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Pape Gueye y el riesgo del 'low cost': una posible sanción en el horizonte

Pape Gueye saluda en la terminal ejecutiva del aeropuerto de San Pablo.

Pape Gueye saluda en la terminal ejecutiva del aeropuerto de San Pablo. / Juan Carlos Vázquez

La situación económica del Sevilla, con dos años presentando déficit en su ejercicio económico anual (-41 millones de euros en 2021 y -24,8 millones en 2022) y la obligada reforma de una planificación mal parida y demasiado condicionada al anterior entrenador -el caso Isco como paradigma- ha obligado al club a acudir al mercado low cost. Y, como en aquellos lejanos orígenes de Lefties, la marca asequible de Inditex que nació como mercado de prendas con defectos menores, esto tiene sus riesgos.

Ocurrió con Reine-Adélaïde que el riesgo se sumó a la continua cascada de lesiones que viene sufriendo la plantilla del Sevilla desde hace año y medio y el caso de Marcao era un precedente demasiado inmediato como para asumir de forma temeraria otra exposición al peligro, aunque en el club aseguran que más que por el estado médico de su rodilla fue por su condición física general, no apta para un rendimiento inmediato.

El caso de Pape Gueye, el sustituto del frustrado fichaje del futbolista del Olympique de Lyon, es distinto. Está sano y ha jugado más que su homólogo francés -casi el doble de minutos: 19 partidos y 608 minutos frente a 14 partidos y 324 minutos-, pero sobre su cabeza, como una espada de Damocles, pesa una posible sanción si el TAS no enmienda a la FIFA, que lo suspendió hace un año por cuatro meses.

La causa de esa sanción es que en su último año de contrato en Le Havre, donde coincidió con Loïc Badé, firmó un precontrato una vez que ya, a partir de enero de aquel 2020, ya podía ejercer como agente libre. Pero posteriormente rompió ese vínculo con el club inglés y firmó por el Olympique de Marsella.

Los ingleses no se tragaron el sapo y denunciaron el caso a la FIFA, quien dictaminó en enero de 2022 la suspensión por cuatro meses del futbolista por esa duplicidad de contrato y al Marsella con la imposibilidad de fichar en las ventanas de verano y enero siguientes. El club marsellés sí ha tenido que cumplir la sanción, pero el futbolista acudió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, Tribunal Arbitral du Sport, en francés).

El TAS suspendió el castigo, por lo que pudo Pape Gueye jugar la Copa de África 2022 con Senegal y proclamarse campeón, aunque se perdió el segundo partido del torneo por el cumplimiento inmediato de la sanción de la FIFA que luego se suspendió cuando apeló al tribunal con sede en Lausana. Este otoño ha participado con normalidad también en el Mundial de Qatar con su selección, jugando tres partidos.

Sin embargo, según informó L'Equipe, y también reconoció un funcionario del TAS a la agencia AFP, fue una suspensión temporal y el tribunal internacional de arbitraje tiene previsto resolver el caso este año, dentro de unos meses aunque improbablemente durante la temporada.

Este último extremo es el que invitó al Sevilla, cuyo departamento de fútbol estaba al tanto de este asunto, a recurrir al futbolista para que ayude al equipo de Sampaoli de aquí a mayo. Y luego, una vez concluya su cesión, que el Marsella apeche con la consecuencia de haber fichado a un futbolista que tenía un precontrato con otro club.

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