La semana en Nervión promete seguir siendo intensa. Tras una Junta General de Accionistas con las cuentas rechazadas, otra vez, y un episodio final que ensució, nuevamente, la imagen actual de la entidad, el Sevilla de Diego Alonso prepara el primer duelo de la semana: la visita al Astorga en Copa del Rey.

El técnico charrúa ha dirigido la sesión matinal del martes, bajo un cielo nublado y un frío intenso en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios. No ha podido contar con hasta once bajas del primer equipo, las cuales le harán planificar el encuentro con la ley del mínimo de jugadores profesionales en mente -al menos, siete tienen que estar sobre el césped en todo momento-.

La hora de los jóvenes

El Sevilla se ha ejercitado con bajas en la portería -Nyland-, defensa -Tanguy Nianzou, Jesús Navas, Loïc Badé, Marcos Acuña- centro del campo -Fernando Reges, Djibril Sow- y ataque -Suso, Erik Lamela, Mariano Díaz-. Además, Boubakary Soumaré se ha ejercitado al principio de la sesión, al margen, continuando, así, con su recuperación de cara al choque ante el Mallorca.

Por tanto, Diego Alonso tendrá, al menos, once bajas para el partido frente al Astorga. El técnico charrúa comparecerá ante los medios de comunicación durante la mañana del martes, en plena resaca de una Junta General de Acciones que ha sacudido la actualidad de una entidad en un mal momento.

Para remediar las bajas, hasta siete canteranos se han ejercitado con el primer equipo: Alberto Flores, Xavi Sintes, Oso, Lulo Dasilva, Manu Bueno, Ibra Sow y Darío Benavides, además de Juanlu Sánchez y Kike Salas.

Viaje en avión

El anterior viaje de Copa del Rey, a Quintanar de La Orden, el Sevilla lo realizó en autobús. Sin embargo, esta vez, debido a la proximidad de Astorga con León, viajará en avión. El vuelo está programado para las 11.00 horas del mismo miércoles, mientras que la vuelta será al día siguiente, ya que el aeropuerto leonés está cerrado cuando finaliza el partido.

Por tanto, el plan del Sevilla se ha adaptado a los tiempos de un viaje en el que está obligado a regresar con la victoria bajo el brazo.