Entrevista a Óliver Torres

"Banega es un reflejo de lo que yo quiero y puedo ser en el Sevilla"

  • Óliver Torres expresa su ilusión en el proyecto del Sevilla, por su alta exigencia, y habla de Lopetegui como un padre y de Jesús Navas como "un caso único, un ejemplo cada día con la edad que tiene"

  • "No sé si niño mimado de Lopetegui, pero niño trabajador y que va a estar siempre al servicio del equipo, sí", dice el extremeño, que celebró su 25 cumpleaños ganando el derbi

Óliver Torres posa en el césped del estadio Jesús Navas.

Óliver Torres posa en el césped del estadio Jesús Navas. / Antonio Pizarro

-Menudo regalo de cumpleaños, ¿se lo esperaba?

-Claro, claro que lo esperaba. El trabajo, el esfuerzo, no dudar, la buena dinámica, el buen espíritu del vestuario, se reflejan en el campo y en los momentos más importantes salimos fortalecidos. Fue el mejor regalo posible, fue un cumpleaños soñado. Y quiero darles las gracias a todos los compañeros y a toda la afición que nos empujó porque fue un día especial para mí.

-¿Qué se siente después de ganar un derbi el día que cumple 25 años?

-Parece que todo brilla más y que todo es más bonito. Las victorias se disfrutan y las derrotas se sufren mucho. En las victorias hay que seguir mejorando, trabajando duro. Ojalá podamos seguir mejorando victoria tras victoria. Y si vienen mal dadas seguro que el vestuario se va a hacer fuerte y que vamos a conseguir los objetivos.

-¿Cómo sienta que lo saquen a uno de un partido así?

-Lo que quiere uno es ayudar al equipo, sea en el banquillo o en la grada. Si el míster considera que otro compañero puede interpretar mejor el partido o ayudar más al equipo, pues hay que seguir animando desde donde toque.

-Le dio la oportunidad de ver el partido desde el césped y desde el banquillo.

-Sí, y sufrí. Me senté en el banquillo y no paras. Estaba súper nervioso, intentando ayudar a los compañeros con lo que ves desde fuera. Se sufre mucho, pero la alegría es tremenda al final.

-¿Da lugar a ver el partido desde un punto de vista táctico? Por ejemplo, le pasó un poco al Sevilla como en Mestalla, que no terminó de rematar el partido...

-Si te pones a ver los partidos siempre puedes sacar aspectos a mejorar, porque el fútbol no son matemáticas, no somos máquinas. Puede haber un rebote en el que has cerrado bien y el balón te pasa por encima... Hay mil situaciones. La concentración es clave para cometer los menos errores posibles. En Mestalla o en el Villamarín, que son campos muy complicados, creo que el Sevilla fue ambicioso y llevó el peso del partido, con la misma idea y filosofía. Y creo que hay que valorar eso. No es fácil ganar tantos partidos fuera de casa y creo que llevamos una racha bastante positiva y tenemos que seguir en ese camino. El equipo está en un proceso natural que, a raíz de conocernos más, de trabajar más, de tener las ideas más claras, irá mejorando.

-¿Le gusta el fútbol como espectador o aficionado, revisionar los partidos?

-Sí, me gusta vivirlos mucho desde dentro, pero también me gusta ver el fútbol. Es importante, es mi vida, es mi profesión y tengo que estar en continua mejoría. Me fijo en los medios centro de todos los equipos, en ver qué puedo mejorar yo, en ver qué es lo que me falta...

-¿Qué medios centro tiene como referencias?

-Creo que todos los medios centro dirán lo mismo. Xavi e Iniesta siempre han sido referentes, Modric, Parejo juega muy bien, Éver, me fijo todos los días en él, porque creo que es un reflejo importante de lo que yo quiero y lo que yo puedo ser en el Sevilla. Al final creo que de todos se pueden sacar cosas positivas.

Óliver Torres, posando para Diario de Sevilla. Óliver Torres, posando para Diario de Sevilla.

Óliver Torres, posando para Diario de Sevilla. / Antonio Pizarro

-¿Se ve como el relevo generacional de Banega en el Sevilla?

-Ojalá, ojalá pueda compartir tiempo aquí con él, por lo que nos da y lo que nos enseña también, porque lleva mucho tiempo, tiene mucha experiencia, mucha jerarquía y es importante para el equipo. Yo me considero de ese perfil y, bueno, acabo de cumplir 25 años, soy súper joven y tengo muchísimo tiempo para poder mejorar y poder absorber todas las ideas que me marquen y, obviamente, cuando termine la carrera quiero estar orgulloso del trabajo y del trayecto que he hecho y siendo más de lo que nunca había soñado.

