Sevilla FC

El desgaste del Bernabéu

Sergio Ramos sonría ante Ocampos y junto a Jesús Navas en el entrenamiento de ayer.

Sergio Ramos sonría ante Ocampos y junto a Jesús Navas en el entrenamiento de ayer. / Juan Carlos Vázquez

Un partido en el Santiago Bernabéu abrasa como una semana de compromiso Champions. El Sevilla comparece este domingo en casa del líder y el objetivo, aparte de intentar completar la difícil empresa de sacar algo positivo, también se plantea en la necesidad de sufrir los menos daños colaterales posibles.

Un partido ante el Real Madrid en su estadio exige muchísimo a un equipo como el Sevilla y tampoco puede permitirse el conjunto de Quique Sánchez Flores salir perjudicado, aparte de en el marcador, en materia de desgaste físico, psíquico y, lo que es peor, de posibles ausencias de cara a las siguientes jornadas. Un encuentro en el imponente estadio del Paseo de la Castellana pasa factura. Es habitual que el futbolista quiera emplearse a fondo en un escaparate como el Bernabeu y con el líder enfrente. Suelen ser habituales las lesiones por sobrecargas o las molestias musculares en la semana posterior. También son partidos propicios para que los futbolistas visitantes vean tarjetas, sufran expulsiones y que las revoluciones suban y rocen las doscientas pulsaciones por minuto.

El Sevilla debe jugar con inteligencia y con calma en un escenario así si quiere permanecer entero en el partido el mayor número de minutos. Especialmente sobreexcitado puede estar Sergio Ramos, por su pasado como madridista, una impresionante carrera con 16 temporadas en el gigante blanco y un total de 671 partidos. El camero vuelve por primera vez a la que fue su casa y ha anunciado que si marca no celebrará el gol, lo que no ha sentado bien en el sevillismo, que sí recuerda cómo los ha festejado cuando los ha metido en contra del que ahora es su club.

El Sevilla no gana en el Bernabéu desde hace quince años. Fue Manolo Jiménez el último que lo logró en diciembre de 2008, un 3-4 ante el Real Madrid de Bernd Schuster. En este siglo sólo una vez más han ganado los nervionenses en Chamartín, también en el mes de diciembre, en 2004, el 0-1que materializó Julio Baptista. Mención aparte de la Supercopa de España con Juande Ramos (un apoteósico 3-5). En los últimos 40 años el Sevilla en la Liga sólo ha ganado tres veces. Hay que remontarse a la campaña 84-85 para encontrar un 1-2.

Lo que sí han abundado han sido los encuentros en los que se ha asistido a un guión muchas veces repetido. Un buen partido de fútbol, con valentía, siendo incluso en fases mejor que el rival y que por cualquier circunstancia lo acaba perdiendo. Circunstancias de distinto pelaje: una decisión arbitral (sonados fueron las rajadas de Monchi en el palco), una jugada puntual en la que deciden la calidad de los locales...

Será el lunes cuando haya que hacer balance de una batalla durísima en una guerra que no es la del Sevilla, está claro. Y ni las muchas bajas que acumula el equipo de Ancelotti son garantía de que el equipo de Quique vaya a rascar algo de tal escenario. Competir sí. Pero competir es una cosa y ganar en el Bernabéu es otra bien distinta.

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