Marcos Acuña ya es futbolista del Sevilla, a falta del preceptivo reconocimiento médico, después de cerrar en la tarde de ayer el acuerdo con el Sporting Clube para su traspaso. El club de Nervión no pudo hacerlo oficial anoche, tras la llegada del jugador, después de las gestiones que Monchi ha llevado a cabo durante los últimos tres días para limar las diferencias que había entre la oferta sevillista y las pretensiones sportinguistas. La negociación se cerró por un fijo de unos 10 millones de euros, más dos en variables. Desde Portugal afirmaban que la cantidad fija era de 10,5, mientras que otras fuentes aseguraban que era de 9,6. En cualquier caso, el Sevilla llega a los 50 millones de euros en adquisición de fichas, variables y nóminas por cada jugador aparte.

El club de Nervión se confirma así como uno de los principales inversores en planificación deportiva en un mercado muy estancado por la crisis aparejada al coronavirus. De hecho, sólo el Barcelona y el Atlético han gastado ya más en incorporación de futbolistas, con matices. Porque, por ejemplo, los colchoneros ya se comprometieron a la compra definitiva de Morata al término de la temporada 19-20 cuando negoció su cesión por parte del Chelsea, mucho antes de la crisis, por un coste de 56 millones de euros, una cantidad que quizá habría pactado a la baja en el actual contexto.

El Real Madrid, en cambio, no ha invertido aún ningún euro en fichajes, frente a un Barcelona que, acuciado por los malos resultados de la pasada temporada y la necesidad de renovar su plantilla, ya ha comprometido en traspasos 103 millones de euros: 60 que debe pagar a la Juventus por la adquisición de Pjanic; 31 por Trinçao (Sporting de Braga); 7 por Matheus (Palmeiras); y 5 por Pedri (Las Palmas), aunque éstos tres últimos han llegado por los compromisos adquiridos con sus respectivos clubes antes de que estallase la crisis del Covid-19.

Es el mismo caso que el Sevilla tuvo que afrontar con Suso, en cuya contratación como cedido fue incluida una cláusula de compra obligatoria si el equipo de Lopetegui se clasificaba para la Champions, como finalmente hizo.

Quizá los tres equipos que encabezan el ranking de gastos por traspasos hubiesen negociado de otra forma esas contrataciones en la actual situación. Pero lo cierto es que todos han de afrontar los compromisos adquiridos antes del mes de marzo. Así, el Barcelona ya lleva gastados 103 millones de euros, por 94 de ingresos previstos tras los traspasos de Arthur (72 millones que debe pagar la Juve), Carles Pérez (11, de la Roma) o Cucurella (10 del Getafe), entre otros. El desfase entre los gastos y los ingresos de los azulgrana es de –8,5 millones, según los datos que aporta Transfermarkt.

El Atlético ha gastado 78 en Morata (56), Carrasco (15, en otra negociación previa al Covid-19) y Grbic (7), por apenas ocho millones en ingresos hasta ahora. Es decir, que presenta un balance de –70 millones de euros.

El Sevilla reparte los 50 millones en gastos comprometidos por traspasos para la nueva planificación de esta forma: 21 en Suso; 13,5 en Óscar Rodriguez; 10 en Acuña; 4 en Bono; y 1,5 en Rakitic, aunque las variables contempladas en la adquisición del internacional croata pueden llegar a 9 millones, en el supuesto caso de que el Sevilla alcance los más altos éxitos deportivos durante su estancia de cuatro años en Nervión. El balance actual de ingresos y gastos es de –44 millones, tras la venta de Sergio Rico al PSG (6 millones). Es decir, que tal y como afirmó Monchi sigue siendo el segundo club inversor de España tras el Atlético.

Con Acuña, el Sevilla cierra una primera fase de la planificación, con una base bien estructurada y fichajes clave para incorporarse a la columna vertebral de Lopetegui. A partir de ahora, el mercado irá dictando qué margen de maniobra le queda a Monchi, tras esa fuerte apuesta de partida.