-¿Cómo vivió el derbi emocionalmente, antes, durante y después?

-Un futbolista se mete para vivir este tipo de partidos, pero es difícil vivirlos. En el equipo somos 25 y en el otro lado también son 25. Somos 50 jugadores que hemos podido vivir desde dentro esa sensación, esa motivación, ver cómo los aficionados te miran con la cara diciéndote que tienes que ganar, que te dejes la vida... Y esa tensión la tienes que llevar a tu favor. Creo que el otro día la afición que fue a apoyarnos fue muy importante. Hubo momentos en que sólo se escuchaba a nuestra afición y eso para el equipo es súper importante. Es algo único. Estos partidos de ese calibre son distintos. Por suerte yo, con la poca y mucha trayectoria que tengo a mis 25 años he podido vivir el Atlético-Real Madrid, que últimamente ha tenido partidos únicos, míticos; el Oporto-Benfica, que tiene una magnitud nacional, también finales, y el Sevilla-Betis, que al ser en la misma ciudad se vive mucho, hay mucha guasa posterior. Soy un privilegiado y un afortunado. Y estoy feliz porque sé que lo más bonito siempre está por llegar.

-¿Por qué le dio por meterse a futbolista?

-Imagino que como todos los niños. Ahora ya menos, porque con la tecnología estamos perdiendo un poco la esencia de ser niño, de disfrutar de los detalles... Y es una pena pasar por el parque y no ver a niños con la pelota, no ver a niños que se quitan las camisetas para hacer las porterías... Fue eso, yo salía del colegio a las dos y a las dos y diez estaba jugando en la plaza, en mi barrio, en Navalmoral. Tener una pelota era lo que me hacía feliz ¿Por qué me metí al fútbol? Porque me hacía feliz y porque a día de hoy es lo que más feliz me hace. Podría haber sido profesional o no, pero la pelota siempre habría sido parte de mi vida.

-Ahora está en un equipo profesional, tras su paso por Atlético, por Oporto, con Lopetegui de nuevo... ¿Se considera un niño mimado de Lopetegui?

-Nooo, es parte del trabajo. El míster es el que decide y yo trabajo cada día para que él decida que debo jugar. Obviamente él me conoce mejor que nadie, porque me ha tenido tiempo y sabe lo que me puede exigir. Partiendo de esa base y sabiendo que tengo que trabajar a diario al cien por cien porque él mejor que nadie sabe lo que puede sacar de mí, tengo que darle todos los motivos para que me ponga, y luego que él decida. Yo intento dar lo mejor y ponerlo al servicio del equipo. Estoy agradecido por la confianza que siempre ha tenido en mí. Como ha dicho Monchi, fue un fichaje que ya estaba pensado por las ideas que tenía el míster y por el estilo de juego que tenía. No sé si niño mimado, pero niño trabajador, sí. Niño que se lo va a poner complicado para elegir el once y un niño que va a estar siempre al servicio del equipo.

-Lo cierto es que está rindiendo a un buen nivel, con continuidad, en distintas posiciones... ¿Es lo que esperaba?

-Bueno, el cambio fue meditado. Yo en Oporto era un jugador muy querido, un jugador importante. Quizá no era necesario hacer un cambio, porque tenía una estabilidad allí tanto económica como profesional como de estatus en el equipo, que siempre es importante. Pero los cambios son necesarios, nunca sabes si buenos o malos, pero necesarios. Y yo quiero tener muchas experiencias. El Sevilla era el club ideal para sumar una experiencia más que creo que voy a recordar durante toda mi vida. ¿Expectativas que tenía? Trabajar cada día. Es posible que las expectativas que tenía la gente fueran menores que las que yo tenía, que no confiaran tanto en mi fútbol como yo confío.

-Es consciente también de la repercusión que tiene una figura como Óliver Torres...

-Sí, sí. Totalmente. Claro que soy consciente, llevo cuatro años en Portugal y la gente como que ha perdido un poco la óptica de mí. Y quizá tienen la percepción de que soy el chico joven del Atlético, el chico sobre el que se generaron unas expectativas que a lo mejor no ha cumplido. Sé cómo es el fútbol y cómo piensa la gente... ¿Dudar de mí? Pocas veces, nunca he dudado de mí. Creo que lo que da la razón siempre es el trabajo y el fútbol. Creo que la gente se esperaba mucho de mí y ahora había gente que no confiaba en mí... Pero he seguido peleando y voy a seguir, porque lo mejor siempre está por llegar.

