez como únicos centrales de garantías, no sería extraño que repitiese con la zaga de cuatro, aunque para esto también sería necesario el concurso de Mercado y Wöber... Una pescaílla que se muerde la cola.

Sea el sistema que sea y estén los defensas que estén, el Sevilla no tiene otra que ganar en su primera visita a El Alcoraz. Una quinta derrota a domicilio sería ya una losa demasiado pesada para Machín, pese a que Europa también asoma como dulce asidero primaveral. Praga, tan literaria, queda lejos de Huesca aún.

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