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Interpretación de lo analítico

sevilla | leganés

Presionado en salida como siempre, no salió de control, pase y conducción

Interpretación de lo analítico
Jesús Alba

12 de marzo 2017 - 02:32

Sin el dulzor final del resultado da sensación de más vulgaridad, pero a decir verdad la exposición de estos análisis pueden corroborar que el fútbol que predica Sampaoli y con el que "colonizó las mentes" del sevillismo no aparece, para ser exactos, desde el Sevilla-Málaga. Unos días por una cosa y otros días por otra, los rivales han captado el mensaje y el antídoto al amateurismo con que sacudió el campeonato es moneda común en los cuerpos técnicos de todos los equipos de la Liga. El Leganés no es un conjunto que presione arriba, y menos fuera de casa. Más bien vive del repliegue y del contraataque, pero qué equipo renuncia a la panacea de atacar la salida del balón de un rival que se empeña en sacarla sin recursos y que tampoco tenía en el campo a nada parecido a su pareja de malabaristas, N'Zonzi y Nasri. Un día más, el Sevilla demostró que está a expensas de la calidad de sus futbolistas. Y, claro, a menos calidad en el campo, menos opciones de ganar.

Defensa

La disposición de base chocó de inicio con el esquema de juego del rival, con un solo punta. El Sevilla tenía a tres centrales, con lo cual le sobraba futbolistas para dividir, pero le faltaban en la línea de tres cuartos, en la que el Leganés disponía de espacios por algo muy simple: en ese 4-2-3-1 del rival contra el 3-1-4-2 del Sevilla Kranevitter cerraba a Gabriel, pero los centrales no podían ir tan arriba para tapar a El Zhar y Szymanowski, sobre todo el francés con el franco-marroquí, mucho más ágil de movimientos. Sampaoli tuvo que corregirlo tras el descanso y no es la primera vez que cambia de esquema, de defensa de tres a otra de cuatro y viceversa (ante el Alavés lo hizo dos veces). En la recuperación de nuevo hubo problemas pese a coincidir en el centro futbolistas de briega como Kranevitter y Walter Montoya.

Ataque

Espeso y sin ideas, sin que apareciera ni una sola combinación entre tres hombres (el gol fue una pared entre dos). El fútbol de ataque se asemejaba a tareas puramente analíticas. Hay que aclarar que a la hora de diseñar tareas de entrenamiento hay que distinguir entre situaciones cerradas, en las que el jugador sólo tiene una respuesta posible, y abiertas, en las que tiene que buscar la solución. Básicamente, las tareas analíticas son trabajar el control, el pase y la conducción (más algún estímulo extra como el tiro), y ése fue el Sevilla sin N'Zonzi y también con él en el campo. Jugadores esperando el pase del poseedor del balón como si estuvieran en un cono, sin desmarques, sin el concepto del tercer hombre y ni siquiera el segundo, pues rara vez salió una pared. El juego de posesión consiste en desorganizar a un contrario que se repliega y, sin basculaciones, circulación exterior o interior... y con fútbol analítico es imposible.

Virtudes

La calidad siempre está. Los días buenos da para ganar, los que no...

Talón de aquiles

Parece haber perdido el rumbo.

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