-¿Qué le sedujo del proyecto que le presentan Monchi y Lopetegui para dejar ese estatus que tenía asido en el Oporto?

-Sobre todo quiero el Sevilla porque a nivel europeo es un club grande. Quiero el Sevilla porque es un club exigente, y soy un jugador al que le gusta exigirse. Tiene una afición exigente pero que entiende de fútbol, que entiende el trabajo. Y quiero el Sevilla porque creo que era una filosofía de juego que me iba perfecta para mi forma de entender el fútbol. El Sevilla era una opción ideal para mí, la única opción que yo quería, no me interesaba nada más.

-Ha jugado de interior izquierdo, de extremo izquierdo falso... ¿En qué sistema se encuentra más cómodo? En el derbi jugó más suelto por delante en un 4-1-4-1... 

-Sí. El 4-3-3 me gusta mucho y me siendo muy cómodo de interior en el medio, es mi mejor versión. Cuando juego de falso extremo vengo a jugar mucho por dentro, a generar espacios para que llegue el lateral, filtrar pases entre la defensa... generar superioridades. Lo más importante es jugar y en cualquier sistema jugar es bueno.

Un reflexivo Óliver Torres, durante la entrevista. Un reflexivo Óliver Torres, durante la entrevista.

Un reflexivo Óliver Torres, durante la entrevista. / Antonio Pizarro

-¿Tiene que definir aún Óliver Torres su rol en el equipo?

-Estoy mejor de lo que me esperaba. Sea de falso extremo, sea detrás del punta, sea de 8... Al final lo importante es sumar. Somos 25 jugadores y los 25 somos de una calidad extraordinaria, y podrían ser todos titulares. Soy un privilegiado porque estoy acumulando muchos minutos y seguir trabajando y respetando el trabajo de todos. Lo importante no son los 11 que juegan, sino los 25 que trabajamos día a día y unas veces les toca a unos y otras veces a otros. ¿Cuál es mi rol dentro del equipo? Ayudar. Y en el futuro seguirá siendo ayudar, quizá con más experiencia en el Sevilla. Intentaré que cada vez se vea la mejor versión de mí, que sea vea cada vez una versión mejorada de mí mismo. He venido con muchas ganas de poder sumar, jugar, disfrutar, ser feliz. Ambiciono mucho. Tengo muchas expectativas y muchos sueños por cumplir.

-Dice eso después de haber sido campeón de Europa sub 19, con Lopetegui, campeón de Copa con el Atlético, campeón de liga y de Supercopa con el Oporto...

-En el campeonato de Liga del Atlético también estuve... Sí, con 25 años he conseguido muchas cosas que a lo mejor hay jugadores que no lo ganan en toda su carrera. Pero... bueno. Tengo que pararme para ver lo que he conseguido, lo que he sentido, lo que he sufrido en muchos momentos para coger impulso y volver con mucha más fuerza. Y que cada partido sea una oportunidad para qué, ¿para reivindicarte? No, para ser feliz, para recordar el niño que eras cuando ibas a la plaza tú solo. Eso es lo más importante, irte a casa con la conciencia tranquila por haberlo dado todo, sabiendo la responsabilidad que tienes, porque es la responsabilidad ante la gente que va al estadio a apoyar, la gente que lo sufre en sus casas... Nosotros estamos en el campo, pero llevamos mucho detrás y tenemos que saber la intensidad con la que lo vivimos y la responsabilidad que tenemos.

-¿Cree que el Sevilla le pone las condiciones idóneas para, no sólo disfrutar sino también, crecer como futbolista y, algo que le gusta mucho al aficionado, tocar plata otra vez?

-Obviamente. El Sevilla en los últimos años ha sido importante en Europa, ha llegado a finales a nivel nacional. El Sevilla ambiciona todo. El proyecto que han hecho es muy bueno, han puesto todos los ingredientes necesarios para que sea un proyecto a largo plazo muy bueno y ser parte de él es bueno para mí. Y me emociona poder decir ojalá gane un título con el Sevilla. Y claro que quiero ganarlo. Es uno de mis sueños, ganar títulos, y si es con el Sevilla, mejor.

-Lo logró con el Atlético de Simeone. ¿Cuál es el secreto de su continuidad en la cima de la élite, su poder de convicción a los jugadores nuevos que llegan?

