Encuentra las diferencias: Marcelino, micrófono en mano, agradece a Fernando Roig haber confiado en su proyecto
El técnico asturiano se reunió en Madrid con Castro, Del Nido Carrasco y Orta cuando éstos optaron por Diego Alonso. Al entrenador del Villarreal le negaron los tres años que después le firmaron a García Pimienta
El increíble récord negativo de Del Nido Carrasco como presidente del Sevilla
Justo tras acabar el partido en el estadio de La Cerámica, en el que el Sevilla fue un triste convidado de piedra, el Villarreal celebraba una fiesta para homenajear a Raúl Albiol en su despedida y para celebrar con su afición su clasificación para la próxima Champions League. Los sevillistas que habían visto a su equipo una vez más hacer el ridículo y caer por 4-2 sentían envidia sana al ver cómo un entrenador de los pies a la cabeza, Marcelino García Toral, tomaba el micrófono para compartir su alegría con los seguidores locales y para agradecer públicamente a los jugadores el esfuerzo, a la afición el apoyo y a la directiva la confianza ciega en su proyecto.
Abrazado a Fernando Roig, su presidente, delante de la plantilla de jugadores al completo y el cuerpo técnico, Roig recibía el cariño de su entrenador y de la grada, como premio a una gestión seria, es verdad dque de varios años, y Marcelino recordaba cómo, aparte de ensalzar al desaparecido José Manuel Llaneza, la familia Roig había confiado ciegamente en el proyecto que el asturiano le presentó después de haber rechazado el del Sevilla. Sí, porque el Sevilla acudió a Marcelino cuando decidió despedir a José Luis Mendilibar en 2023. José Castro, José María del Nido Carrasco y Víctor Orta viajaron a Madrid, donde se reunieron con varios técnicos, entre ellos el de Villaviciosa, en una especie de casting que acabó con otro encuentro con Diego Alonso, que fue el que los convenció.
Marcelino, que había dejado al Olympique de Marsella, ha explicado varias veces que no aceptó la oferta del Sevilla porque no era un proyecto a largo plazo. El asturiano pidió tres años como mínimo de contrato y hacer un edificio sólido. El consejo de dirección nervionense y la dirección deportiva sólo ofrecían la temporada en curso y, a lo sumo, una más en caso de clasificación europea. Las partes se dieron la mano y tomaron cada uno su camino.
Lo llamativo es que los tres años de contrato que le negaron a Marcelino se los dieron a Xavi García Pimienta, que, como es lógico, ahora los reclama.
Como sí hace Fernando Roig, el presidente del Sevilla puede bajar al césped de su estadio y ponerse ante su afición. En el Sevilla hace años ya que nadie baja del palco a la hierba ni para un homenaje.
Los aficionados del Villarreal sentían un gran orgullo este domingo vibrando con las arengas que salían del micrófono de Marcelino. Los del Sevilla sentían pena y una enorme amargura porque tampoco saben lo que va a venir en el futuro, que se pinta negro con la ruina económica que hay. Cada decisión de este consejo acaba peor que la anterior. La última fue la poner de escudo a un Joaquín Caparrós que aceptó exponerse de esta forma con mucho riesgo. Y el descenso, después de que en la jornada 31 tras perder en Valencia y despedir a García Pimienta, estuviera a 7 puntos, una distancia se antojaba que cómoda, ha estado al final mucho más cerca de lo que algunos se imaginan.
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