El ejemplo de Peque frente a la calidad de Rubén Vargas

Almeyda ha logrado subir al barco al menudo mediapunta catalán, al que elogió como “prototipo en esta fase del Sevilla” y también agradece que el suizo lanzara el penalti pero quiere más implicación

La amenaza real de la Copa de África ya está ahí

Rubén Vargas besa cariñosamente a Peque en el Sevilla-Osasuna. / Julio Muñoz / efe

Cada vez está más claro que la espectacularización televisiva del fútbol va por un lado y la realidad del deporte profesional sigue su camino pese a ese lastre de tener que servir a los intereses de las plataformas. Hay dinero de por medio y el Sevilla es de los clubes que más se presta a abrir conversarciones internas del otrora sancta sanctorum: el vestuario. Pero frente a esto siguen mandando los códigos internos que a veces son puestos de manifiesto por algún profesional.

Por ejemplo, a Matías Almeyda se le torció el gesto cuando Movistar LaLiga anunció que el MVP del partido, esa monserga televisiva, fue Rubén Vargas por elección de la audiencia. ¿Acaso no escucharon la ovación a Peque? Por eso centró buena parte de su análisis en el menudo mediapunta catalán poniéndolo como ejemplo a seguir.

Extrañó sobremanera esa excepcionalidad de la exaltación individual cuando el entrenador sevillista siempre ha dado prioridad al colectivo sobre los individuos, desde el primer día. Ha sido tan insistente que siempre terció hacia el grupo cuando se le preguntó por algún jugador... Salvo tras el partido contra el Osasuna, en el que la tensión era muy grande y había que tener redaños para lanzar el penalti sobre Juanlu en la segunda parte y con 0-0.

Rubén Vargas, posiblemente el atacante con más calidad en el campo en ese momento, lanzó la pena máxima. El único precedente de un penalti para el Sevilla fue el de Alexis contra el Barcelona, también con 0-0 en el marcador. Pero el chileno, de sobresaliente calidad sobre el resto de compañeros, no estaba en el campo. Y ahí sí respondió el suizo con clase. Porque ese penalti había que marcarlo...

En ese sentido, Almeyda reconoció de forma interna la responsabilidad que tomó el atacante suizo. Pero tanto como para un televisivo MVP ensombreciera el partido de Peque, no. Porque el argentino espera aún más de Rubén Vargas y espera que se eche el equipo a las espaldas. Como hizo Peque, el jugador más desequilibrante tal y como reconoció El Pelado, quien quiso de paso demostrar que cuenta con todos si todos muestran compromiso.

“Hizo un partido completísimo, la tuvo, gambeteó, buscó faltas, dejó el alma... Es el prototipo de jugador que pretendemos tener en esta etapa del Sevilla”, dijo Almeyda. Porque sabe que en este Sevilla en el que están lesionados los dos veteranos y también faltaban hombres como Agoumé es necesario que todos se impliquen al máximo. Y en Nervión ya está el precedente de un jugador que se fió tanto de su calidad que se dejó ir en la segunda vuelta de la pasada temporada cuando más lo necesitaba su equipo: Lukébakio. El técnico dio el plácet para su traspaso y presionó para que Rubén Vargas no fuera vendido también...

Almeyda quiere implicación y tras hablar con Peque en verano, cuando casi se veía fuera, está encontrando su respuesta. Alexis, por ejemplo, sí está mostrando esa calidad y además implicación máxima. Esperó a los jugadores en el vestuario y los felicitó uno a uno tras el triunfo. Era el primero -también estaba Azpilicueta en esa labor- en el sancta sanctorum que ahora se abre a los medios.

Estadísticas de Peque y Rubén Vargas

El partido de Peque fue reconocido por un Sánchez-Pizjuán que le brindó una enorme ovación. Y los números de la web estadística Sofascore dan la razón al sevillismo. El menudo jugador catalán superó al MVP del partido en muchas estadísticas. Por ejemplo en regates exitosos: completó 4 de 7 por sólo uno de 7 del suizo. También ganó más duelos. En el suelo Peque se hizo con 10 intentos de 13 y Rubén Vargas únicamente con 3 de 9. Y en duelos aéreos también lo superó: 3 de 4 por ninguno de uno. Y eso que es más bajito: 1,72 metros frente a 1,77. Pero es que además Peque provocó o recibió cinco faltas por ninguna del suizo, quien en cambio sí lo mejoró en recuperaciones: 4 a 3. En cambio, el catalán tuvo más precisión en el pase (17 de 19: 89% de precisión) que el suizo (18 de 25: 72%) y también tuvo menos pérdidas: 13 frente a 16. Eso sí, en la suerte suprema del penalti fue Rubén Vargas quien levantó la mano y lanzó con clase desde los once metros en un momento de máxima tensión. Y eso es justo reconocerlo.

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