-Tiene una idea muy clara de juego y se apoya en las victorias. Ganando todo es más fácil. Tiene una manera de ver el fútbol muy buena, es muy buen entrenador y estoy agradecido del paso que tuve allí porque ahora soy mejor futbolista gracias a él y a todos los entrenadores que tuve allí. Me alegró verlo después del partido con el Atleti. Me dijo que se acordaba bien de mí y que me veía muy bien, como un hombre que había mejorado mucho. Y esas palabras me gustaron mucho, porque es lo que quiere ser uno, ser mejor.

-¿Puede imitar el Sevilla ese crecimiento que ha tenido el Atlético?

-Sí, Julen también tiene una idea muy clara de juego y a través de esa idea vamos a por las victorias. Esa es la clave, tener una filosofía y no dudar nunca del equipo, ni en las victorias ni en las derrotas. Monchi y Lopetegui están hablando siempre, buscando mejoras para el equipo, dándonos una calidad buena en el trabajo, mejorando los entrenamientos, analizando nuestros partidos y los de los rivales. Desde la cocina y el césped, desde los trabajadores del club, toda la gente está trabajando por que este proyecto ambicioso salga bien y se ha generado una ilusión importante que es visible también en los jugadores.

Óliver Torres Óliver Torres

Óliver Torres / Antonio Pizarro

-¿Cómo es Lopetegui en el vis a vis, como gestor de un grupo humano?

-No es fácil gestionar un grupo de 25 jugadores en el que todos tienen nivel para ser titulares y sólo pueden jugar 11. Por suerte tenemos la competición europea, en la que se han hecho rotaciones y todos son importantes y están capacitados. En la parte táctica, no hay nada mejor para un director deportivo, un presidente o la gente ver a un equipo que sale todos los fines de semana con la misma idea de ser protagonista y ganar.

-¿Y en el trato? Parece seco por algunas respuestas ante la prensa.

-No es seco. El míster es como un padre para todos nosotros. Y cuando ve que algo está mal pues viene y te lo dice. Es poco real cuando te dicen que todo está bien. Prefiero la gente que va de verdad, que se molesta si ve algo que no le gusta y te lo dice, gente que venga de cara y te diga qué necesitas hacer para mejorar. Porque el futbolista muchas veces no es consciente de qué tiene que mejorar.

-Cada aficionado tiene un entrenador y a Lopetegui se le critica su obcecación por De Jong, la escasa rotación en ataque...

-Todos tenemos dentro un entrenador, incluso yo, y no he estudiado para ser entrenador. Lo único que puedo decir es que juegue De Jong, Chicharito, Munir o Dabbur lo más importante es el equipo. Partiendo de esa base, cualquiera de los cuatro es muy, muy bueno y puede dar muchas, muchas cosas al Sevilla. De Jong, por ejemplo, lleva dos goles y han sido dos goles que han dado seis puntos. Lo importante es sumar. Es importante que Munas y Munir lleguen a Europa League y se reivindiquen, y digan, eh, nosotros podemos estar aquí. Es importante que Chicharito el día del Getafe llegue y la meta. Lo que cuenta es que llevamos 24 puntos y ya estamos en dieciseisavos de la Europa League. Y que los que salgan sumen.

-¿Hay algún jugador, aparte de esa referencia de Banega, que le haya sorprendido?

-Por calidad humana, todos. Venir de otro equipo y encontrarte un vestuario tan sano es una alegría. Como jugador Jesús Navas me parece un caso digno de estudio. Un caso del que aprender todos los días, de pegarte a él y empaparte de todo. Todo lo hace bien. Con la edad que tiene, la ambición, la ilusión y la alegría que pone en todo es un ejemplo y hay que seguirlo.

-¿Y qué papel está jugando Monchi en la maduración del equipo? Ha llamado mucho la atención la charla que os dio antes del derbi...

-También nos dio una charla antes de jugar con el Dudelange en Luxemburgo. El director deportivo es esa figura importante que siempre tiene que dar una charla en el momento oportuno. Las dos fueron importantes. En la del derbi nos transmitió qué era para la ciudad, para el sevillismo. Lo intentamos interiorizar y creo que salió bien. Esa figura es muy importante también en los momentos malos, cuando hay que reforzar a los técnicos, a los jugadores. Hace poco cuando le preguntaban por De Jong dijo “lo volvería a fichar”. Esa es la clave de un director deportivo, no dudar, no dudar nunca ni del equipo ni de los jugadores. Tiene una manera muy buena de entender cómo es esta profesión. He estado en equipos importantes con buenos directores deportivos. Para mí es un placer trabajar con Monchi y también me fijo para aprender por si algún día tengo que ser director deportivo.

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